Conservas 'gourmet', ecológicas y saludables como método de inclusión social

Personas con discapacidad intelectual de Atades trabajan en su conservera ecológica de Aragón, que presentará su primera producción completa el miércoles 10 de abril en el Salón Gourmet de Madrid.

Personas con discapacidad intelectual de Atades trabajan en su conservera ecológica de Aragón.
Personas con discapacidad intelectual de Atades trabajan en su conservera ecológica de Aragón.
EFE/Javier Cebollada

Respeto al medio ambiente, trabajo y, sobre todo, inclusión social son los ingredientes de las cremas, conservas y otras delicatesen saludables elaboradas por personas con discapacidad intelectual de Atades en su conservera ecológica de Aragón, que presentará su primera producción completa el miércoles 10 de abril en el Salón Gourmet de Madrid.

Desde el cultivo y la recolección de las verduras y hortalizas de temporada en los campos de la asociación, hasta el cocinado y embotado de los productos, todo el proceso es obra de los usuarios que trabajan en los proyectos Gardeniers y Cielos de Ascara, acompañados de técnicos especializados en agroecología y pequeños agricultores.

Con los 300.000 kilos de fruta y verdura que recogen cada año en las 22 hectáreas de huerto ecológico de Alagón (Zaragoza) y Ascara (Huesca), el obrador, pionero de este tipo en Aragón, envasó 65.000 unidades de conserva en 2018, y este 2019 tienen previsto alcanzar las 200.000. Todo un reto.

Además, Gardeniers ha creado 65 puestos de trabajo desde 2012, lo que revela el impacto social "altísimo" de esta iniciativa de inserción sociolaboral, cuenta el gerente de Atades, Félix Arrizabalaga.

Sin embargo, la contribución al desarrollo personal de estas personas, insiste Arrazabalaga, es, más allá de las cifras, lo verdaderamente importante, ya que ven mejoradas sus habilidades sociales y refuerzan su autonomía al recibir un salario fruto de su esfuerzo.

En la Jacetania, Atades impulsa el proyecto Cielos de Ascara, una gama 'premium' de productos ecológicos que, además, ayuda en la recuperación del patrimonio natural y la biodiversidad de esta zona pirenaica. La transformación de la agricultura en las últimas décadas, explica el gerente de Atades, ha supuesto la desaparición de algunas especies endémicas por su baja productividad.

Con el trabajo de la Asociación y gracias a la alianza con el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria, boliches, garbanzos, lentejas y otras legumbres jacetanas, así como la dulce miel de trashumancia del Pirineo, han vuelto a los campos de Atades y, por tanto, a los estantes de 29 establecimientos de alimentación que ya venden sus productos.

Estas iniciativas se cocinan a fuego lento en todos los sentidos porque no solo siguen un proceso ecológico y natural en la elaboración, como señala Arrizabalaga, sino que también son iniciativas de largo recorrido.

Prueba de ello es que las tierras de Alagón comenzaron a cultivarse en otoño de 2011 y es ahora, casi ocho años después, cuando se empiezan a comercializar las primeras conservas.

Cielos de Ascara, confiesa el gerente, todavía va a tener un recorrido más lento porque, al querer recuperar legumbres locales prácticamente desaparecidas, se necesitan 25 gramos de simiente, lo que implica que durante 4 años la producción se destina a multiplicar esas semillas hasta alcanzar un volumen que ya permita la comercialización.

El tesoro culinario de Aragón por excelencia, la trufa, también forma parte del catálogo de Ascara. Su aroma, reconoce Arrizabalaga, tardará en llegar a las cocinas porque pasan unos siete años desde que se planta la encina microrrizada hasta que se recogen las primeras trufas, y diez para que el cultivo esté a pleno rendimiento.

El sabor de lo auténtico es la seña de identidad de los productos de Atades, pero eso no resta para que se sumen a las últimas tendencias en gastronomía, como la confitura de melón con menta, la salsa de tomate con cúrcuma y jengibre o la crema de calabacín con quinoa. Recetas 'gourmet' y sanas, pues son elaboradas en colaboración con la Fundación Alicia y reputados nutricionistas.

El obrador que Gardeniers tiene en Mercazaragoza emplea a 19 personas, 15 de ellas con discapacidad intelectual y de aquí a 5 años se han marcado el ambicioso objetivo de superar el millón de conservas comercializadas y ofrecer una oportunidad laboral a 30 personas en riesgo de exclusión social.

Gardeniers es uno de los tres Centros Especiales de Empleo de ATADES-Asociación Tutelar Aragonesa de Discapacidad Intelectual, que ocupan ya a 331 personas, un 80% con discapacidad intelectual y en riesgo de exclusión.

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