Valpalmas: el paraje mágico que quizá sedujo a Ramón y Cajal

El histólogo de Petilla de Aragón vivió cuatro años de su niñez en Valpalmas, localidad cincovillesa famosa en los últimos lustros por los Aguarales, formas rocosas de morfología hechicera.

El alcalde José Lafuente camina por los Aguarales de Valpalmas.
El alcalde José Lafuente camina por los Aguarales de Valpalmas.
Laura Uranga

A veces, las señales a pie de carretera y un perfil determinado divisable a lo lejos mata la sorpresa de cierta maravilla natural, motivo de orgullo para un pueblo y omnipresente en anagramas, folletos turísticos o, incluso, la semántica en las tapas del bar municipal. No es el caso de Valpalmas y sus Aguarales: el vistazo a las fotos internautas no merma el primer impacto visual del visitante. Ayuda la orografía: hay que asomarse. Después, porque vale la pena, pasear por el centro de estas caprichosas formas de arena que recuerdan al planeta Tatooine de ‘Star Wars’. Más tarde, si la curiosidad pica, hay que aprender más: que se forman con el agua de lluvia, que cambian y se derrumban y surgen, para convertirse en el más vivo de los espacios inanimados de las Cinco Villas. Una maravilla, el sueño de todo pequeño municipio que busca ingresos en el turismo de naturaleza.

El hecho es que las visitas menudean, pero quizá no tanto como merece la cosa. José Lafuente Dieste, agricultor, lleva once años de alcalde y toda la vida en el pueblo. Los Aguarales eran algo conocido y no demasiado valorado. "Los llevo viendo desde crío, pero la verdad es que nadie los apreciaba mucho. En 2003 vino Antonio Beltrán, arqueólogo e historiador, y se quedó impresionado; fue quien insistió en que los diéramos a conocer. Es fue un año importante, porque también se abrió el Centro Cultural y Museo de Ramón y Cajal, que vivió de niño en Valpalmas".

La primavera es una época ideal para disfrutar de los Aguarales, porque en verano el calor se nota más de la cuenta y en invierno no se aprecia igual. Lo llamativo es que hasta ahora no han tenido un impacto económico en el pueblo, que está a seis kilómetros; mucha gente viene de visita con el bocadillo y sigue ruta.

José es una persona afable que reconoce haber aprendido a socializar en los once años que lleva como alcalde. "Yo iba para concejal, pero saqué más votos que nadie y me tocó ser alcalde, que por otra parte es un orgullo grande. Siempre he hablado lo justo, pero me toca hacerlo un poco más... y aunque te llevas disgustos, es bonito trabajar por tu pueblo; aquí la gente es maja".

La infancia de un Nobel

Además del centro cultural, la huella de Santiago Ramón y Cajal en Valpalmas se centra en los cuatro años que vivió aquí de niño; sus hermanas Jorja y Pabla nacieron en la localidad, donde su padre ejercía de médico, practicante y barbero. Un paseo por el centro va revelando pequeñas joyas como la Casa Sánchez, la propia vivienda de los Ramón y Cajal –hay placa recordatoria– y un conjunto de casas que pudo haber constituido en tiempos una comunidad judía, aunque no hay escritos sobre aljama local alguna. Roberto Pérez, de la Asociación Cultural La Vaquería, analiza el fenómeno. "En este conjunto hay un pozo artesano en el patio, algo típico de las comunidades judías. También se da un hecho curioso, y es que los accesos de entrada a cada casa corresponden realmente a la vivienda de la izquierda; los balcones van mordidos, y se completa un núcleo cerrado de casas con sus gallizos".

El paseo por las calles de Valpalmas ofrece más estampas curiosas. Hay dos casas con emblemas franciscanos –las manos cruzadas con la cruz de fondo– en las que se recaudaban los impuestos. En el canto del pueblo, el Calvario o monte de las Tres Cruces es el mejor punto para disfrutar de las vistas locales. Se sube allá de procesión por San Gregorio cada 9 de mayo, se bendicen los campos y los vehículos. Se dice que allá había fortaleza, aunque no se cuenta con ningún vestigio notable... aunque la calle que sube se llama El Castelar. Las tres cruces eran de piedra, pero dos de ellas fueron dañadas y el albañil local las repuso hace unas décadas, usando hormigón para la tarea.

