Almonacid de la Cuba quiere que admires su presa

El municipio del Campo de Belchite ultima un proyecto para hacer visitable a corto plazo la inmensa edificación romana hasta su misma base, gracias a un sistema de pasarelas.

José Enrique Martínez, alcalde de Almonacid de la Cuba, ante la presa romana.
José Enrique Martínez, alcalde de Almonacid de la Cuba, ante la presa romana.
Laura Uranga

José Enrique Martínez es una persona muy expresiva; habla con vehemencia y cordialidad a partes iguales, y a veces da la sensación de ir dos pasos por delante de la conversación; cuando su interlocutor está asimilando la información recibida, él ya está desarrollando los dos siguientes temas. Entusiasta como pocos, desde luego. Entró en la alcaldía de Almonacid de la Cuba en esta última legislatura; su antecesor sumaba dos décadas en el cargo. "Aquí se andaba a la búsqueda de gente que quisiera asumir el reto, con poco éxito, así que decidí presentarme; mi hija me animó diciéndome que si no me lanzaba yo lo haría ella. El anterior alcalde también me animó, nos llevamos muy bien. Mi padre fue el primer alcalde de la democracia, acaba de cumplir 93 años… había acicates para intentarlo".

A José Enrique se le ilumina el gesto cuando habla de la presa romana que saluda al visitante de Almonacid en la misma entrada del pueblo. "Es del año 83 d.C, es nuestro gran valor, en excelente estado de conservación... pero tenemos que darla a conocer un poco más. Hay un punto de información turística en marcha que queremos abrir en Semana Santa, y hemos pensado plantear una ruta en la zona que incluya el viejo Belchite, Goya y nuestra presa, entre otras posibilidades".

La idea de conexión con otros municipios se fundamenta en una nueva alternativa local; otro modo de admirar la presa. "Para hacer visitable el total de este entorno hay un proyecto de pasarelas que permitirá al visitante acercarse a pie de presa, hasta la misma compuerta; esto debe llegar pronto, la idea es que en septiembre ya se puedan recibir visitas escolares y grupales. Ver la el muro en tus morros es tremendo. ¿Sabes que los romanos solían construir presas en talud, no en pared? La nuestra tiene 32 metros de altura y 107 de anchura; durante 1.500 años fue la presa más alta del mundo, hasta que se construyó una que resultó ser dos veces más grande, en el Éufrates. También impresiona el aliviadero, es del siglo XIII".

Almonacid de la Cuba también maneja un segundo objetivo turístico: las rutas de escalada. "Ahí tenemos –señala José Enrique– un socio potencial claro en La Puebla de Albortón. Nosotros tenemos la Peña del Águila, muy espectacular, y otra excursión más accesible que arranca a pie de carretera. Ellos cuentan con la Val de Zafrané. Creo que sería muy interesante".

Poca emigración

José Enrique señala que el suyo es un pueblo dormitorio para la comarca. "Mucha gente de aquí trabaja en otros pueblos de la zona y duermen aquí. Estamos aquí, encajonados entre montañas, nuestro entorno no se parece al de nuestros vecinos. Los almonacinos queremos a nuestro pueblo; puede que sea el de menor emigración de la comarca, nos resistimos a marchar. Hay agricultores que han modernizado sus explotaciones, están las granjas, los servicios con tienda multiusos, casino, hogar del jubilado con cafetería, colegio abierto, farmacia, médico y enfermera… además, la Asociación Cultural La Cuba está cada vez más activa, sobre todo en materia de cursos y obras de teatro, y los jóvenes acaban de constituir una asociación de fútbol sala".

El alcalde recuerda que el municipio va a contar en breve con una nueva fuente de ingresos. "Los molinos de viento son una solución de futuro; vienen unos pocos, todavía no sabemos cuantos, y será una fuente de ingresos que ayudará con los retos del pueblo; también nutrirá un pequeño fondo de desarrollo local, destinado a los servicios del pueblo, para que no desaparezcan. También hay un ‘catering’ local, La Deliciosa, que ha puesto una vecina; se ha recibido una solicitud para abrir un horno de bollería industrial, y hay dos casas rurales, Molino Alto y Casa Goya. Otro vecino quiere poner una destilería y hay idea de abrir un restaurante al calor de los nuevos visitantes derivados del proyecto turístico. También existe la posibilidad de una urbanización de chalés".

José Enrique no quiere concluir la radiografía a Almonacid sin un mensaje de gratitud a sus vecinos. "Aquí todo el mundo arrima el hombro cuando se les pide ayuda, participan de todo, se involucra; este es un pueblo cohesionado, que critica de manera constructiva, nunca para hacer daño. He tenido suerte estos tres años con esa actitud de mis vecinos".

Fiestas de todos los colores durante el año entero

Almonacid de la Cuba sabe cómo celebrar una buena fiesta, sea religiosa o pagana. Hay fiestas para la virgen de agosto, que siguen el 16 por San Roque. "Y al día siguiente el perro de San Roque –bromea el alcalde– porque duran tres días. Hay concurso de carrozas y lanzamiento de chorizos desde el ayuntamiento. Bueno, son fuets, vienen envasados; los lanzamos al grito de ‘chorizos fuera’ como rechazo a la corrupción". Las fiestas menores son en San Jorge, que se celebra el tradicional 23 de abril (hay feria del libro y teatro) también el último sábado de mayo, cuando se va a la ermita del santo con tractores enramados. También se celebran las fiestas clásicas de San Antón y Santa Águeda en invierno, los carnavales y la Semana Santa muy sentida, gracias a los toques de la cofradía que ha revitalizado la procesión desde 2001. El último sábado de noviembre hay concurso de migas (lleva cinco años) y en ese día también hay guiño amanecista con otro que premia la calabaza más grande, otro de cortadores de jamón... hay visita de la charanga de Azuara, y el ayuntamiento hace perolo para vecinos y visitantes. La feria romana lleva diez ediciones; se hace el primer fin de semana de julio. Son dos días; el viernes llega el cónsul a la inauguración de la presa y lo recibe el tribuno del pueblo, y al día siguiente hay recreaciones, mercadillo, circo, malabares… además, se celebra una boda patricia con toda la parafernalia, comida por cortesía municipal y cena de la asociación La Cuba.

Los imprescindibles

Patrimonio religioso

Almonacid de la Cuba cuenta dentro del pueblo con la iglesia de Santa María la Mayor, la ermita de la Virgen de los Dolores –conocida como la de las Prioras– y la ermita de las Nieves, en la parte alta. La de San Jorge está a siete kilómetros.

Jesús F. Barranco

Asentado en Almonacid de la Cuba con su taller Anfanea, después de una década en Estados Unidos, ha venido trabajando por encargo en cerámica, pintura y restauración, fundamentalmente espacios monumentales públicos.

El Molino

Los apartamentos del Molino Alto son tres: el Rosar, el Moler y el Porgar. En la planta baja está situado el molino harinero que ha sido restaurado y habilitado para su visita. En la planta calle se encuentran las zonas comunes.

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