"Hay días en los que a la única persona a la que ven los vecinos de un pueblo es a mí"

Si aceptase todos los cafés que le ofrecen a lo largo del día, Mª Carmen Latorre no daría abasto. Esta turolense natural de Barrachina es la visita más frecuente que reciben los vecinos de 14 pueblos de los alrededores de Calamocha, en la comarca del Jiloca. Para muchos, de hecho, es su única visita semanal asegurada.

Entró en 2006 a trabajar como sustituta en la red de carteros rurales de Correos y ahora por fin ha conseguido una plaza fija. Cada jornada recorre 160 kilómetros en su vehículo particular y lleva el correo ordinario y los paquetes a 14 pueblos del entorno.

En algunos, como Fonfría o Allueva, viven menos de 30 personas y para sus vecinos Mª Carmen hace las veces de contacto con la capital comarcal y sus comercios. "El trato es tan familiar que al final les hacemos muchos favores. Nos dan las cartas en mano, sin sello o sin pesar y nos las dejan a deber, les subimos recetas de la farmacia... o incluso alguna vez me piden que les traiga una cremallera de la mercería o cosas así", cuenta esta cartera que acaba de consolidar su plaza tras aprobar el examen que se celebró un septiembre. "Un compañera que entregaba en un pueblo en el que solo vivía una familia les llevaba hasta el pan", cuenta, divertida.

La nieve y la poca frecuencia con la que pasan las quitanieves por algunas carreteras es la única razón por la que Mª Carmen deja de visitar a veces algún pueblo. Fonfría, por ejemplo, es de los más perjudicados por este tema durante el invierno.

"Hay días en los que a la única persona a la que ven es a mí. Incluso más que a los médicos porque yo voy de lunes a viernes y a lo mejor el médico pasa una vez a la semana", enfatiza. Por eso, en algunos de estos núcleos la cartera es casi una vecina más. En Ferreruela, cada mañana, cuando va al bar a dejar el periódico, los vecinos le insisten para que se tome algo con ellos y en las casas llega hasta a sentirse culpable por la cantidad de "cafés con leche" que tiene que rechazar. "Pero es que si no, no llego", se disculpa.

Red de carteros rurales en Aragón

Como operador público, Correos es el único servicios que tiene la obligación de llegar cada día a todos los ciudadanos, independientemente de su lugar de residencia. Por eso, en Aragón cuenta con una red de 299 carteros rurales que cada día realizan en vehículos más de 20.000 kilómetros. Además, al margen de las sucursales de las ciudades, cuenta con una red de 135 oficinas auxiliares: locales con un horario más reducido que atienden a los vecinos en pueblos más pequeños.

En el caso de Mª Carmen y la comarca del Jiloca, ella lo primero que hace cada mañana es ir a la oficina de distribución de Calamocha. Allí llegan todas las cartas y cada repartidor se ordena las que entran en su ruta.

Con el auge de las facturas y correos electrónicos, el volumen de cartas a entregar se ha reducido mucho desde que Mª Carmen entró a trabajar para Correos. A cambio, dice, se ha incrementado "muchísimo" la paquetería pues la venta online también ha calado entre los habitantes del medio rural. "Durante la campaña de Navidad o incluso el Black Friday, se nota un montón", insiste.

Desde las oficinas centrales de zona, Correos confirma lo que dice su cartera. El año pasado el grupo distribuyó más de tres millones de paquetes en Aragón, con un incremento del 77% con relación a 2017. Datos que son consecuencia directa del crecimiento del comercio electrónico. Además, como por obligación Correos es el único grupo con la infraestructura necesaria para llegar todos los días a todos los pueblos, en muchas ocasiones los gigantes del comercio electrónico, como Amazon o AliExpress, hacen llegar sus productos al consumidor final a través de Correos. De hecho, según datos de la compañía, el 49% de los compradores de comercio electrónico recibieron los paquetes a través de Correos y su filial Correo Express.