El valle del Aragón: una tierra con arte, cultura y naturaleza

Este área de la comarca de La Jacetania ofrece multitud de opciones para disfrutar en familia.

Imagen del entorno próximo al monasterio de San Juan de la Peña.
Imagen del entorno próximo al monasterio de San Juan de la Peña.
Javier Blasco / HERALDO

Ubicado en la comarca de la Jacetania, en pleno Pirineo aragonés, el valle del Aragón toma su nombre del río homónimo, que lo vertebra de norte a sur y nace casi en la frontera con Francia, en los ibones de Truchas y Escalar. Se trata de un área que cuenta con un entorno incomparable en el que se ofrecen multitud de actividades en contacto directo con la naturaleza, además de otras de índole cultural, relacionadas con el patrimonio histórico o las costumbres de la zona.

Lugares como el valle de la Garcipollera, un enclave tranquilo e idóneo para pasear o hacer rutas en bicicleta; la iglesia románica de San Adrián de Sasabe; las archiconocidas Cuevas de las Güixas de Villanúa, donde todavía se conservan dólmenes megalíticos; el puerto del Somport, con sus verdes praderas que sirven de punto de partida para inolvidables excursiones de alta montaña; o el tramo aragonés del Camino de Santiago Francés, el valle del Aragón cuenta con un sinfín de posibilidades para visitar.

La carretera N-330 se adentra en el valle siguiendo paralela el curso del río Aragón. Una ruta de acceso que, si se toma, puede servir como guía para atravesar los principales puntos y disfrutar en cada momento de la hospitalidad y la belleza del entorno. Una serie de escenarios que albergan joyas como la Estación Internacional de Canfranc, inaugurada en 1928, declarada Bien de Interés Cultural y que organiza visitas guiadas con regularidad. Este año se iniciaron las obras en el área de la explanada de Los Arañones, en lo que supone el inicio de un ambicioso proyecto de revitalización del conjunto ferroviario.

A las actividades habituales del valle, se han sumado recientemente otras como las rutas ‘slowdriving’ y se han popularizado algunas como las de turismo ornitológico, organizadas por el Gobierno de Aragón y que brindan a los asistentes la oportunidad de contemplar más de 200 especies de aves en rincones tan singulares como el valle de la Garcipollera.

Una amplia oferta que se completa con los festivales de música que tienen lugar en los municipios del valle, muy afamados en la Comunidad y que congregan a cientos de visitantes año tras año.

Actividades

Las actividades que se pueden realizar en el valle son ilimitadas. Las condiciones paisajísticas y naturales permiten multitud de vías para escaladores, alpinistas, senderistas y aficionados al barranquismo o las rutas BTT. Además, es cada vez más frecuente la demanda para probarse con el parapente, una de las disciplinas más espectaculares que se pueden practicar en la montaña, y montando a caballo. Asimismo, otra de las experiencias más populares es la ruta de Las Güixas, en Villanúa, una cueva de disolución ahondada en roca caliza que se comenzó a formar durante las últimas glaciaciones de la era Cuaternaria. En su interior, el agua, poco a poco, ha ido configurando un vistoso escenario subterráneo, adornándolo pacientemente con bellas formas calcáreas como estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas o gours.

Rutas 'slowdriving'

Se trata de una de las novedades más recientes en lo que se refiere a las experiencias que pueden vivirse en el valle del Aragón. Las rutas ‘slowdriving’ consisten en viajar por carreteras secundarias, sin prisa, y disfrutar de parajes naturales incomparables como los que ofrece este lugar. Los itinerarios Reyes de Aragón, que atraviesa el territorio aragonés de norte a sur, evocando el proceso histórico de formación territorial de la región; y Orígenes del Reino de Aragón, que recorre lugares como el impresionante monasterio románico de San Juan de la Peña, construido en el siglo X, con su panteón real y los valles que propiciaron el nacimiento de este territorio; forman parte de ellas y constituyen una interesante opción para disfrutar de las ventajas que ofrece esta rica zona de una manera diferente.

Arte

Las localidades que forman parte de la comarca de la Jacetania poseen un patrimonio cultural muy rico, en el que destaca notablemente el arte románico. Se trata de un estilo en el que se construyeron emblemas como la catedral de Jaca, la iglesia de Santa María de Iguácel o el monasterio de San Juan de la Peña.

Las iglesias parroquiales junto al embalse de Yesa o las de los pueblos del entorno de Jaca como Barós o Asieso también son muy significativas a este respecto, así como la importantísima colección de arte románico que alberga el conocido Museo Diocesano de la cabecera comarcal, con capiteles, tallas, rejas románicas y una selección de pinturas murales originales de esta modalidad artística.

Artesanía

El primer fin de semana de agosto, Villanúa celebra el Mercado de Arte, Artesanía y Reciclaje, en el que se habilitan numerosos puestos de forja, madera, pintura, textil, piedra y orfebrería. En el encuentro se exponen numerosos productos de calidad y se llevan a cabo demostraciones que acercan los antiguos oficios al público y que muestran a la perfección los modos de trabajar artesanalmente con estos materiales.

Una selección a la que hay que añadir los puestos dedicados al arte y a la gastronomía local. Esta manifestación artística se repite en otros muchos puntos del valle, como en Borau, localidad perteneciente al municipio de Jaca, donde se fabrican creaciones tan populares como los jabones artesanos, los cuales se unen a otras ideadas por los miembros de la Asociación Arte y Artesanía de la Jacetania.

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