Por
  • Mariano Gállego

Proyecto Deseo

Reconforta el ánimo descubrir buenos sentimientos en tiempos de egoísmo y crispación.
Reconforta el ánimo descubrir buenos sentimientos en tiempos de egoísmo y crispación.

Disfrutar de una ópera, presenciar un partido del equipo de fútbol de tus amores, acariciar a tu mascota, navegar por el mar, ver un cuadro de Goya o saborear tu plato preferido son algunos de los deseos de pacientes en situación difícil o terminal y con bajos recursos que varias asociaciones sociales ayudan a hacer realidad. Este proyecto solidario nació en Holanda en 2006 de la mano del conductor de ambulancias Kees Veldboer. Cuando trasladaba a Mario Stefanutto, un enfermo terminal, y le avisaron de que el hospital de destino aún no estaba preparado, Veldboer le preguntó al paciente a dónde quería ir. Este, marinero retirado, le pidió que lo llevara al canal Vlaardingen para despedirse del puerto de Róterdam. Kees Veldboer cumplió ese deseo y a los pocos días, ante un sorprendido Stefanutto, el conductor de ambulancia se presentó en su hospital para llevarlo a navegar. Esta experiencia fue el punto de partida.

Hasta la fecha, ha conseguido hacer realidad más de 7.000 últimas voluntades, que pueden ser desde ver esa pintura del Prado que tanto te gusta a abrazar al amigo que hace años que no ves. El programa se ha replicado ya en Bélgica, Alemania, Suecia y el Reino Unido. Ahora el Proyecto Deseo, muy similar al de Veld-boer, llega al Hospital San Juan de Dios de Zaragoza de la mano de la asociación asistencial Detente y Ayuda (DYA), que ya presta este particular y hermoso servicio en Guipúzcoa desde 2016. También en otros puntos del país organizaciones similares facilitan que personas hospitalizadas puedan satisfacer sus anhelos. En Murcia, la Fundación Ambulancia Último Deseo acaba de nacer y se dispone a cumplir el de Andrea, de 18 años y diagnosticada de sarcoma de Ewing, gestionando que la joven pueda conocer a su ídolo, Pablo Alborán, cuando el cantante visite la ciudad.

«Los deseos pueden ser ver a un familiar que vive en Australia o escuchar a los pájaros en un parque. Da igual si es muy complicado o caro o muy sencillo», explica Veldboer a la hora de definir esta apuesta por la humanización de la sanidad. Iniciativas como este Proyecto Deseo nos reconcilian con el ser humano. Reconforta el ánimo descubrir buenos sentimientos en tiempos de egoísmo y crispación.

mgallego@heraldo.es