Fonfría, caudal de vida y centro devoto de su área

En las alturas más señaladas de la comarca del Jiloca, el municipio espera el maná económico de los molinos y aporta al Ebro las aguas del Huerva, que nace en sus tierras.

Rufina echa circunstancialmente una mano en el pastoreo a su hijo.
Rufina echa circunstancialmente una mano en el pastoreo a su hijo.
Laura Uranga

Con 24 años, muchos jóvenes aún no se han ido de sus casas, o todavía buscan su primer empleo estable. Héctor Cañada asumió la alcaldía de su pueblo en 2015, cuando tenía esa edad; fue uno de los alcaldes más jóvenes de Aragón en acceder al cargo. De hecho, sigue siéndolo, porque no hay muchos primeros ediles por debajo de 30 años en la Comunidad. Uno de ellos, perteneciente a la quinta anterior, es su amigo Daniel Pellejero, alcalde de Lanzuela, localidad situada a apenas a 23 kilómetros de Fonfría.

Héctor estudió un grado de construcción y puso una modesta empresa del ramo en su pueblo, que actualmente ya no está operativa. Ahora se dedica a la tierra y al ganado porcino; se organiza para llegar a todo. "Me tocó esta responsabilidad con 24 años y la tomé sin miedo; si lo piensas, tiene un poco de lógica porque soy de aquí, hay mucha gente mayor y funcionamos como consejo abierto, así que resultó sencillo; hablamos entre los vecinos, me ofrecí y no hubo nadie más que se animara. Lo bueno de todo esto es que te sientes útil a tu pueblo; con el arreglo de las calles nos hemos puesto las pilas, este año se ha ido trabajando en eso, se han actualizado las tuberías en varios tramos y llevamos idea de seguir en el esfuerzo".

Héctor recuerda que a Fonfría ha llegado el notición que espera la mayoría de los pueblos pequeños. "Nos han puesto molinos, es algo fundamental para mejorar las cuentas del pueblo. Empezaron las obras el año pasado y a finales de éste deben terminar y entrar en actividad. Los ingresos que venían de otros lados han ido bajando poco a poco, así que va a ser importantísimo. Serán cuatro molinos los que irán aquí, en Allueva van siete u ocho. Hay otro parque en proyecto por la zona de Rudilla, que de momento está parado".

Héctor tiene la base residencial en Calamocha, pero viene a Fonfría a diario a labrar en la zona, donde están sus tíos y abuelos. "Aquí somos familia todos, los que no son de sangre, como si lo fueran. Uno de mis tíos se encargaba de hacer obras en el pueblo, Pascual Martín; hizo unos asadores, trabajos en el Santuario de la Virgen de la Silla... siempre por voluntad propia y sin cobrar; le dieron un premio hace ya unos quince años", explica Héctor.

En Fonfría no hay empresas activas ahora mismo; solamente queda el trabajo del campo y un pastor joven, Patricio, con un rebaño corto de ovejas. Su madre Rufina le echa una mano cuando toca simultanear tareas; con una energía impresionante, se hace respetar por los animales en un pispás. El bar no está abierto, aunque hay una joven hija del pueblo que se está planteando asumir el reto en los puentes y los festivos del año.

En cuanto a los servicios, uno de los más peliagudos en una zona alta y fría como la que ocupa el pueblo es el papel de la máquina quitanieves. "Aunque este invierno está siendo raro, han caído nevadas y aquí, cuando pega, pega –explica Héctor– así que con la quitanieves es un poco lotería; hay años que viene enseguida y otros en las que nos quedamos un día entero esperando". Las alturas en el término municipal de Fonfría son considerables para el área; el pico de la Retuerta alcanza los 1.492 metros. La carretera a Bea está bien durante un par de kilómetros desde Fonfría, gracias a una obra reciente, pero el proyecto completo va desde Vivel del Río y hasta Ferreruela. "¿Ése? Para largo irá, nos tememos -dice Héctor- porque son casi 40 kilómetros y muchos años esperando. Ojalá se mueva".

