Excursión por Albarracín y el prado del Navazo

Los grabados rupestres y la simbiosis de la arenisca roja y el pino de rodeno protagonizan los dos bonitos recorridos por el rodeno de Albarracín.

Barranco del Cabrerizo, con sus formaciones de rodeno cubiertas de pinar de pino resinero
Barranco del Cabrerizo, con sus formaciones de rodeno cubiertas de pinar de pino resinero
Prames

El rodeno de Albarracín es uno de los paisajes más emblemáticos de Aragón. Se trata de una hermosa conjunción de areniscas triásicas de la facies Buntsandtein y pino rodeno o resinero. Como espacio natural goza de la protección del Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno.

Además, es un espacio que acumula importantes huellas humanas desde antiguo, como muestran los diferentes conjuntos de pinturas y, en menor medida, grabados rupestres de época prehistórica, que motivaron la declaración del Parque Cultural de Albarracín. Respecto a las pinturas, son fundamentalmente de estilo levantino y entre ellas destaca la singularidad del uso del color blanco en algunas de ellas.

Las rutas que se proponen son un par de las dos más clásicas, las que sirven de presentación tanto para el rodeno como para el legado prehistórico de lugar. Mostramos ambos recorridos de forma conjunta, ya que el uno es continuación del otro, si bien se pueden planificar de manera separada.

La belleza del lugar, el escaso desnivel que se supera y lo ameno de las rutas, hacen que esta propuesta sea ideal para hacerla en familia, más aún teniendo en cuenta la posibilidad de visitar la ciudad de Albarracín, que siempre es más que recomendable.

Barranco del Cabrerizo

El itinerario que recorre el barranco del Cabrerizo, señalizado como GR 10 y S1 (señalización del Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno), es uno de los recorridos más conocidos este Espacio Natural Protegido. Este recorrido sirve para tomar contacto directo con el típico paisaje de roca rodeno y pinar resinero, que tan atractivo resulta en esta parte de la comarca de Sierra de Albarracín. A ello se suma, un final en la zona de mayor acumulación de pinturas rupestres prehistóricas de la zona.

La excursión comienza desde la parte baja de Albarracín, siguiendo la carretera de Bezas hasta pasar el desvío al campin y las piscinas, cuando se toma una pista a la izquierda que va descendiendo al barranco del Cabrerizo. Enseguida, la senda comienza a subir por una zona de antiguos huertos. Pronto, este cauce ofrece una representativa visión de la característica simbiosis paisajística entre arenisca roja del Triásico y el pino rodeno o resinero (‘Pinus Pinaster’).

Siempre en ascenso, aunque este resulta suave y entretenido, se alcanza el paraje de la Mezquita, donde se bifurca hacia la derecha el sendero señalizado como PR-TE 5. Tres fuentes salen al paso: la de Bocachola, la de la Cruz y, en la cabecera del barranco, la del Cabrerizo, junto al abrigo homónimo que alberga los grabados rupestres de un équido y un ciervo. Desde la fuente se puede subir a un mirador con excelentes vistas sobre los cortados, callejones, oquedades y repisas, tapizados de pinar, que configuran esta parte del rodeno de Albarracín.

Siguiendo de nuevo la senda, enseguida se llega al área recreativa del Navazo y al espectacular conjunto de pinturas rupestres prehistóricas que se acumulan en este sector, donde hay varias rutas señalizadas. Si hay un abrigo de visita obligada es el de los Toros del Prado del Navazo, un espectacular friso donde los protagonistas son los animales que le dan nombre, pintados en blanco, un color cuyo uso en arte prehistórico levantino es una singularidad del Parque Cultural de Albarracín.

Al mirador de Peñas Royas

Además de visitar el famoso abrigo rupestre de toros blancos, desde el prado del Navazo se puede realizar un corto y sencillo circuito que permite admirar buena parte del conjunto de pinturas rupestres que se localiza en este paraje. Aquí se da la mayor acumulación de pinturas levantinas de la zona, estando perfectamente integradas en el paisaje.

La mágica sensación de estar en un santuario prehistórico, entre las caprichosas formas del rodeno y envueltos en el pinar es permanente en este sendero del Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno señalizado como S2. Además, el mirador de Peñas Royas permite ampliar el horizonte por el valle del Guadalaviar, hacia el norte.

Desde el área recreativa del Navazo, junto a la pista asfaltada, nos dirigimos hacia las pinturas rupestres de la Cocinilla del Obispo con representaciones espectaculares de toros (algunos de más de 1 m de largo), donde vuelven a aparecer toros pintados en blanco, que en algún caso fueron repintados en rojo y negro. Le sigue el abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados, que acoge la representación de un arquero tumbado, en actitud de disparar, que es el emblema del Parque Cultural de Albarracín.

A través de un arboreto, que reúne las especies arbóreas y arbustivas principales del Paisaje Protegido, encontramos una reconstrucción de los chozos o casetas tradicionales de los resineros. El amable sendero llega al mirador de Peñas Royas, asomado a los escarpes de rodeno, alineados como una auténtica espina dorsal. La senda se introduce de nuevo en el arboreto y se dirige al encuentro de otros cuatro abrigos con pinturas rupestres hasta regresar de nuevo al área recreativa del Navazo.

DATOS ÚTILES

Barranco del Cabrerizo: Albarracín - Prado del Navazo

Duración: 1 hora y 20 minutos.

Desnivel de subida: 215 metros.

Desnivel de bajada: 30 metros.

Distancia horizontal: 4.3 km.

Tipo de recorrido: travesía.

Pinturas rupestres y mirador de Peñas Royas

Duración: 35 minutos.

Desnivel de subida y bajada: 45 metros.

Distancia horizontal: 2 km.

Tipo de recorrido: circular.

Lectura recomendada: Prames, 'Serranía de Albarracín I. Sierra de Albarracín' (Mapa excursionista, 1:25.000), col. Top 25, 2015. D

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