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Eternamente conectados

El 45,1% de los jóvenes españoles se consideran adictos al teléfono móvil. El 72,5% de los aragoneses de entre 10 y 15 años ya tienen un dispositivo.

Imagen de jóvenes utilizando su teléfono móvil en Zaragoza.
Imagen de jóvenes utilizando su teléfono móvil en Zaragoza.
L. Gimeno

Miras alrededor y es imposible no verlos. Los pulgares tecleando a toda velocidad sobre unas pantallas de última generación. Mientras esperas el autobús, mientras comes e incluso a la hora de dormir, el ‘smartphone’ está siempre presente. Sobre todo, en los niños y adolescentes “que ya lo hacen todo desde el móvil y que en muchas ocasiones hacen un uso abusivo de él”, según Sergio Lázaro, psicólogo de la Asociación Zaragozana de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Azajer).

El 45,1% de los jóvenes españoles de entre 14 y 18 años se considera adicto a su teléfono móvil y en Aragón, el 11% de las personas entre 18 y 65 años también lo reconoce. Desde Azajer reclaman “estadísticas de los más jóvenes para evidenciar la realidad de un problema que tiene unos límites bastante difusos porque un individuo puede presentar adicción al móvil a través de otros síntomas”, explica Lázaro.

La Asociación atiende a una decena de jóvenes menores de edad que presentan adicción al juego y a las apuestas en internet y, según cuentan, “en muchas ocasiones esto trae consigo un uso compulsivo del teléfono pues la gran mayoría de jugadores, el 77% (según un estudio de la Universidad de Zaragoza), lo hacen a través del dispositivo móvil, lo que provoca que a su vez estén pendientes de sus notificaciones y redes sociales”, añade este experto.

Los que abusan del teléfono móvil son los adolescentes, pero no son los que piden ayuda. “Los que acuden a la consulta siempre son los padres buscando soluciones para que su hijo deje de estar todo el día con el móvil. No es que los adolescentes no quieran acudir a terapia es que creen que no la necesitan porque no se sienten aludidos. No piensan que abusar del móvil sea un problema porque realmente ven que todo el mundo lo hace”, apunta Alberto Beltrán, del Centro Municipal de Atención y Prevención de las Adicciones de Zaragoza (Cmapa). Es por esta razón por la que el psicólogo asegura que en el año 2018 solo acudieron al centro dos personas que “a través de sus familiares más cercanos sí que reconocían ellos mismos tener un problema con el uso masivo de su teléfono móvil”.

Las terapias del Cmapa se basan en informar a los padres sobre qué pautas seguir cuando se encuentran con esta problemática en casa. “Hay que limitarles el uso del teléfono, por ejemplo, no dejarles usarlo durante las comidas o cenas o evitar que duerman con él en la habitación. Algunos padres acuden al centro diciendo que sus hijos se enfadan si se les prohíbe el uso del móvil, pero no consiste en eso, simplemente se trata de hacer que reduzcan su tiempo de utilización”, aclara Alberto Beltrán.

Uno de los aspectos que generan más discrepancias entre los psicólogos es catalogar el uso abusivo de los móviles como adicción. Beltrán considera que “para que exista un comportamiento adictivo es necesario que la persona quiera evitarlo. Es evidente que el tiempo que se pasa con el teléfono móvil es excesivo, pero si el individuo lo considerase así buscaría otras alternativas o lo reduciría”.

Niños de 8 años con móviles

Según el INE, el 72,5% de los niños y adolescentes aragoneses de entre 10 y 15 años tienen su propio móvil. No obstante, tal como cuenta el psicólogo de Azajer, “hemos tenido casos de padres que regalan a sus hijos móviles con ocho años. Hay que pensar que los niños prácticamente nacen con un dispositivo. Cuando lloran los padres les dan su móvil para que se entretengan. En cuanto a la edad, reconoce que “no hay una concreta, depende de la madurez del niño, pero yo no recomiendo antes de los 12”.

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