El descenso de ejemplares de razas autóctonas aragonesas pone en duda su permanencia

Las diversas asociaciones denuncian las escasas ayudas a los ganaderos, que cada vez son menos por la falta de relevo generacional.

Dos ejemplares de oveja ojinegra de Teruel.
Ojinegra de Teruel.
Feagas

"Aragón cuenta con un gran patrimonio genético animal, que si no se cuida, terminará extinguiéndose”, concluyen las diversas asociaciones de razas autóctonas aragonesas. Y es que a pesar de que la Comunidad, que tiene veinte razas autóctonas propias de la región, cuenta con cuatro razas catalogadas como de fomento -es decir, aquellas que se han originado en España y que por su censo y organización se encuentran en expansión-, los números de estos ganados no paran de descender.

Concretamente, lo hacen de forma más acuciante las razas autóctonas de fomento ovinas. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Rasa Aragonesa ha perdido en los últimos diez años 61.996 ejemplares en Aragón. En la actualidad, a pesar de seguir siendo la más numerosa con 413.386 cabezas de ganado (374.662 hembras reproductoras) y 464 ganaderías, concentradas en el valle del Ebro, las cifras de 2009 quedan lejos, cuando la región contaba con 475.382 ejemplares (409.028 hembras reproductoras) y 496 ganaderías. “No estamos al margen de la recesión que está sufriendo el sector ovino”, explican desde la Asociación Nacional de criadores de ganado ovino selecto de raza Rasa Aragonesa (ANGRA). “A pesar de este retroceso, el sello IGP (Indicación Geográfica Protegida) Ternasco de Aragón nos está ayudando a que este descenso sea paulatino y no acusado, ya que a pesar de que los consumos de cordero están cayendo de forma estrepitosa, el Ternasco de Aragón consigue mantener sus números”, señalan desde la misma.

En recesión también se encuentra, por tanto, la Ojinegra de Teruel, que se localiza principalmente en la comarca turolense del Maestrazgo. En la actualidad, tiene 20.730 ejemplares (19.858 hembras reproductoras) repartidas en 37 ganaderías, mientras que en 2009, los números ascendían a 28.394 cabezas (27.305 hembras reproductoras) y 56 ganaderías. “La baja rentabilidad junto con la cuestionable calidad de vida dificulta el relevo generacional”, apuntan desde la asociación de Ganaderos de Raza Ojinegra. “Los precios no acompañan, de hecho, en el último año están cayendo de forma acuciante, además de que las ayudas y el apoyo al ganadero por mantener la pureza genética son escasos. Todo ello unido al hecho de que el sistema de explotación dificulta que el ganadero pueda contar con algún día de fiesta al año, dado que vallar es difícil cuando la tierra no es suya y suele estar él solo, lo que complica que los jóvenes apuesten por esta raza y por el ovino”, aseguran desde dicha organización. Así, proponen no solo una mayor implicación por parte de las distintas administraciones hacia las razas autóctonas con el objetivo de preservar el patrimonio genético y de que sean más rentables, sino que además se estudie un posible cambio en el sistema de explotación con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ganaderos.

Las razas autóctonas bovinas de fomento tampoco se encuentran en auge en Aragón. La Parda de Montaña, que aunque se distribuye preferentemente en el Pirineo tiene núcleos en la provincia de Zaragoza y en las sierras de Teruel, cuenta ahora con 21.532 ejemplares (14.349 hembras reproductoras) y 394 ganaderías. Sin embargo, a pesar de que se pueda pensar a primer vistazo que las cifras se mantienen, puesto que en 2009, había 20.711 ejemplares (18.333 hembras reproductoras) y 396 ganaderías, el descenso del número de animales de esta raza reproductores es el que preocupa a este sector. “Hemos tenido problemas para encontrar hembras puras para llevar a las ferias”, aseguran desde la Asociación de criadores de Raza bovina Parda de montaña (Araparda). “Hemos pasado de obtener 10.000 animales nacidos en control (es decir, manteniendo su pureza genética al máximo) a tan solo 4.000”. Además, debido a la escasez de ayudas, el relevo generacional está comprometido a las familias ganaderas, explican: “Si la familia no está detrás es muy difícil que un joven pueda empezar de cero, ya que la inversión es muy alta y las ayudas, mínimas. Además, la Comunidad no ayuda a incentivar este trabajo en pureza y es, por ello, por lo que en Aragón el descenso está siendo constante. Si esto no se combate desde ya, perderemos un gran patrimonio toda la sociedad”.

La raza bovina Pirenaica, que como su propio nombre indica se localiza en el Pirineo, cuenta en Aragón con 3.143 ejemplares (1.632 hembras reproductivas) y 47 ganaderías, mientras que en 2009 había 3.135 ejemplares (1.232 hembras reproductivas) y 54 ganaderías. Aunque catalogada en expansión por el MAPA, en Aragón se encuentra, según califican desde la asociación, en términos de estabilidad. “El número de ejemplares se mantiene, pero no así el de ganaderías”, afirman desde la Asociación Aragonesa de criadores de ganado vacuno pirenaico. “La comercialización no está en su mejor momento, ya que el mercado no reconoce el trabajo que hay detrás para mantener la pureza genética y este es uno de los principales hándicaps, ya que la inversión es muy alta y el retorno no está asegurado si las ayudas no recompensan el esfuerzo. Y es que no solo con esto se preserva la raza sino también la biodiversidad, ya que estos animales se encuentran en zonas a las que no pueden acceder otros bovinos y ayudan a que las zonas no se despoblen y a limpiar el monte y protegerlo de incendios”.

Nueva convocatoria de subvenciones para las asociaciones

Con el objetivo de favorecer la preservación de las razas autóctonas que fomentan la producción cárnica de estas especies en la Comunidad, el Boletín Oficial de Aragón del 27 de diciembre publicó una nueva convocatoria de subvenciones con un total de 200.000 euros. La subvención, que se sumará a los 750.000 euros de las tres convocatorias anteriores y que se recoge dentro del Programa de Desarrollo Rural Aragón 2014-2020 con la cofinanciación al 75% de fondos Feader y al 25% con fondos propios del Gobierno de Aragón, estará destinada a las organizaciones y asociaciones ganaderas de animales de razas autóctonas de fomento.

“El año pasado conseguimos que, a través de una enmienda, esta subvención aumentase de 200.000 a 350.000 euros, una inversión más ajustada a lo que necesitamos”, explican desde ANGRA, aludiendo a los numerosos profesionales con los que cuentan las diversas asociaciones para preservar las razas. “De todas formas, lo más adecuado y favorable sería contar con un ley que estuviese al margen de cambios políticos, ya que a pesar de que este programa nos ha dado una tranquilidad durante unos años, tiene su fin en 2020 o, como mucho, si se prolonga hasta 2022”.

“Las organizaciones estamos en términos de una relativa tranquilidad -apuntan desde ASAPI-, en cambio, el ganadero es el que necesita mayores ayudas que reconozcan su esfuerzo por mantener los productos de la tierra”. Un argumento que se repite desde todas las asociaciones.

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