El censo electoral de las autonómicas llegará a 1.011.188 personas, 9.000 menos que en 2015
La dispersión geográfica, con 700 de los 731 municipios con menos de 1.500 habitantes, dificulta el proceso.
La elección del futuro presidente de Aragón estará en manos de 1.011.188 electores, 8.900 menos de los que integraron el censo en la Comunidad en los comicios autonómicos de 2015. Esta cifra, que corresponde al censo a 1 de diciembre de 2018, supone un descenso del 0,9% respecto al proceso anterior y es la más baja desde 1999. Aunque la incidencia de este dato en los resultados será mínima, sí acentuará aún más las dificultades en la gestión del proceso electoral a las que se enfrenta Aragón por la dispersión geográfica. De hecho, es Teruel la provincia que más electores pierde, un 3,3% con 3.690 posibles votantes menos.
Los analistas políticos apuntan a que, más que a la reducción del censo, deberíamos estar atentos al cambio generacional que se está produciendo. El 35% del censo aragonés, unas 352.604 personas, nacieron hace menos de 45 años y, por tanto, "no tienen conciencia del franquismo". Así lo expone Chaime Marcuello, profesor de la Universidad de Zaragoza, que considera que es un factor que "condiciona la percepción de riesgos" y puede derivar en apoyos a los extremos, a Vox por la derecha y a Podemos por la izquierda.
El cambio también se nota, según Marcuello, en la sociedad, pues "se ha vuelto a politizar la vida cotidiana". Y con ello empiezan a surgir discursos que alimentan la lógica del enfrentamiento y las referencias a cordones sanitarios, con mensajes que los partidos tradicionales hasta ahora siempre habían descartado.
Unos 34.250 aragoneses votarán por primera vez, y casi 150.000 tienen edades comprendidas entre los 18 y los 29 años. Este colectivo, difícil de conquistar por los partidos tradicionales, es el público diana al que se dirigen los emergentes, de uno y otro lado del arco parlamentario, a través de las redes sociales. Facebook, Instagram y Whatsapp son las armas tecnológicas que afilan los partidos aragoneses para arrancar votos a jóvenes y no tan jóvenes.
Pero por un lado va el censo electoral, y por el otro la participación real en los comicios. En las autonómicas aragonesas, los niveles más altos se alcanzaron en 2003, con un 70% y la victoria del PSOE de Marcelino Iglesias, y en 1995, con un 72% y el triunfo claro del PP de Santiago Lanzuela.
Los esfuerzos ahora se centran en garantizar el éxito del proceso, en una Comunidad de 731 municipios de la Comunidad, en la que 700 tienen menos de 1.500 habitantes y es necesario dar soporte a secciones electorales muy pequeñas.
El dispositivo electoral
Más de 1.800 representantes de la Administración se encargarán de transmitir la información de las mesas electorales repartidas por toda la Comunidad el próximo 26 de mayo. Se sumarán a los 6.700 miembros de las mesas electorales, jueces de primera instancia, más de 700 jueces de paz y más de 50 personas relacionadas con el Gobierno de Aragón que trabajarán esa jornada.
Un portal electoral en internet recopilará toda la información relacionada con la nueva convocatoria electoral en Aragón. Con un presupuesto de 1,1 millones de euros, aportará, como principal novedad, información sobre los consejos comarcales y se incorporará, según los resultados de las elecciones municipales, la composición de cada uno de ellos.
En base a los resultados de 2015, se ha calculado un gasto de 227.480 euros en papeletas e impresos electorales.
