Carlos Gutiérrez, consultor y gurú político digital en América Latina, me habló hace apenas un mes de un zaragozano de menos de 30 años como conocedor extraordinario de la política americana. Gutiérrez se refería a usted.

Le recuerdo. Estuve con él en Miami. Es un analista extraordinario. Yo nací en Miami, pero me crié en Zaragoza. Tras licenciarme en Derecho, desde hace cinco años desarrollo la abogacía en Miami. También, el activismo político en la defensa de los derechos humanos, igual en la crisis venezolana que en crímenes de lesa humanidad de la dictadura castrista.

También fundó la Red Iberoamericana Líder.

Así es. La integran cargos electos jóvenes de toda Iberoamérica. He sido observador electoral en Uruguay, El Salvador y Colombia. También organizo cursos propios de observación electoral.

Hablando de observar, ¿cómo observa las proximas elecciones en España?

En España hay estructuras políticas rígidas. Votamos a los candidatos que anteriormente han designado las estructuras políticas. No puedes elegir a tus candidatos, como en Estados Unidos. En unos días regreso a Miami. Allí asesoro a candidatos. También, a líderes iberoamericanos.

¿Cómo valora el fenómeno Trump?

Apostó de forma muy clara por acabar con lo políticamente correcto y ganó.

¿Y Obama?

Obama habla muy bien, tiene muy buena imagen. Eso sí, un político a medio y largo plazo requiere acciones y resultados.

¿En España se pueden repetir los resultados de hace apenas unas semanas?

Es otro escenario, hay otros actores, son otras elecciones de las recientes generales. Ahora, en vez de votar en base a la tradición o el castigo, se va a pensar en la utilidad del voto. Tampoco es negativa la pluralidad. Le recuerdo que los votos no pertenecen a los partidos, sino a los ciudadanos. Y son los ciudadanos los que buscan a los partidos que les resuelvan los problemas.

¿Cómo se divisa España desde Estados Unidos?

Como percepción global. España se ve, sin ninguna duda, como uno de los mejores países del mundo. Hay que considerar que en Miami el 80 por ciento de la población habla español. Mi visión particular refuerza esa visión. Yo soy ciudadado norteamericano, pero me siento muy aragonés y muy español.