En el pueblo se mantienen alguno de los oficios tradicionales fuera de la agricultura y la ganadería, aunque el herrero y el panadero ya no están. Entre los nuevos pobladores con vocación emprendedora destaca una familia riojana que se instaló hace años en Valpalmas y se dedica a criar enjambres de abejas: tienen colmenas y su clientela es mayoritariamente francesa. La mentada asociación La Vaquería es la más activa en el municipio. "Salió –explica Roberto– de un grupo de amigos: hemos acondicionado una casa vieja como sede social y tratamos de ir variando nuestras actividades. El próximo 3 de junio organizamos la marcha cicloturista Las Carboneras, de 70 kilómetros, junto al Club Triatlón de Tauste, los ayuntamientos de Valpalmas y Ardisa y la comarca. También hacemos otra prueba local por los alrededores del pueblo. Nuestra revista anual, El Banco Azul, acaba de cumplir diez años y entre las firmas invitadas contamos con el óptico Pepe Gil, hijo del pueblo, el realizador Eugenio Monesma o la historiadora Elena Piedrafita. Durante las fiestas organizamos sesiones de cine, meriendas para los mayores... también nos unimos al ayuntamiento en actividades de repoblación de pinos"- En el pueblo también funciona la asociación de jóvenes La Crica, la Asociación de Mujeres La Pardina, y otra de la tercera edad.

El 50% de Las Novias

Aunque los dos residen en Zaragoza, son de Valpalmas y ejercen. Los primos Toño Leza y Germán Arenaz pertenecen a la formación zaragozana de rock Las Novias; el primero es miembro fundador y vocalista, y el segundo se encarga de la batería desde hace algo más de una década; Oskar Díez y Pedro García, también fundadores del grupo, son las otras dos patas del banco.

Las Novias editaron su primer disco, ‘Sueños en blanco y negro’, en 1992, después de grabarlo el verano anterior en Madrid. El productor de aquella primera placa fue Enrique Bunbury, pieza importante para el grupo en aquellos años de impacto nacional para las bandas zaragozanas, con Héroes del Silencio y Niños del Brasil a la cabeza en cuestión de popularidad. El concierto de las fiestas del Pilar de 1991 en La Romareda (25.000 espectadores) con las tres bandas locales fue todo un hito histórico para la música popular zaragozana.

Las Novias sacaron hace unos meses el disco en directo ‘XXX’, grabado en la madrileña sala Changó hace dos años y que sirve de compilación para una banda que nunca ha bajado los brazos. Con cada lanzamiento, el grupo cumple religiosamente con un calendario de conciertos muy corto que nunca deja fuera Zaragoza, Barcelona y Madrid: hace apenas dos semanas, la Ciudad Condal registró la visita del grupo, que ahora se centrará en preparar los temas de su próximo disco de estudio, en el que Nacho Atmósfera (Niños del Brasil, y prácticamente quinto miembro de la banda) volverá a aplicar su magia a la hora de sacar el mejor sonido de Las Novias. En Valpalmas, lógicamente, los quieren mucho, pero tienen una espinita clavada con sus famosos paisanos: nunca han tocado en el pueblo. Guante echado, señores.

LOS IMPRESCINDIBLES

Iglesia de San Hipólito

Edificio compuesto por una nave de cuatro tramos, cubiertos con bóveda de medio cañón con lunetos. Tiene sacristía en el lado de la epístola y sendas capillas abiertas en el segundo tramo de la nave, cubiertas con bóveda de arista.

El fútbol

El equipo local está militando la presente temporada en el Grupo 3 de la Primera Regional, y tras un año duro deberá pelear desde septiembre por recuperar la categoría. El campo es nuevo, aunque se aspira a hacerlo de hierba.

El bar municipal

La búlgara Saraína Dimitrov lleva 17 años en España y dos meses en Valpalmas, donde ya laboraban sus tíos; ella había trabajado en Ejea dentro del sector hostelero, y en Valpalmas se afana con las tapas y vermús del bar municipal.

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