En Oxford les gusta saber lo que piensa y acaba de volver de Bélgica, donde se han sorprendido de que dirija un Máster en Educación Socioemocional. Y eso que a Alejandra Cortés, vicedecana de Innovación, Investigación y Comunicación de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza y, entre otras cosas, reconocida en los premios Educa Abanca –los ‘Goya’ de la educación– como la tercera mejor docente universitaria de España, una de sus maestras, cuando era pequeña, la sentenció con esa lapidaria y temible frase de: "Tú nunca llegarás a nada en la vida".

Formadora de formadores, aprendiz constante y educadora desde que se levanta hasta que se acuesta, se define como "una apasionada de las personas y de cómo la educación puede transformarlas" y aboga por un cambio metodológico, "que ya está aquí, aunque todavía haya docentes ‘dormidos’", capaz de abolir la "asignaturitis" y que eduque a los aragoneses del futuro en "las competencias para la vida". Reconoce que ese cambio, pasa por el aprendizaje basado en proyectos, el trabajo cooperativo, el uso de las metodologías activas profundas y por una revolución, que ella misma ha puesto en marcha –sus alumnos hacen los exámenes en grupo y se autoevalúan–, del actual modelo de evaluación.

Educación inspiradora

Predica con el ejemplo, porque el rol del maestro ha cambiado para transformarse en "mediador del aprendizaje" y lleva a la práctica lo que ella denomina una "educación inspiradora". Por eso, en la Facultad, todos saben que sus clases comienzan con una sesión de ‘mindfulness’ y que sus alumnos, si quieren, se pueden quitar los zapatos y ponerse las zapatillas de estar por casa, "para que entiendan que están en un espacio acogedor", donde ciencia y metodología se dan la mano, porque todo lo que hace a nivel práctico "tiene un fundamento teórico". También cultiva la inteligencia emocional de los futuros docentes, porque esta ‘disciplina’ "tiene, incluso, más poder que la información", tanto, que no vacila al afirmar que "lo que está ocurriendo en Cataluña es un gran problema emocional, porque las emociones son grandes condicionadoras de las conductas".

La defensa de la escuela rural es otro importante reto, un verdadero desafío, tanto para la educación como en la vertebración del territorio; y sale a relucir el ‘milagro’, el "referente internacional de la escuela de Alpartir", donde se ha creado una auténtica "comunidad educativa" y "hay familias que quieren ir a vivir allí solo para poder matricular a sus hijos". Además, para Cortés, el tamiz de la escuela rural "es básico en el desarrollo profesional de los docentes" y puede cobrar protagonismo en el nuevo modelo de formación, del que ya habla todo el mundo, ávido de vocación y excelencia, y que propugna "la desaparición del actual e ineficaz sistema de oposiciones".

Satisfecha, se explaya al hablar del ‘feedback’ que reciben sus propuestas de innovación educativa –ella prefiere el término "transformación"– en foros nacionales e internacionales, lo que confirma que "en Aragón estamos en línea y que fuera se nos valora"; y así, en un plisplás, desmonta el mito de la escuela nórdica, cuyo éxito radica en mayores inversiones y en una "ley única y duradera", nuestro traído y llevado pacto por la educación a la española.

¿La receta infalible?  ‘"Los cuatro pilares de la educación’ (1994), de Jaques Delors: saber, saber hacer, saber ser y saber estar, no quedarán obsoletos jamás".

FICHA PERSONAL

Formadora de formadores Experta en educación en la UE, Alejandra Cortés Pascual (Zaragoza, 1974) es, además, investigadora en la Cátedra Unesco sobre Valores y Comunicación y directora de la primera cátedra en educación de la Universidad de Zaragoza, Innovación Educativa Juan de Lanuza.

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