Martín del Río, vergel y reposo

El entorno natural del pueblo incluye un camping y un parque de aventura, pionero en la provincia de Teruel. La huella del pasado minero aún está muy vigente.

Francisco Martínez, alcalde de Martín del Río, en una mesa del campin local.
Francisco Martínez, alcalde de Martín del Río, en una mesa del campin local.
Laura Uranga

El alcalde de Martín del Río sabe verle el lado bueno a las cosas. Ese espíritu lo lleva al extremo en el último cortometraje de Moncho Delgado con motivo de la Lotería de Navidad del pueblo. Ni historias bucólicas, ni lágrimas tiernas, ni señor sin pelo soplando la palma de la mano; en el delirante filme de Moncho, que tiene 10 minutos de duración y se puede ver en You Tube, a Paco –así le llaman al primer edil en el pueblo– lo secuestra el grupo de facinerosos que trata de hacerse con la lotería que se juega en Martín este año. El número es el 89.743 y no, no puede adquirirse ‘online’, así que si creen en las premoniciones, acérquense a este municipio de las Cuencas Mineras e intenten conseguir algún décimo o participación, si es que aún hay papel disponible.

Francisco Martínez lleva tres años y medio en la alcaldía; antes pasó ocho como teniente de alcalde. Es natural de Utrillas. "Llevo 30 años aquí, me casé con una chica de Martín. Estoy jubilado de la mina desde hace 15 años e hice mi casa en la que era antigua herrería; vaya, la rehice. Siempre he estado muy a gusto en Martín". El pueblo tiene un ‘casi gemelo’ de nombre en la otra punta de la provincia, y Francisco comenta la jugada con una mezcla de sorna y diversión. "Que existamos nosotros y San Martín del Río en la misma provincia hace que sean normales las confusiones, aunque no te creas, más de una vez nos ha pasado con los artistas de las fiestas, que llegaban tarde y decían que se habían ido al otro lado por error. Sé que a ellos también les pasa. Nuestro río es el Martín, no el Jiloca". Ambas localidades distan casi una hora en automóvil.

Ríos no faltan en este enclave de las Cuencas Mineras. Además del mentado Martín están dos de sus afluentes, La Rambla y Viver, y el río Las Parras llega al embalse del mismo nombre, otro de los puntos fundamentales del municipio. Un apunte: el río Viver está lleno de matojos, y en la última lluvia torrencial hubo sustos por desborde del cauce. También hay unas tumbas medievales –se cree que visigodas– y se están acondicionando las trincheras de la guerra civil para hacerlas visitables. En el aspecto religioso destaca la ermita de los Santos y la monumental parroquia local de la Asunción, castigada en la guerra civil y rehabilitada después.

Martín del Río

Además del patrimonio natural y paisajístico, el alcalde hace hincapié en la cantidad de servicios que atesora el pueblo. "No estamos tan mal en cuanto a servicios para ser un núcleo pequeño –apunta– porque tenemos escuela con 32 chicos, farmacia, turismo rural en La Casa de la Abuela, un súper, dos bares, banco... la peluquería la lleva una chica de Zaragoza, Susana Solsona, que se casó con un mozo del pueblo y se instaló aquí. También hay consultorio médico, pabellón multiusos... y tenemos Utrillas a ocho kilómetros. Aquí casi todos los jubilados éramos mineros, y de la población más joven mucha gente trabaja en Casting Ros o Fertinagro en Utrillas".

El campin y la aventura

En el monte de Martín del Río hay dos polos ‘magnéticos’ para el visitante, administrados por separado aunque contiguos en la localización. El primero es el Circuito de Aventura de Valdelagua, que se inauguró hace ocho años con aporte municipal y diversas subvenciones comarcales y provinciales, amén de fondos europeos. Como nota curiosa, dada la cantidad de émulos que han surgido después, Valdelagua fue el primer parque de aventura de toda la provincia.

El campin Las Cabañas es municipal. "En la zona de acampada hay bungalows y cabañas, más un edificio central de servicios –explica Francisco– y también se cuenta con una caseta reservada para los cazadores. En verano suelen venir muchos ‘boy scouts’, sobre todo de Valencia y Madrid. Muy cerca está el embalse de Las Parras".

