Los ecologistas reclaman una gestión integral del Ebro y retomar Plan Ambiental

Para los ecologistas ha quedado en evidencia que la limpieza del río y los dragados, que afectan al medio ambiente, "no han sido suficientes" para paliar los efectos de las riadas.

Crecida del río Ebro a su paso por Quinto
Crecida del Ebro: Cómo va la crecida en la Ribera Baja
Raquel Labodia

Una gestión integral del río y la puesta en marcha de las soluciones consensuadas y recogidas en el Plan Ambiental del Ebro son las soluciones que siguen proponiendo los ecologistas para evitar los daños ocasionados por las crecidas de un río mediterráneo cuyo cauce se ha reducido a la mitad en los últimos años.

Como río mediterráneo tiene estiajes en verano y crecidas en invierno que son ordinarias y permiten su limpieza, y extraordinarias cada cinco o seis años, pero la construcción de diques y embalses impiden esta limpieza y no le dejan tener riadas "ordinarias", según ha explicado a Efe Paco Iturbe, de Ecologistas en Acción.

La nueva crecida del Ebro ha anegado miles de hectáreas de cultivo, ahogado animales y causado daños en infraestructuras, y ha vuelto a provocar que los agricultores reclamen la limpieza del cauce.

Un cauce que se ha reducido "a la mitad en los últimos cincuenta años" entre nuevas urbanizaciones y roturaciones de campos y polígonos industriales levantados, lo que hace que el río alcance más altura al tener menos anchura, ha explicado Iturbe.

Por ello, ha señalado, es necesario "darse cuenta" de esto, como lo han hecho, a su juicio, en la Ribera Alta del Ebro, donde esta riada ha sido "menos dañina" que otras porque se han empezado a retranquear las motas -priorizando el núcleo urbano- y a recuperar los brazos de riada, las llanuras de inundación y los sotos y los bosques de ribera que quitan velocidad al cauce.

Junto a estas medidas, que deben priorizar los núcleos urbanos, es imprescindible una gestión "integral" del río, una actuación completa de la Cuenca del Ebro y de "ordenación del territorio" más que dinámica fluvial para "convivir con el río en vez de contra él", asevera.

Iturbe ha recordado que existe un Plan Ambiental del Ebro, acordado entre todas las partes afectadas y aprobado en 2005, que sigue sin ejecutarse y recoge estas medidas que se están empezando a hacer en los últimos años en la Ribera Alta y que, ha insistido, "algunos alcaldes han reconocido que con ellas no han tenido problemas este año en los cascos urbanos".

Por ello, ha considerado necesario que se siga trabajando "con mucha más energía" por ese camino, que es también el que se sigue en Europa, ya que en la riada de 2015 hubo que romper motas en la Ribera Baja para que el río no se llevara los pueblos por delante y ese modelo es "suicida", ha concluido.

Desde Seo/Birdlife, el delegado en Aragón, Luis Tirado, ha coincidido en que durante los últimos años ha quedado en evidencia que la limpieza del río y los dragados, que afectan al medio ambiente, "no han sido suficientes" para paliar los efectos de las riadas, típicas de los ríos mediterráneos.

En ese sentido, ha abogado por soluciones "alternativas" a la limpieza y, en concreto, por un acuerdo global entre Navarra, La Rioja y Aragón para romper o abrir las compuertas de las motas en puntos previamente acordados para que se inunden unos campos, a cambio de compensaciones, y se garantice que el agua queda laminada y pierde velocidad.

Se trata de asegurar que no se inundan núcleos urbanos consolidados y evitar la incertidumbre y el peligro que todos comparten, ha dicho, porque las crecidas van a continuar y "o se inundan los campos o se inundan los pueblos".

Aunque Tirado ha reconocido que en los últimos años se han dado pasos en positivo, como la creación de la mesa de las inundaciones en Aragón, ha apostado por una solución "más amplia" y abanderada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que es la que tiene la competencia y debe encabezar el proceso.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión