Octavio López renuncia al Senado tras ser relegado del número uno en favor del alcalde de Calatayud

La incertidumbre ha tornado en tensión en las filas del PP-Aragón tras la decisión de su presidente, Luis María Beamonte, de relegar a su coordinador general, Octavio López, en la lista al Senado y provocar su renuncia a formar parte de la candidatura. Aunque el líder popular ya había comunicado hace días a López que repetiría como candidato, finalmente optó por desplazarlo a número dos. Su decisión se precipitó tras la adoptada por la dirección nacional, que le ha impuesto también como número dos al Congreso por Zaragoza al concejal Pedro Navarro, una de las personas de máxima confianza del líder nacional, Pablo Casado, y que no forma parte precisamente del círculo de Beamonte.

Octavio López lleva en el Senado desde 2011 y encabezó la lista por la circunscripción de Zaragoza en las dos últimas citas electorales, las de 2015 y 2016. En un comunicado, ha informado este sábado de que renuncia a ir en la lista y abandona la primera línea política para retomar su actividad profesional, que le llevará a reincorporarse al puesto de secretario de ayuntamiento que obtuvo en 1985.

El testigo como cabeza de lista al Senado lo cogerá ahora el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, quien compatibilizará el nuevo reto con su candidatura municipal. La dirección del partido le transmitió esta misma semana que iría en las listas a la Cámara Alta, aunque no ha sido hasta  la mañana del sábado cuando se le ha comunicado que finalmente la va a encabezar, según apuntaron fuentes del PP.

Octavio López obvia cualquier comentario sobre la decisión adoptada por el presidente regional y se limita a señalar que daba «un paso al lado para dejar en manos de otro compañero la labor de representar a los electores zaragozanos».

El veterano político deseó «el mayor de los éxitos» a su partido en las elecciones generales del 28 de abril y en las autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo. En su comunicado no hace alusión a que renuncie como coordinador general del PP-Aragón.

La noticia ha corrido como la pólvora en las filas conservadoras y sus dirigentes no salían de su asombro por la postura adoptada por la cúpula de Aragón, que relacionaron directamente con la sintonía entre Octavio López, Pedro Navarro y el candidato a la Alcaldía de Zaragoza, Jorge Azcón.

Distintos cargos públicos consultados han vaticinado que relegar a una de las personas con mayor influencia en el PP aragonés puede traer consecuencias en los equilibrios internos. Es más, señalaron que el futuro inmediato vendrá marcado por la posibilidad de que Luis María Beamonte obtenga los escaños necesarios y sume la mayoría necesaria para ser el próximo presidente autonómico.

Mientras se fraguaba la renuncia de Octavio López, los tres candidatos al Congreso por Zaragoza (Eloy Suárez), Huesca (Mario Garcés) y Teruel (Alberto Herrero) participaban en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en la presentación de todos los cabezas de lista al Congreso. La lista es de renovación y solo 11 de los 52 que lideraron las candidaturas hace tres años repiten. Uno de ellos es Eloy Suárez, cuya designación es una apuesta personal de Beamonte, mientras que las de Garcés y Herrero son elección de la dirección nacional. Estos dos últimos fueron los principales apoyos de Pablo Casado en Aragón en la campaña de primarias y los ha querido premiar ahora llevándolos al Congreso.

La misma situación se ha reproducido con la designación de Pedro Navarro, una de las personas del PP-Aragón más cercanas al líder nacional y que apostó igualmente por él en las elecciones por la presidencia del partido. «Casado se ha querido rodear de colaboradores afines y Navarro es de su máxima confianza», añadieron fuentes del PP.

Ilusión y responsabilidad

Los tres candidatos al Congreso han destacado la ilusión y responsabilidad con la que habían acogido su designación. Eloy Suárez aseguró que las elecciones del 28-A son las más importantes de los últimos 40 años porque, a su juicio, está en juego «el modelo de convivencia, de país y de democracia». Mario Garcés aludió también al complejo momento político e histórico que vive el país y se comprometió a dar un «empujón» a las autovías de Huesca que impulsó en su etapa como subsecretario de Fomento. Por su parte, Alberto Herrero adelantó que trabajará «con la mayor de las ilusiones» en llevar proyectos e infraestructuras a Teruel.