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Aula digital entre rejas y sin distancias

Un grupo de 39 voluntarios jubilados enseñan a usar el ordenador a 987 presos de la cárcel de Zuera en un programa que cumple ocho años.

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Pilar Belenguer, una voluntaria de 75 años, enseña a usar un ordenador a un interno de la prisión de Zuera
Guillermo Mestre

Pilar Belenguer es una oscense de 75 años y madre de tres hijos que se apuntó a recibir clases de informática en un centro de mayores en Huesca y ha acabado impartiendo clases a presos del centro penitenciario de Zuera. Uno de ellos es Antonio Giménez, un mecánico nacido también en Huesca hace 24 años, que cumple una pena de cinco años por unos robos (lleva nueve meses). "He mejorado con el ordenador aprendiendo los fotomontajes, y haciendo un curriculum de trabajo", cuenta Antonio Giménez, que suspira con volver a la empresa de palés donde trabajaba y espera "que no se repita" su entrada en prisión. 

El ordenador es utilizado como un arma de entretenimiento, de formación y de resinserción para los internos de la prisión en su espacio sociocultural, que no tiene ningún recuerdo de las rejas sino que acorta las distancias entre profesores (jubilados de los centros de mayores) y alumnos (presos seleccionados de los que se apuntan). "Siempre me ha gustado aprender y soy solidaria con los demás. Cuando me dijeron que fuera a dar estas clases les dije que sí porque les puede servir a ellos (los presos) en la vida y abrirles caminos o encontrar puestos de trabajo", explica Pilar Belenguer, quien destaca que han formado "un grupo muy ameno".

Este proyecto ha acercado a las nuevas tecnologías a 987 internos del centro penitenciario de Zuera, gracias a la participación de 39 voluntarios procedentes de la Asociación de Voluntarios/as Informáticos y de Ámbito Social de Centros de Mayores de Aragón (AVIMAR), quienes han prestado su tiempo y sus conocimientos a los reclusos con el objetivo de mejorar su reinserción sociolaboral.

La directora de la prisión, Carmen Gambaro, que tomó posesión hace una semana, ha agradecido este martes a la Fundación La Caixa su apoyo a este proyecto que combate el riesgo de exclusión social y ha cumplido ocho años en Zuera (empezó hace diez años en la cárcel de Teixeiro). Ha precisado que el año pasado lo siguieron 136 internos, del total de casi mil que lo han cursado en esta década. Además, ha destacado el hecho de que lo impartan personas mayores, que transmiten valores, experiencias y conocimientos, y se fomenta la educación para reducir el analfabetismo digital de la población penitenciaria.

El subdirector de la Fundación La Caixa, Marc Simón, y la directora territorial de CaixaBank, Cristina González, han incidido en el trabajo de la obra social con la gente mayor "como activos" y voluntarios para ayudar a los presos después de que ellos hayan recibido los cursos de informática. Además, han resaltado que llevan a la prisión hasta a un equipo de fútbol de voluntarios para jugar partidos con los internos y algunos trabajadores de su empresa acuden para colaborar en doce microprogramas.

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