Casi tres años después de tomar posesión, Lambán ha podido reunirse con el presidente del Gobierno para plantearle viejas y nuevas demandas de una Comunidad tan leal con el Estado como poco atendida desde la Administración central. Ambos han cumplido con sus papeles. El aragonés ha pedido que se declare la zona del Ebro de ‘urgente actuación’ y un plan para "dar una solución estructural al río", de no menos de 80 millones de euros. Y Rajoy, fiel a su estilo político, solo se ha comprometido a analizar el viernes medidas para las zonas afectadas por el desbordamiento. Sobre los demás asuntos, desde la despoblación a las infraestructuras, no ha habido avances concretos. El líder del PP ha puesto así de manifiesto su debilidad parlamentaria, con los Presupuestos Generales del Estado aún pendientes de aprobar.

Sí que ha habido un anuncio concreto sobre la financiación regional. Rajoy ha comunicado a Lambán, como a la andaluza Susana Díaz, que convocará de forma inmediata el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano que deberá aprobar el nuevo sistema. Ambos dirigentes autonómicos han coincidido en que el Gobierno está ejerciendo las competencias en Cataluña y tiene la responsabilidad de decidir. No obstante, la parálisis del Ejecutivo obliga a Aragón ha realizar un esfuerzo extraordinario para no salir de nuevo perjudicado con el nuevo modelo de financiación.