La Guardia Civil rescató 30 cadáveres en la montaña en Aragón durante 2018

Los equipos de rescate de la Guardia Civil rescataron a 712 personas en la comunidad aragonesa el año pasado, un 17% más que en 2017.

Simulacro de rescate de un herido en accidente de montaña con helicóptero en Valdelinares.
Simulacro de rescate de un herido en accidente de montaña con helicóptero en Valdelinares.
Toni García

La Guardia Civil de Montaña rescató en Aragón en 2018 a 30 fallecidos en accidente de montaña, un tercio más que en 2017, cuando se saldó con 20. Así lo han hecho público este lunes en Teruel el Instituto Armado, en una rueda de prensa ofrecida para hacer balance de su actividad.

Durante el acto, celebrado en la estación de esquí de Valdelinares, han estado presentes el subdelegado del Gobierno de España en Teruel, José Ramón Morro; el general jefe de la 8ª Zona de la Guardia Civil, Carlos Crespo, y el consejero de presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén.

Según los datos ofrecidos durante la rueda de prensa, los equipos de rescate de la Guardia Civil rescataron a 712 personas en la comunidad aragonesa el año pasado, un 17% más que en 2017. El 48% de los rescates que hace el Instituto Armado en España los realiza en Aragón.

El general Crespo señaló que, del total de rescates de 2018, 30 personas fallecieron -diez más que el año anterior- si bien ha aclarado que no todas han tenido que ver directamente con la actividad de montaña.

Respecto al número de fallecidos, las unidades que llevaron a cabo su rescate fueron las siguientes: Jaca (1), Benasque (8), Boltaña (8), Huesca (4), Panticosa (4), Mora de Rubielos (2) y Tarazona (3). El balance también recoge 309 heridos y 373 ilesos.

Esta labor se ha realizado a través de los 7 grupos de montaña de la Guardia Civil distribuidos en la Comunidad: cinco en Huesca, uno en Teruel, uno en Zaragoza y la Unidad de Helicópteros con sede en Huesca.

Después de las intervenciones en la rueda de prensa, ha tenido lugar un simulacro de rescate de montaña en el que se representaba la caída de un esquiador por un barranco, al que tenían que acceder los especialistas y, en tirolina, trasladarlo a un punto de extracción para el que el helicóptero pudiera evacuarlo al centro hospitalario correspondiente.

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