Las buenas cifras de crecimiento macroeconómico no están consiguiendo revertir la precariedad laboral de colectivos como la población inmigrante, los jóvenes y los discapacitados. Los trabajadores extranjeros continúan concentrándose en sectores como la hostelería, la agricultura o el servicio doméstico, todos ellos con sueldos más bajos, peores condiciones laborales y menor cualificación. Así, por ejemplo, un extranjero cobra de media 10.640 euros menos que uno aragonés, lo que supone una diferencia del 52,05%.

Así al menos se concluye del informe sobre la población inmigrante en la Comunidad presentado este lunes por Comisiones Obreras y que maneja datos globales referidos a 2017. Según datos de la Agencia Tributaria, en el año 2016 la ganancia media en Aragón ascendía en total a 19.121 euros. Según el origen del trabajador, para uno aragonés era de 20.440 euros mientras que para uno extranjero era de 9.800.

El nivel de ingresos ha disminuido considerablemente entre el comienzo de la crisis en 2008 y 2016, pero mientras para un aragonés su salario ha descendido en este periodo de tiempo un 4,06%, para uno extranjero lo ha hecho por encima, un 10.26%

La secretaria de cohesión y diálogo social de Comisiones Aragón, Marta Arjol, ha destacado durante la presentación del estudio que la elevada temporalidad que soporta este colectivo “limita su acceso a la protección social haciendo que su riesgo de exclusión sea más elevado”. De hecho, de los 163.329 contratos firmados en 2017 en Aragón con asalariados extranjeros (un 14,94% más que en 2016), 13.153 fueron indefinidos, lo que supone solo un 8,05%, mientras que la gran mayoría, 150.176 fueron temporales, el 91,95%.

Otro indicador que también refleja este dossier es la segmentación de este colectivo en cuanto a las ocupaciones más habituales. Más de la mitad de los contratos registrados, el 54,05%, han sido firmados como peones agrícolas, peones de las industrias manufactureras, camareros asalariados y personal de limpieza y otros establecimientos similares.

Los peones agrícolas acumulan el 26,04% de los contratos suscritos por inmigrantes, como consecuencia de la campaña de recogida de la fruta que empleo a temporeros. De hecho, del total de empleos a los que se han incorporado trabajadores foráneos, el 44,84% ha correspondido al sector servicios y el 36,30% al agrícola. Por nacionalidad, son mayoría los ciudadanos rumanos y marroquíes y entre los dos suman el 49,52 del total de los contratos registrados.

En la presentación de este dosier, Arjol ha lamentado que la relación entre los trabajadores españoles y extranjeros “es de complementariedad y no de competencia, pese a lo que se quiere vender” y que los “prejuicios sociales y la normativa” les predisponen a aceptar puestos de trabajo en peores condiciones. Por ello, Comisiones Obreras ha exigido que se refuercen las inspecciones de control por parte de la administración y un “mayor compromiso empresarial en la gestión de la diversidad”.

El documento también refleja que la población extranjera supone en Aragón el 10,41% del total. El grupo de edad que mayor porcentaje representa es el situado entre los 30 y los 44 años, un 37,2%, mientras entre los inmigrantes que están entre los 15 y los 64 años suponen un 81%. Una cifra que muestra que la mayor parte de los vecinos foráneos se sitúan en un tramo de edad laboralmente activo. El grupo de mayores de 65 años es el que recoge las diferencias más notables y si mientras entre los españoles asciende a un 23,9%, en el caso de los extranjeros es solo de un 2,4%.