Las vías rápidas más lentas

Un tercio de la construcción de las autovías del Pirineo, la A-23 (Huesca-Jaca) y la A-21 (Jaca-Pamplona), está sin empezar doce años después de colocar la primera piedra. Este déficit de infraestructuras lastra el bienestar y el desarrollo de Huesca y de todo Aragón.

Dos camiones pasando ayer a Francia por el túnel internacional de Somport.
Somport.
Laura Zamboraín

La puesta en marcha por tramos de las autovías Sagunto-Somport y Pamplona-Jaca sigue avanzando con lentitud inusual por la falta de inversión de los sucesivos Gobiernos del PSOE y del PP. Navarra ya terminó en 2012 los 46 km que transcurren por su territorio. Pero un tercio de los casi 130 km que suman los tramos aragoneses no están ni licitados. Hasta ahora se han puesto en servicio solo 47,4 km y hay otros 42 km en obras.

Estas autovías, estratégicas para la Comunidad y necesarias tanto para los ciudadanos oscenses como para los cientos de miles de turistas que cada año se desplazan al Pirineo, avanzan a paso demasiado lento. Es muy lamentable que aún estemos pendientes de que se terminen las obras de la A-23 de Sagunto a la frontera francesa por Somport, que debe articular la Comunidad desde el Pirineo hasta el sur de Teruel, y de la A-21, que debe unir a Zaragoza y Huesca con Pamplona. Estas infraestructuras deberían estar ya concluidas. Sin embargo, la crisis económica que comenzó en 2008 llevó al Gobierno de Rodríguez Zapatero a parar las máquinas en 2010 para ejecutar un recorte de gasto en el Ministerio de Fomento. En los últimos años se han retomado los trabajos, pero es inaceptable que haya tantos kilómetros que ni siquiera están todavía licitados. Las autovías son vitales para la Comunidad y el final de su construcción no puede dilatarse tanto en el tiempo.