El paisaje que rodea a Fonfría es variado y pinturero. Desde el mirador de la torre de la Iglesia, en la ladera del pico de La Rocha, se pueden apreciar unos originales estratos inclinados, que tienen forma triangular; reciben el nombre de ‘chevrons’ y han despertado el interés de los geólogos. En cuanto a las fiestas patronales de mediados de agosto son en honor a San Miguel y la Exaltación de la Santa Cruz, dupla que surge de la unificación tradicional de ambos festejos. No obstante, en el pueblo queda activa una asociación cultural, la Peña El Golpe, que recuperó recientemente la fiesta de septiembre el segundo fin de semana; sus miembros están radicados en Teruel, pero la mayoría tienen raíces en el pueblo y todos, desde luego, profesan un gran cariño a Fonfría.

El Huerva o ‘La’ Huerva

Hablar de Fonfría supone referirse al río Huerva, afluente del Ebro que cruza varias provincias hasta su desembocadura en pleno paseo de Echegaray y Caballero; cruza Zaragoza de sur a norte, con numerosos tramos soterrados. El río nace en Fonfría, en un punto concreto que señala un mojón de piedra. Ese lugar se halla justo debajo del Santuario de la Virgen de la Silla, referencia romera para todos los pueblos del contorno. Desde ahí, ‘la’ Huerva –así le dicen algunos de los fonfrianos más veteranos– serpea por espacio de 128 kilómetros hasta aportar su caudal al Ebro en plena ciudad de Zaragoza.

La Virgen de la Silla: ocho pueblos unidos en devoción
La ermita-santuario de la Virgen de la Silla data del siglo XVIII y fue construida en mampostería y sillería; está a dos kilómetros del pueblo de Fonfría, dentro de su término municipal y en dirección a Bea. Ardió en octubre de 1936 y fue restaurada; en la década de los años 60 fueron robadas las dos campanas, que ya no se renovaron. El lugar es de consenso en la zona a la hora de la devoción: hay una hermandad en torno a su culto con cinco siglos de historia, forman Fonfría, Anadón, Salcedillo, Rudilla, Bea, Lagueruela, Piedrahita y El Colladico. Los ocho pueblos acuden en romería el último domingo de mayo: desde la parroquia de Fonfría los cofrades del pueblo junto a los de Salcedillo, Anadón y Rudilla, y en el cruce del antiguo Molino se les unen los del Colladico, Lagueruela, Piedrahita y Bea. Se acude allá de nuevo en el puente de la Inmaculada para colocar el belén y almorzar. La comida típica de los días romeros es la caracolada; también se reparten los cantos, tortas caseras de forma cuadrada. En mayo salen. La historia del Santuario se recoge en los volúmenes ‘Historia y Novena a María Santísima con el titulo de la Silla, venerada en su Santuario de Fuenfria’ (1891), de Pablo Vicente, y ‘La Ermita de la Virgen de la Silla y su Cofradía’ (1990), de Eusebio Jorge Lázaro y Rosario Miravete.

En datos

Comarca: Jiloca.

Población: 28.

Distancia a Teruel, su capital de provincia: 110 km.

Los imprescindibles

Tesoros naturales

Amén de estribaciones de las sierras de Oriche y Cucalón, en Fonfría se pueden visitar parajes como la sierra de Oriche (con la cumbre de La Rocha), los pinares, el bosque de rebollos y las balsas de la Costanilla (foto).

La parroquia

Aunque la ermita-santuario de la Virgen de la Silla es el centro neurálgico de la devoción local (foto) la parroquia de San Miguel también tiene un singular valor arquitectónico. Data de mitad del siglo XVIII.

Domingo Hernando Crespo

Natural de Fonfría, vivió entre el siglo XVI y el XVII. Fue canónigo de Nuestra Señora de la Escala de Milán, doctor en Derecho Canónigo y Teología. Benefactor de su pueblo, legó fondos a la parroquia e hizo un Monte de Piedad.


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