Bueña y sus fósiles únicos en Europa

El yacimiento de fósiles de Bueña es objeto de estudio en toda Europa; un vecino del pueblo también halló un caldero que resultó ser una valiosa sítula romana de bronce, expuesta hoy en el Museo Arqueológico Nacional.

Raúl Martín sube al mirador del yacimiento de 'Megaplanolites ibericus' que ha puesto a Bueña en el mapa paleontológico europeo.
Raúl Martín sube al mirador del yacimiento de 'Megaplanolites ibericus' que ha puesto a Bueña en el mapa paleontológico europeo.
Laura Uranga

Bueña está entre dos montañas, semioculta en la esquina oriental de la comarca del Jiloca. Los dos atractivos principales para el visitante, ambos relacionados con la historia pero pertenecientes a núcleos de interés casi antónimos, son las trincheras de la guerra civil y un yacimiento de ‘Megaplanolites ibericus’. Son rastros de ‘gusanos’ gigantes prehistóricos (también se hallaron huellas de un crustáceo gigante que existió en la zona hace 90 millones de años) cuyas huellas están en la pared arcillosa que corona el pueblo, junto a donde estaban las tejerías locales; se ha hecho allí un mirador, y el lugar es objeto de estudio de especialistas procedentes de toda Europa. El yacimiento trae de vez en cuando a Bueña a curiosos y apasionados de la arqueología, pero en un volumen manejable; colegios (ahora menos que antes, dicen) y modestas expediciones de expertos.

En el pueblo, la media de edad es muy alta, pero hay excepciones; la que marca la regla es la de Raúl Martín, de 34 años, agricultor, ganadero y concejal del ayuntamiento de Bueña las dos últimas legislaturas. Raúl lleva con gallardía lo de haberse quedado en su pueblo. "Es que no me ha gustado nunca tener jefes ni estar en un ambiente cerrado; de más chaval trabajé dos años en el matadero de Calamocha, y no me acostumbraba a esa rutina. Aquí haces lo mismo día tras día, porque la faena del campo y los animales es la que es, siempre surgen cosas diferentes; además, trabajas para ti, los madrugones y las trasnochadas se hacen con gusto".

Bueña y sus fósiles únicos en Europa

Pedro José Larred también eligió Bueña para desarrollar proyecto vital; agricultor y ganadero desde siempre, ahora es pensionista, título que exhibe a pleno pulmón y con una sonrisa orgullosa. "Aquí siempre se ha trabajado el cereal de secano: cebada, trigo, avena… en ganadería, ovejas para carne que vendemos a la cooperativa de Santa Eulalia y alguna granja de cerdos. No hay empresas ni otros negocios".

Resistir es vivir

Durante el año, Bueña no llega a los 30 habitantes durmiendo en el pueblo. "Jóvenes hay muy pocos –recalca Raúl–, solo tenemos una chica de 15 años, yo con 34 y el alcalde, Sergio Ibáñez, de 53. El resto son mayores. Aquí hemos sido siempre gente trabajadora, y hubo muchos que se preocuparon de pensar en cosas para el futuro. El tío Cesáreo Gimeno, que ya murió, fue cartero e hizo una era para el pueblo, por ejemplo". "Mucha gente –ratifica Pedro– se fue a Monreal del Campo a trabajar en Los Andorranos o Pyrsa, y los hijos de aquellos se han quedado allá, aunque cuatro o cinco jóvenes siguen viniendo al pueblo a cuidar el ganado y la tierra". En Bueña hay un medio para que los más veteranos hagan el camino inverso; los jueves sale un taxi a las 8.00 hacia Monreal (es día de mercado, y también se aprovecha para visitas médicas) y luego recoge a los desplazados para traerlos de vuelta.

En Bueña se jugaba mucho a pelota mano en el antiguo trinquete. Ahora se juega la partida de la existencia. "Ya no nos dan las fuerzas para los brincos –bromea Pedro– y jóvenes tampoco hay para jugar. Yo tengo dos hijos en Teruel, la moza es profesora y trabaja en lo que va pudiendo mientras oposita, el mozo estuvo dieciséis años en Pyrsa, me ayudaba cuando venía, pero esto no le gusta; el ganado es muy esclavo. Trabaja en la ciudad".

Raúl tiene una anécdota familiar que ha resultado ser de gran trascendencia. "Mi bisabuelo Celedonio se encontró junto al pueblo unos calderos antiguos; los trajo a casa y puso a los hijos a limpiarlos bien; cuando se los enseñó al cura, le dijo que eran valiosos, sobre todo uno, que hoy está en el Museo Arqueológico Nacional". Se trataba de una sítula romana de bronce con un asa. Su superficie muestra una escena de caza grabada a cincel sobre el metal.

La ermita de San Vicente Mártir y los restos del castillo ocupan una posición geográfica dominante en el pueblo. Del castillo todavía se conserva un antiguo torreón, que más tarde se reconvirtió en palomar. Las mentadas trincheras de la guerra civil están en las Fuentecillas, La Sartaneja y el Cabezo, y trataban de impedir el avance de las tropas republicanas estacionadas en el campo de Visiedo. Más antiguamente, el pueblo recuerda la postura del alcalde Martín Martínez de Gombalde, que defendió el castillo local hasta las últimas consecuencias; asesinaron a sus hijos para doblegar su voluntad, sin conseguirlo. Bueña perteneció a la Comunidad de Daroca, lo que le da el privilegio de usar en su escudo la Corona Real abierta, señal de realengo.

Raúl detalla otra conquista más cercana en el tiempo. "Estamos entre montes y hace unos cuantos años la tele se veía fatal, así que la gente cogía un cable y lo subía al cerro para coger la señal de San Ginés; eso se acabó hace unos quince años, cuando se instaló el repetidor.

A-Bueñiza-Te, la asociación que mantiene latiendo el corazón cultural del pueblo

La asociación A-Bueñíza-Te se encarga de organizar actividades culturales en el pueblo desde hace cinco años, desde charlas sobre la despoblación como ocurre esta semana a andadas en Semana Santa y en los meses estivales. Este verano ha gestionado además una convocatoria colaborativa de índole cartográfica, instando a habitantes y visitantes ocasionales a hacer sus aportes a la confección de un mapa turístico de Bueña, con profusión de fotografías y leyendas explicativas. No obstante, y sin perjuicio del movimiento interior, A-Bueñiza-Te también se implica en asuntos que exceden las lindes del municipio. Por ejemplo, la asociación también se ha sumado a la iniciativa de Teruel Existe para marchar el próximo 7 de octubre a Valencia, en una reclamación colectiva de la provincia por el Corredor Cantábrico-Mediterráneo. Además, por medio de las redes sociales, informan de cursos y actividades en los municipios cercanos.

Los imprescindibles

Amor al deporte

La prueba ciclista turolense Jamón Bike ha pasado por Bueña los dos últimos años, con paradas de avituallamiento. Los vehículos de la Baja Aragón han venido los cuatro últimos años; el pueblo ha colaborado estrechamente con ellos.

Empresaria y ‘miss’

La madre de Sonia Sinués es de Bueña. A los 19 años, Sonia ganó el certamen de Miss Teruel (año 2000); luego fue Miss Aragón. Actualmente dirige en Barcelona una exitosa empresa dedicada a la organización de bodas.

La parroquia

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción data de 1667. Está hecha en mampostería y presenta tres naves de tres tramos, amén de una torre de tres cuerpos; el superior está rematado con un chapitel.

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