Aragón, donde más crecen las víctimas de violencia de género que usan el servicio de Atenpro

Se trata de un dispositivo móvil que protege a las mujeres víctimas de violencia de género.

Es un teléfono móvil que actúa también como GPS.
Es un teléfono móvil que actúa también como GPS.

En mayo de 2017 eran 171 las víctimas de violencia de género que estaban dadas de alta en el servicio de Atenpro y en 2018 ya se cifran en 215, según los datos del último Boletín Estadístico Mensual de mayo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. A través de un teléfono móvil, las mujeres -que previamente lo han solicitado- están controladas por un GPS y en caso de peligro o necesidad pueden mandar un aviso y pedir asistencia a un centro, que está atendido por personal especializado en este tipo de violencia, disponible las 24 horas del día los 365 días del año. Estos trabajadores serán los encargados de dar la respuesta más adecuada, movilizando recursos humanos y materiales si fuera necesario.

Esta comparación de cifras de un año para otro supone un crecimiento del 26% y sitúa a Aragón como la primera Comunidad donde más han aumentado las usuarias del Servicio Telefónico de Atención y Protección (Atenpro). Este dispositivo es entregado por Cruz Roja, quien se encarga de su funcionamiento. Rocío Solanas es la responsable del servicio en Zaragoza, aunque señala que ellos son los encargados de "entregar el terminal" el resto se gestiona desde Madrid. Desde allí se hace un seguimiento permanente de las usuarias, con llamadas periódicas y análisis de sus respuestas, que se añaden a cada agenda individualizada. Lo principal es que "se sientan seguras y acompañadas en el proceso que les permita retomar las riendas de su vida".

¿Quién puede utilizar este servicio?

Hay dos requisitos que se tienen que cumplir para poder solicitar el servicio. El primero es que la víctima no conviva con la persona que le ha sometido a maltrato y, lo segundo, es que participe en programas de atención especializada para víctimas de la violencia de género.

La usuaria puede llamar cuando necesite, siempre que esté relacionado con su situación de violencia de género y estas llamadas de emergencia se dividen en tres clases: demanda de atención psicosocial, prealarmas y alarma por agresión. El protocolo de actuación es el siguiente: respuesta verbal (nivel 1), movilización de recursos (nivel 2) o traslado de la usuaria a un centro especializado (nivel 3).

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