Ramón J. Campo revive con Pepa Fernández en Canfranc la importancia que tuvo la estación
Con motivo del aniversario de la estación internacional, el equipo de 'No es un día cualquiera' de RNE 1 ha pasado el fin de semana en la localidad oscense.
El periodista de HERALDO DE ARAGÓN, escritor e investigador de la historia de la Estación Internacional de Canfranc Ramón J. Campo ha sido este domingo el invitado especial de Pepa Fernández en su programa 'No es un día cualquiera' de RNE 1. El equipo de este programa radiofónico se ha trasladado este fin de semana hasta la localidad oscense con motivo del 90 aniversario de la estación internacional de Canfranc.
Ramón J. Campo ha dado un repaso a la historia de la estación, a su relevancia desde su inauguración y el papel principal que jugó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Canfranc se convirtió en el único municipio español ocupado por los nazis. También ha recordado a los pequeños grandes protagonistas, como Albert Le Lay, Simone Causaubone o Lola Pardo, sin olvidar a quien halló los famosos documentos de Canfranc, Jonathan Díaz.
De la mano de Pepa Fernández, Ramón J. Campo también ha rememorado cuando el desaparecido Antonio Fraguas, 'Forges', le decía que había que llevar al cine su libro 'El oro de Canfranc'. "Esto es un historión', me decía Forges", ha afirmado Campo, quien ha confesado que el dibujante habló incluso con Antonio Banderas de la posibilidad de hacer una película basada en la trama que ocurrió en torno a la vía ferroviaria.
Pero lo que ha despertado los aplausos del público asistente en directo a la realización del programa radiofónico ha sido el momento en el que Ramón J. Campo ha defendido la necesidad de que vuelvan a circular trenes por el viejo túnel ferroviario de Somport, cuya línea en la parte francesa se cerró el 27 de marzo de 1970 a raíz del accidente de un mercancías. El periodista aragonés ha puesto de manifiesto la importancia de recuperar la conexión del ferrocarril entre ambos lados de los Pirineos para reactivar la circulación de mercancías e incluso la de pasajeros, con propuestas turísticas que unirían poblaciones de Francia y España. Y, sobre todo, la importancia que supondría para Aragón, "atrapado en el sandwich" entre el País Vasco y Cataluña.
