Plasencia de Jalón desmiente la mala prensa de los juegos de manos

La pujanza regional (con prestigio nacional reconocido) de Manualidades Urrea y las humildes artesanías de Gregorio González son dos ejemplos dispares e igualmente valiosos del hacendoso perfil del municipio.

El albañil (y artesano aficionado) Gregorio González, un dechado de simpatía.
El albañil (y artesano aficionado) Gregorio González, un dechado de simpatía.
Laura Uranga

Hace diez años, tras otra década orillado por mor del olvido transitorio, se volvió a bailar el dance de Plasencia de Jalón, de tres partes paloteadas y una bailada, las ‘naranjillas’, la que más le gusta a Caridad González, vecina del pueblo. En la recuperación de este tesoro local se aplicaron varios jóvenes, hijos del pueblo, y contaron con la asesoría –entre otros– de Gregorio González, albañil local de vocación tardía y artesano de afición, un chaval de ojos chispeantes a sus 95 años. "¿En plena forma? No digas eso, las piernas ya no me llevan bien, pero es verdad que siempre me han gustado las manualidades". Enseña unos llaveros de colores con cables. "Se me han acabado los cablecicos, tengo que conseguir más para seguir haciendo; siempre los regalo, nunca los he vendido. Si queréis uno –se quita el suyo del manojo de llaves– para vosotros. Espera, uno para cada uno". Gregorio también se dio maña con la pala y el cemento, construyó varias casas del pueblo. "Estuve en el campo desde chico, ayudé a mi padre, aunque fui al colegio hasta los catorce años. Lo de albañil fue a los 50 más o menos; no me he movido de aquí, ni ganas. Y ahora ya, tranquilo".

Bastante más nuevos en la plaza son los tres hermanos Cote, propietarios de la empresa más activa del municipio; Manualidades Urrea. Aunque para ellos Plasencia es simplemente su lugar de trabajo (nacieron en Zaragoza y viven en la vecina localidad de Urrea de Jalón) están muy agradecidos al pueblo que les acogió hace poco más de una década. "La sociedad la formo yo con mis hermanos Jesús y Javier. Jesús estudió magisterio, Javier económicas y yo derecho, pero ya ves, aquí estamos con las manualidades –explica sonriente Hausa, la hermana mayor– y tenemos dos empleadas en esta nave municipal que nos alquiló el ayuntamiento de Plasencia; la empresa tiene origen familiar. Mi padre fue militar y estuvo destinado en el Sahara; cuando se jubiló le dio por hacer moldes de escayola, mi madre se puso a ayudarle... y hasta hoy. Empezamos en el barrio Oliver de Zaragoza en 1992, yo estudiaba Derecho, en la facultad conocí a mi marido, y luego mis padres compraron casa en Urrea: trabajaban en la parte de abajo. Al crecer buscamos otro sitio, esta nave se acababa de terminar y la teníamos a cinco minutos de casa. Fue perfecto".

Plasencia de Jalón

La empresa es mayorista; vende a tiendas de manualidades, englobadas en el sector de artículos de papelería. "Nuestra seña es la calidad en el producto y el trato familiar, fundamental en este negocio, pero no estudiado; es que nos sale así –explica Hausa– y así seguiremos. Vendemos la materia prima en crudo, pero también enseñamos a las tiendas cómo queda el producto acabado, cómo usar cada tipo de pintura, los acabados sobre madera, cartón, papel maché, resina, marmolina, lienzos… ahora se venden mucho las siluetas de DM; es una madera prensada, como un cartón duro que se perfila con láser y que deja la tarea de colorear al artesano. Hace unos años eran los marquitos de marmolina, antes arenas de colores sobre papel, cristales… va cambiando".

La fiebre ‘vintage’ también ha pegado fuerte en las manualidades; adiós al pan de oro y plata, a los repujados y estaños. "A ver, el brilli-brilli tiene su público, pero es verdad que ahora mismo lo que más se pide es mate, desde lo nuestro a la propia ropa y la decoración. Si vas a una Feria del Regalo en Ifema y ves que se llevan decapados, blancos rotos, todo rústico… ese es el camino. Por suerte, las manualidades atraen ahora a nuevos públicos; antes todo eran madres y abuelas en clases de belenes, bargueños o taraceas, y aunque siguen siendo mayoría, ahora hay más gente joven en las clases que dan las tiendas, la gente quiere aprender a restaurar y reciclar muebles… es fundamental tener un poco de todo, para poder llegar a todos los rincones de España, que es lo que hacemos. Hemos ido a alguna feria en Alemania, concretamente tres años a Fráncfort, pero es una inversión dura para una empresa pequeña en tiempos críticos".

Hausa da cursos por toda España, y también en la bodega de su residencia en Urrea. "Funcionamos con el calendario escolar; las madres vienen cuando los niños están en el colegio. Notamos la semana blanca, la navidad, en verano no hay cursos… pintan cuando tienen a los niños en el cole. El negocio de las tiendas de ropa nos sirve para aguantar los tres meses de verano, muy flojos en las manualidades. Los cursos gratuitos para nuestros clientes de las tiendas son de cuatro días en Urrea, con jornadas intensivas. Es nuestro modo de corresponder a su fidelidad; solo pagan las piezas en crudo y el alojamiento en la casa rural El Hogar de Bardallur, que es una maravilla; yo les doy los materiales y les enseño las técnicas, con la idea de planificar luego sus escaparates. Fundamental: les invitamos a brasa. Traen familia, productos de su tierra, lo pasamos pipa".

La parroquia de San Juan Evangelista tiene una Virgen del Pilar

Patrimonio explica que la parroquia local está unida al edificio palacial del pueblo por un pasaje. Presenta una planta es de cruz latina, con nave de tres tramos, brazos del crucero y cabecera, cubiertos por bóveda de medio cañón con lunetos. El crucero exhibe cúpula gallonada con ocho lunetos que apoya sobre pechinas, en los que hay yeserías con ángeles y guirnaldas. Las bóvedas se apoyan en pilastras toscanas.

La fachada de los pies es de ladrillo, sobre un zócalo de piedra. Se estructura con un cuerpo central resaltado flanqueado por pares de pilastras, entre las que se dispone la portada con arco de medio punto con escudo de los condes de Plasencia y una hornacina con la imagen de la Virgen del Pilar. La torre se sitúa también a los pies, en el lado del evangelio. Presenta un solo cuerpo de campanas muy reciente. La cornisa del resto de la iglesia está formada por tres filas voladas de ladrillo a sardinel formando tacos. 

Los imprescindibles

Las fiestas

Las principales fiestas de Plasencia son el 5 de febrero (la hoguera de Santa Águeda), 13 de junio (San Antonio de Padua, el patrón del pueblo, con el dance que incluye el baile de las naranjillas) y el 11 de septiembre.

Coglor

Zona despoblada, está a un kilómetro al sur del casco urbano de Plasencia. Allí se erguía un castillo (Caulor, en la foto) que, al igual que ocurrió con las edificaciones aledañas, se abandonó tras la expulsión de los moriscos.?

Un poco de historia

Dsde el siglo XIV, el pueblo perteneció a los condes de Luna. En 1429 pasó a los Lanuza y en 1611, Felipe II le concedió a Pedro de Lanuza el título de conde de Plasencia. También otorgó Carta Puebla a la localidad.

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