Universidad de Zaragoza

Un ingeniero zaragozano idea una herramienta para predecir accidentes en obras de construcción

La tesis 'cum laude' de José Francisco Muñoz puede predecir siniestros. Es profesor universitario y director de Proyectos en Idom.

José Francisco Muñoz Villalba
José Francisco sujeta un casco de seguridad junto a una céntrica obra en Zaragoza.
Guillermo Mestre

A finales de los años noventa, tras acabar sus estudios en Ingeniería Industrial, el zaragozano José Francisco Muñoz Villalba empezó a profundizar en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, un campo entonces en boga y en el que se empezaba a legislar. "Poco después entré en la empresa Idom como proyectista y luego como director de proyecto. Era de las pocas personas que estaban formadas en este campo y, casi sin quererlo, me convertí en el especialista de la oficina y luego del grupo", explica.

Su experiencia en el campo y su ligazón con la Universidad -es profesor asociado en la escuela de Ingeniería y Arquitectura de la UZ- le llevó a iniciar una tesis doctoral que ahora ha derivado en una herramienta con la que predecir los accidentes en obras de construcción con una capacidad predictiva superior al 80%. El trabajo ha sido calificado 'cum laude'.

En 2006, la dirección de Idom realizó un análisis del nivel de seguridad en las obras en las que trabajaba. “Un director de obra, cuando se sube a un andamio es para comprobar que está bien un nivel, pero son actuaciones puntuales. Pero las personas que más se exponen a los riesgos en la construcción son los trabajadores de la construcción. Así que la empresa me encomendó ese examen y creé un cuestionario de más de treinta preguntas. La conclusión fue que, pese a no tener una responsabilidad directa, teníamos que hacer algo por avanzar en seguridad. Se tomaron varias medidas: formaciones internas con lecciones aprendidas, fotos de nuestras propias obras, nombramiento de responsables de seguridad por oficinas, establecimiento de un sistema de gestión de seguridad y salud de acuerdo a OHSAS18001. Se repitió la foto en 2008 y 2012”, señala.

¿Qué cambios se apreciaron?

Para empezar, la formación en materia de seguridad del personal de la empresa en las obras aumentó (del 55,4% al 81,9%), con los cual, al ir a ver un pilar de hormigón, soy capaz de ver también si la persona que lo está ejecutando está asegurada. Aunque no sea nuestra responsabilidad directa, ya que esta recae en una persona externa.

¿Y en aspectos más tangibles?

El uso de equipos de protección personal pasó de un 55% a un 91%. O las condiciones de limpieza de la obra, que son una señal de cómo está el resto, igual que el orden en una casa te puede decir cómo funciona una familia. En este ámbito crecimos del 53% al 73%.

El mayor y mejor control se traduce en menos accidentes, claro

El índice de incidencia, número de accidentes por cada 100.000 trabajadores, descendió de 8.862 a 5.038.

También la crisis y la menor actividad habrán contribuido...

Sí, pero desde 2012 han vuelto a aumentar los accidentes en las obras de toda España. Por eso elaboré un nuevo cuestionario, para recabar datos y ver en qué se podía estar fallando. Analicé 314 obras de distintas tipologías y tamaños, tanto públicas como privadas. El siguiente paso fue tomar ese gran conjunto de datos y buscar correlaciones estadísticamente significativas, entre indicadores retrasados (accidentes leves y graves que ya han ocurrido) y adelantados (tanto documentales como prácticos, como por ejemplo, una barandilla mal colocada).

Al final resultaron siete cuestiones con las que predecir accidentes

Por los dos métodos estadísticos utilizados (regresión logística y árboles de regresión) llegamos a una herramienta predictiva, un cuestionario con una fiabilidad del 83% para accidentes leves y un 80% para los graves en el sector de la construcción.

¿El siguiente paso es desarrollar una 'app'?

Mi objetivo es que mi tesis sea útil a la sociedad, a las constructoras, a Inspección de Trabajo y al resto de la Administración. Es una idea a disposición de cualquiera, pero mi predisposición no es vender nada, sino colaborar en la medida de mis posibilidades a reducir la siniestralidad laboral.

¿Qué temas abordan las preguntas?

Hay tres bloques: uno que hace referencia a la formación de las personas de la empresa a pie de obra; otro, sobre la situación documental y cumplimiento de la legislación tanto del promotor como de las empresas contratistas, y un tercero sobre las condiciones de seguridad sobre el terreno, in situ, y su cumplimiento durante los trabajos.

¿En Idom ya se usa el método?

Sí, sobre todo a raíz de la tesis.

¿Qué cultura hay en España de prevención de riesgos laborales frente a otros países?

Toda la normativa europea tiene un patrón común, viene de la misma directiva. Pero en la puesta en práctica nos llevan algo de ventaja. No andamos tan mal, pero respecto a Reino Unido o Luxemburgo, que son casos que conozco, estamos unos peldaños por detrás. Por ejemplo, hay empresas que tienen la seguridad por bandera y otras que la tienen como algo residual. También hay coordinadores de seguridad que están continuamente en la obra y otros que echan una foto desde el coche y se van a otra.

¿Y la Administración?

Cada vez ejerce un mayor control y hace más inspecciones tanto de oficio como después de una denuncia o un accidente. Creo que a un inspector de trabajo le iría muy bien una herramienta como la que he desarrollado.

El obrero, ¿se toma en serio las indicaciones?

Hemos mejorado mucho en ese aspecto desde hace 20 años. Pero los plazos ajustados y el ahorro de costes aprietan muchas veces. Hay empresas que no gastan el 100% de lo presupuestado en el plan de seguridad y salud.

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