La crispación en el pleno de las Cortes cambia de bando. Y una vez más por el impuesto de Sucesiones. Los tensos debates entre el presidente de Aragón, Javier Lambán, y el líder del PP-Aragón, Luis María Beamonte, son mucho más sosegados desde que iniciaron las conversaciones que dieron lugar al acuerdo que dieron a conocer este viernes para reformar el polémico tributo. Los reproches llegan ahora desde la izquierda, por mucho que Lambán insista en que no ha cambiado de "compañeros de viaje" y les inste a pactar un presupuesto social para 2019 sin que ni IU ni Podemos acepten su oferta.

El presidente del Gobierno de Aragón abogó este viernes por que los partidos políticos en las Cortes dejen de lado las "posiciones partidarias" para "cerrar filas en defensa de los intereses territoriales". Se trataría de extender el acuerdo que se ha alcanzado esta misma semana al pactar una postura común para exigir a Madrid cambios en la financiación autonómica a otros problemas que preocupan, y mucho, al Ejecutivo aragonés. El más acuciante viene del cambio de postura del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre las energías renovables que hace peligrar la térmica de Andorra y los 4.000 empleos que dependen de ella. Pero también está el recrecimiento de Yesa, una obra con un sobrecoste del 110% y que no convence a parte de la izquierda, si bien el socialista aseguró al respecto que defenderá "la ejecución de las obras del Pacto del Agua hasta sus últimas consecuencias".

Lambán se comprometió en el pleno de las Cortes a ser "reivindicativo frente a Madrid" y a exigir "todo lo que Aragón necesita y a lo que tiene derecho". Recalcó que, al igual que hizo con el anterior presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, las relaciones entre Aragón y Madrid se mantendrán en un marco caracterizado por la "lealtad".

Y quiso acallar a quienes consideran que sus desavenencias con Sánchez podrían pasar factura a la Comunidad. "Si mis relaciones con Pedro Sánchez fueran malas, que son excelentes, no significaría nada para las relaciones institucionales entre los gobiernos". Quitó hierro a la cuestión diciendo que sus malas relaciones son ya "un clásico" que hasta le divierte, pero "que no responde a la realidad".

Respecto a la minería, el presidente de Aragón reiteró que es un tema "preocupante" frente al que todos deben "extremar las alertas" y hay que "ponerse a trabajar sin perder un minuto". La DGA mantendrá la alianza con Castilla y León y Asturias aceptando la "inevitable e ineludible transición energética", pero planteando al Gobierno de España que "debe ser justa" y hay que evitar que se produzcan quebrantos en las cuencas mineras en términos de despoblación y empleo, y en el sistema energético español. En respuesta a Arturo Aliaga, presidente del PAR, Lambán aseguró que pedirá al Gobierno central que busque mecanismos efectivos para "impedir el cierre de las centrales por razones de interés general" y que impulse la reindustrialización de las cuencas mineras.

También la portavoz de Ciudadanos en las Cortes, Susana Gaspar, quería saber cómo afectará a Aragón el "gobierno sin proyecto" del "presidente hipotecado" Pedro Sánchez. Solicitó, en concreto, saber qué ocurrirá con el Fondo de Inversión de Teruel, con la financiación autonómica y con la despoblación.

Lambán le replicó con un clarificador: "¡Ni la pulga de Benito!" para, acto seguido, recordarle que el nuevo Ejecutivo central solo lleva diez días en el Gobierno. Y salió en defensa de Pedro Sánchez y su gobierno: "No está hipotecado", "sería menos débil si C’s le apoyara" y volverá a aplicar el 155 si es necesario. También desconoce cuándo convocará elecciones generales: "Tiene tantas urgencias que no se pueden solucionar en diez día ni obligar a que sean en tres meses". Aún así, Lambán reconoció que como ciudadano y como presidente de Aragón" es más optimista que hace 15 días.