Un reciente estudio elaborado por naturalistas aragoneses muestra cómo las aves siguen muriendo en los parques eólicos, lo que provoca un grave daño a la biodiversidad.

En un trabajo de campo realizado en tres jornadas de primeros de septiembre pasado, los naturalistas hallaron cinco cadáveres o restos de buitre leonado, alguno muy reciente y otros con meses de antigüedad. Los datos reflejan una ratio de un ave grande por cada diez máquinas. Según denuncian, uno de los buitres leonados se halló bajo aerogeneradores ubicados en una Zona de Especial Protección para las Aves de la Red Natura 2000.

Los datos obtenidos arrojaron las siguientes conclusiones: "la mortalidad de aves se sigue produciendo, y en ratios elevadas". Además, "Los cadáveres no se retiran sistemáticamente y por tanto no existe contabilidad de los accidentes que causan los aerogeneradores entre vertebrados voladores como son aves y murciélagos". También concluyen que los obligados trabajos de seguimiento de accidentes de fauna a que se sometieron los parques tras su instalación durante los primeros tres años de funcionamiento no han servido para adoptar medidas para evitar la mortalidad de aves y murciélagos. Asimismo, denuncian que los nuevos parques eólicos autorizados "no conllevan dispositivos o medidas para evitar las colisiones de aves y murciélagos".

Según los ingresos de aves por colisión en el Centro de Recuperación de Fauna del Gobierno de Aragón situado en La Alfranca, en 2017 hubo un repunte de hospitalizaciones por este motivo. Así, 546 aves entraron en ese año en el centro de recuperación tras chocar contra algún objeto, mientras que en 2016 fueron 521 los ejemplares ingresados, y en 2015 fueron 418.

En 2017, los ingresos por colisión "afectan a un elevadísimo número de especies de aves y mamíferos voladores (66 especies), siendo las especies más frecuentes las cigüeñas comunes (129 ejemplares), los buitres leonados (95), seguidos por las grullas (23)", apunta el informe de La Alfranca.

La mayor parte de las colisiones tuvieron lugar contra tendidos eléctricos, pero en 55 casos fueron contra aerogeneradores en parques eólicos, lo que supone que el 10% de los ingresos por colisión sea debido a esta causa. La especie más afectada por los aerogeneradores fue el buitre leonado, con 39 ejemplares. Otras especies, frecuentemente víctimas de parques eólicos, fueron el buitre negro, águila real, águila pescadora, águila culebrera, águila calzada, milano negro, ratonero, aguilucho lagunero, búho real y los cernícalos vulgares y primillas. Entre los murciélagos, el más afectado fue el murciélago enano.