La residencia de ancianos es el otro gran motor económico del pueblo. Se hizo con fondos Miner y costó 7 millones y medio de euros. "Es un gran aporte para las cuentas del municipio –reconoce el alcalde– pero es que además se trata de una fuente laboral clave para la zona, no solo para Martín; hay una gran mayoría de personal femenino, porque si no me equivoco, de una plantilla profesional de 48 solamente hay dos hombres. Está especializada en enfermos de alzhéimer, es el elemento diferenciador que la hace única en Aragón; también alberga a varias personas con invalidez física, y hay algunas plazas concertadas".

En materia económica, las cuentas locales van justas, aunque se ha rebajado la deuda. Las obras se acometen con mesura, y siempre subvencionadas, con los fondos Fite consagrados a la red de distribución y la reparación de varias calles. "No podemos despistarnos –precisa Francisco– porque por aquí hemos visto el lobo varias veces; ya ocurrió con los cierres de Aliaga y Escucha, luego Ariño y en el horizonte está lo de Andorra; hay que buscar alternativas para los que estamos y los que vienen; fíjate que esperamos cuatro nacimientos de niños en el pueblo para 2019, algo insólito en los últimos años".

En materia cultural, la Asociación del Olmo se encarga entre otras cosas de la cabalgata de Reyes, y la Asociación de Mujeres Isis está alerta todo el año, desde el apoyo a la semana cultural en verano junto al colegio y el propio ayuntamiento a diversas actividades fuera del pueblo. Las fiestas locales de agosto duran casi una semana, y son muy populares en la zona.

El sector de la caza de la cabra montesa atrae a aficionados de todo el mundo, desde estadounidenses a alemanes. En cuanto al tejido productivo local, hay que destacar la presencia de tres empresas de albañilería. "No les falta faena –aclara el alcalde– y lo mismo pasa con la firma cementera Azuara Mallén. La gente de Congelados Cusa son de aquí, aunque la empresa no esté en el término municipal. También hay negocios curiosos, como el de Dori Millán, que ha puesto una granja de caracoles para uso culinario y también lleva un albergue de acogida para perros. Debo decir que los trámites para emprender este negocio le han costado muchos meses. Deberían facilitar las cosas los que hablan de combatir la despoblación".

La obra investigadora de Eliseo Moreno

Martín del Río es la localidad natal de Eliseo Moreno, escritor y antiguo Presidente Nacional de Enseñanza de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-CSIF). Eliseo Moreno es el autor de ‘Depurar y castigar. Los catedráticos de Geografía e Historia en los comienzos del Estado franquista (1936-1943)’, prologado por el profesor Ignacio Peiró, y que constituyó la tesis doctoral de Moreno en la Universidad de Zaragoza. El estudio que hace Moreno en esta obra se centra en la descripción de las trayectorias académicas de los catedráticos de Geografía e Historia activos el 18 de julio de 1936, y en las vicisitudes de sus vidas profesionales y privadas durante los tres años de la Guerra Civil. Moreno escudriña en la incidencia que los procesos de depuración franquistas tuvieron sobre cada uno de ellos, después de analizar la vertebración de la segunda enseñanza en el sistema educativo liberal estructurado a partir de la Ley Pidal de 1845. Moreno describe la situación de la segunda enseñanza desde la proclamación de la República hasta el final de la Guerra Civil, y termina con un corolario dedicado a quienes accedieron a la cátedra en 1940, a través de las ‘oposiciones patrióticas’.

Los imprescindibles

El parque y la democracia

El parque infantil local se llama Tomás Valiente; el nombre honra al primer alcalde de la democracia. No confundir con el jurista Francisco Tomás y Valiente, presidente del Tribunal Constitucional, asesinado por ETA en 1996.

‘Zorrente’ y la lotería

Un año más, y van varios, Moncho Delgado reúne a sus vecinos en un corto jocoso sobre la Lotería de Navidad del pueblo, con el personaje de ‘Zorrente’ –inspirado en Santiago Segura– como modelo. Grotesco... y entrañable.

Los ‘zorros’

El apodo coloquial de los de Martín viene de una canción que dice "los de Martín son unos zorros, tocan a misa y no van todos". Las orquestas la solían interpretar en las fiestas y los vecinos la bailaban en corro.

-Ir al especial de 'Aragón, pueblo a pueblo'.

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