Cada día se rompen ocho matrimonios en Aragón, un 8% menos que el año anterior

Crecen los divorcios no consensuados, mientras que descienden aquellos en los que no hace falta llegar a los juzgados.

Los investigadores consideran que los resultados enfatizan en la importancia del apoyo físico y emocional después del evento.
Más de 700 matrimonios se disolvieron durante el primer trimestre de 2018.

Aunque uno espera pasar toda la vida con su pareja, hay ocasiones en las que esto no ocurre. De este modo se explica que, en Aragón, cada día se disuelvan ocho matrimonios. Según los datos publicados recientemente por el Poder Judicial, Zaragoza es la provincia en la que más divorcios se registran, con más de 6 cada jornada. Por su parte, en la provincia de Huesca solo se produce una separación al día, mientras que en Teruel ni siquiera se llega a este punto. Esto se debe, principalmente, a la densidad de población. Por ello, en Andalucía (comunidad autónoma con más habitantes) se producen 62 separaciones cada día.

Durante el primer trimestre de 2018, un total de 724 parejas aragonesas pusieron fin a su relación, unas 60 menos que un año atrás. “En 2017 se vivió un auténtico 'boom' de divorcios y separaciones, a consecuencia del descenso generalizado que se produjo durante la crisis económica. Por lo que en 2018 se está recuperando la normalidad”, explica María Cristina Charlez, abogada y doctora especialista en Derecho de Familia y Civil.

A pesar de este descenso, sí que se registra un cambio de tendencia en cuanto a los acuerdos alcanzados. Los divorcios consensuados (en los que ambas partes llegan a un acuerdo sin necesidad de que intervenga un juez) siguen siendo los más comunes, pero cada año pierden peso. En el primer trimestre de 2017 se registraron 495 divorcios consensuados, una cifra que descendió a 438 en 2018. Por el contrario, los no consensuados (aquellos en los que no se ha precisado de participación judicial) han pasado de 246 a 261.

“Es una tendencia general. La sensación que tenemos es que hay menos diálogo y, por lo tanto, cuesta más llegar a un acuerdo. Generalmente se acaba llegando a este punto por el cuidado de los menores, aunque también por cuestiones económicas. Esto es más habitual cuando una de las partes no trabaja o las diferencias salariales entre ambos son importantes”, sostiene Charlez. De este modo, según su experiencia, son las parejas que llevan más años de matrimonio las que suelen tener más problemas para llegar a un pacto.

Por el contrario, entre los jóvenes (matrimonios de tres o cuatro años, con un niño pequeño) hay menos discusiones en el divorcio. “Suelen ser parejas en las que los dos trabajan, que tienen claro que el matrimonio puede funcionar o no, y cuyos horarios les permiten gestionar una custodia compartida”, señala. De hecho, este grupo y el formado por parejas de 50 años, con hijos adolescentes, son los más comunes. “A parte de los problemas que puedan surgir en la pareja, ambas etapas se caracterizan por el cuidado de los menores. Decidir cómo educarlos (en el caso de los pequeños) y cómo gestionar la adolescencia (en los mayores) suelen suponer puntos de inflexión en una pareja”, recuerda.

Como en años anteriores, los divorcios ocupan la mayoría de las rupturas matrimoniales: 700 frente a 24 separaciones. Además, las nulidades matrimoniales siguen sin terminar de repuntar. En el primer trimestre de 2018 solo se ha registrado un caso y a lo largo de 2017 hubo 3. Todo ello a pesar de que a finales de 2015 el Papa introdujo una modificación en el proceso canónico para la declaración de nulidad: se aseguró la gratuidad del proceso, se eliminó la obligatoriedad de una doble sentencia conforme, y en los casos más evidentes, se decidió que sería el propio obispo quien llevara la causa.

Atasco en los juzgados

Las modificaciones de medidas y, especialmente, las ejecuciones de autoridad familiar (o también conocidas como patria potestad) llevan colapsando los juzgados aragoneses los últimos años. “Todos estos cambios que afectan al régimen de visitas, a las pensiones de alimentos o incluso el cambio de colegio del menor han saturado las instancias judiciales”, reconoce Charlez.

Prueba de ello es que en solo tres meses se habían registrado cerca de 300 modificaciones de medidas; las mismas que durante el primer trimestre de 2017 y más del doble de las que se realizaban hace una década. En estos casos, al contrario que en los divorcios, están aumentando las modificaciones consensuadas entre ambas partes: de 83 a 107 en un año. Por el contrario, descienden las no consensuadas, pasando de 212 a 184. Esta misma tendencia se percibe a nivel nacional.

Otra de las nuevas tendencias es el auge de los acuerdos de guarda y custodia entre parejas no casadas. “En la actualidad hay muchas parejas que prefieren no formalizar su relación a través del matrimonio (civil o religioso), por lo que, cuando tienen un hijo y deciden separase, deben acudir a los juzgados para dejar constancia del pacto alcanzado (relacionado con los días de visita, la pensión alimenticia, el colegio al que deben acudir, e incluso, el reparto de las vacaciones)”, explica Charlez. En este primer trimestre del año se han contabilizado 244 acuerdos de guarda y custodia en Aragón, una cifra muy similar a la del año anterior.

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