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El juez acepta documentos en catalán en el litigio de los bienes

Rechaza la petición del obispado de Barbastro-Monzón para obligar a traducir pruebas documentales al castellano. 

El Obispado de Lérida se opone a traducir al castellano los documentos del juicio de los bienes de Aragón.
El obispo de Lérida, Salvador Giménez.
Rafael Gobantes

El Juzgado número 1 de Barbastro, que instruye la demanda para recuperar 111 piezas de arte de las parroquias aragonesas, no obligará a traducir los documentos originales del catalán o el italiano al castellano, tal y como reclamaba el obispado de Barbastro-Monzón al de Lérida. En una providencia, el juez Carlos Lobón señala que "no ha lugar" a requerir a la parte demandada, es decir, la diócesis catalana, para que proceda a la traducción, como pedía Barbastro, sin perjuicio de que pueda aportar una traducción privada.

De esta forma resuelve el conflicto que había surgido entre las dos partes en litigio sobre si era necesario o no traducir los documentos. El obispado de Lérida alegaba que el catalán es una lengua oficial en Aragón, y en especial en los territorios de las parroquias disgregadas del obispado de Lleida, una afirmación que no se ajusta a la ley de Lenguas de la Comunidad Autónoma, que solo reconoce el castellano. Por contra, el de Barbastro-Monzón justificó que la sede judicial queda excluida de cualquier uso distinto del castellano, por lo que la parte catalana tiene la obligación de producir todos sus escritos y documentos en español o traducidos a esta lengua.

El juez no entra a valorar estos argumentos y se limita a rechazar la pretensión del letrado aragonés. Contra su decisión cabe presentar un recurso.

Por otra parte, el obispo de Lérida, Salvador Giménez, en una carta remitida a este periódico, se refiere a la polémica por el uso del catalán. Dice en primer lugar que el litigio sobre las obras de arte "llena de preocupación a dos comunidades diocesanas" y no es partidario de echar más leña al fuego. Le parece "exagerado y desmedido" decir que el obispo de Lérida reclamaba el catalán como lengua oficial a raíz del alegato de sus letrados al juez rechazando la traducción.

"He procurado siempre el entendimiento y la unidad entre personas y comunidades. He buscado la comunión, nunca el enfrentamiento", señala, asegurando que es una persona "serena y conciliadora" y desea "evitar insultos y agravios" a su labor eclesial, "tan presentes, por otros motivos, en otras partes de nuestra geografía". Pide además "respeto al ejercicio de nuestro derecho a la defensa, como cualquier ciudadano o institución, ante una demanda presentada contra notrosos por los abogados de la diócesis de Barbastro".

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