Aragón cerró ayer uno de los inviernos más secos de las tres últimas décadas. Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirman que en diciembre, enero y febrero llovió hasta un 52% menos de lo habitual. En Huesca, la precipitación acumulada se situó en uno de los niveles más bajos desde 1981 y Teruel, que venía de uno de sus otoños más lluviosos, no recogió ni una cuarta parte de las lluvias que se consideran ‘normales’ para enero y febrero.

Las temperaturas, en cambio, han sido 0,8 grados más altas, de media, en el conjunto de la región, con anomalías de hasta tres grados en municipios como Torla. "A nivel nacional, este invierno ha sido el quinto más seco desde 1981 y el segundo del siglo XXI", destacó el delegado territorial de la Aemet, Rafael Requena. En el conjunto del país, los valores se quedaron un 51% por debajo de la media, un balance incluso más negativo que el de la Comunidad.

En Aragón, la situación vivida entre diciembre, enero y febrero contrasta con la que se venía registrando desde septiembre, mes que marca el inicio del año agrícola. El comportamiento, subrayó Requena,"Al contrario de lo que suele suceder, el grueso de las precipitaciones se registraron en Teruel, no en el Pirineo", aclaró.

Si se tiene en cuenta el periodo que va desde el 1 de septiembre al 28 de febrero, el balance es positivo, con un superávit de 8 litros por metro cuadrado, de media, en toda la Comunidad. Aunque en localidades como Aragüés del Puerto llovió un 45% menos, en otras como Castellote el porcentaje se disparó hasta el 170%.

El invierno, en cambio, empezó con temperaturas "muy cálidas" en Aragón, con anomalías de hasta 1,7 grados en Teruel capital, según los registros de la Aemet. Especialmente significativos fueron los 3,9 grados ‘de más’ que se alcanzaron en Mosqueruela. Solo el sur de la región almacenó unas precipitaciones ‘normales’, ya que tanto Zaragoza como Huesca vivieron un final de año seco con promedios muy por debajo de la serie de referencia.

Enero, un mes marcado por las nieblas, fue "normal" en cuanto a temperaturas y seco hasta su segunda mitad, momento en que empezaron a entrar frentes que estabilizaron las estadísticas e hicieron que Zaragoza acumulara 20,2 litros por metro cuadrado, un valor húmedo para el primer mes del año que coincidió con la primera avenida ordinaria del Ebro. Febrero, por el contrario, fue muy seco en Zaragoza y Teruel y "extremadamente seco" en Huesca. La capital oscense solo acumuló 0,4 litros por metro cuadrado, un 1% de las precipitaciones consideradas ‘normales’. Ninguna de las tres provincias, en todo caso, superó el 25%, situándose Teruel en el 24% y Zaragoza en el 10%.

Escasas lluvias en marzo

Estos porcentajes, los más bajos del trimestre, hacen que asome el fantasma de la sequía, palabra que ya comienza a escucharse entre los agricultores de la Comunidad. La falta de precipitaciones también ha marcado los primeros 15 días de marzo. Solo Huesca ha recogido unos pocos litros, aunque muchos menos que en años anteriores. De cara al lunes, la Agencia Estatal de Meteorología prevé cielos despejados y máximas de más de 19 grados en las tres capitales de provincia.

Récords y amplitud térmica

#Las escasas precipitaciones de este invierno se han unido a unas temperaturas inusualmente altas que han batido varias efemérides. Ocurrió en febrero, con los 25,5 grados que se alcanzaron en Zaragoza el día 27 (tres más que el registro anterior) y los 22,3 de Huesca (+1,3). En Zaragoza, afirmó Requena, solo ha habido seis inviernos tan cálidos como este desde 1981, y en Teruel, tres. También ha habido, pese a todo, heladas de hasta 15,4 grados bajo cero en municipios de Teruel como Fortanete. Semejante contraste hizo que se registraran amplitudes térmicas de hasta 26 grados durante el mes de febrero.