Razas autóctonas o cuando el patrimonio está en el ADN

Material genético de las variedades ovinas maellana, cartera y roya bilbilitana será preservado en el Banco de Germoplasma Animal, en Madrid, para evitar su desaparición.

Un macho de roya bilbilitana, una de las razas autóctonas.
Un macho de roya bilbilitana, una de las razas autóctonas.
Agrobi

Preservar material genético para evitar la desaparición de las razas ovinas cartera, maellana y roya bilbilitana. Este es el propósito de los convenios que, el pasado lunes, firmaron en Teruel la directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Esperanza Orellana, y los presidentes de las asociaciones de criadores que gestionan los libros genealógicos de estas variedades autóctonas, todas ellas en peligro de extinción. El depósito y la custodia de dosis seminales, ovocitos o embriones de estos animales se realizará en el Banco de Germoplasma Animal, ubicado en el Centro de Selección y Reproducción Animal (Censyra) de la localidad madrileña de Colmenar Viejo.

"Es la manera de tener una reserva genética de estas razas, que están en riesgo de desaparecer, y de dar un paso más en su conservación y mejora", indica Fran Zalba, secretario técnico de Agrobi, la asociación de ganaderos de roya bilbilitana. En esa línea, Irina Martínez, veterinaria de Angorca, la organización de criadores de cartera, señala: "Existen muy pocos efectivos, unos 8.600 inscritos en la asociación. Por eso es necesario que tengamos conservado ese material, algo que, además, es una forma de mantener la diversidad genética de las razas". "Si no las preservamos, de cara al futuro, perderemos todo su bagaje genético", explica Miguel Buñuel, secretario ejecutivo de Arama, la asociación de ganaderos de maellana.

Cuestión de patrimonio

"Si le preguntásemos a cualquiera qué le parecería que dejásemos destruir algo tan nuestro como el Pilar o cualquier otro monumento aragonés se escandalizaría. Sin embargo, este patrimonio genético que tanto les ha costado conservar a los ganaderos parece que no tiene ninguna importancia", asevera Buñuel.

Para Zalba, que desapareciesen estas razas "sería un drama igual a que lo hiciera el lince ibérico o el rinoceronte blanco". "Se trata de variedades autóctonas, por lo que su origen está en la Comunidad. En el caso de la roya bilbilitana, nació en la comarca de Calatayud y sus alrededores, de donde toma el nombre", añade el secretario técnico de Agrobi. Por su parte, las ovejas de la variedad cartera provienen de la zona de Gúdar y las maellanas están vinculadas al entorno de la localidad zaragozana de Maella.

"Es una seña de identidad. Si desaparecen las ovejas, lo hace también el ganadero, y con él los habitantes de los pueblos pequeños. Mantenerlas es una forma de fijar población y de que se produzca desarrollo rural", subraya Zalba.

En peligro

Actualmente, el número de ejemplares de estas razas –unos 37.000 en el caso de la roya bilbilitana, 8.600 en el de cartera y sobre los 8.500 de la variedad maellana– las sitúa en la zona de peligro. "Se trata de ovejas más rústicas y menos evolucionadas genéticamente, por lo que son menos productivas", comenta Zalba.

Según el secretario técnico de Agrobi, sus criadores se encuentran en "inferioridad de condiciones" respecto a los de otras razas más extendidas, uno de los principales motivos de su posible desaparición. Para revertir esta situación, Zalba propone: "Necesitamos el mayor número de ayudas posibles para que los ganaderos no pierdan dinero y no acaben decantándose por otras variedades".

"Si un día dejan de concederse subvenciones a los criadores, la supervivencia de estas razas está muy comprometida", sentencia.

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