Aragón implantará un programa de cribado de cáncer de cérvix que podría beneficiar a 360.000 mujeres en la Comunidad

La toma de muestras se hará a mujeres de entre 25 y 65 años, aunque su incorporación se hará de forma paulatina.

La vacuna contra el papiloma es muy eficaz en la prevención de la enfermedad.
La vacuna contra el papiloma es una forma de prevenir la enfermedad.
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El Servicio Aragonés de Salud (Salud) comenzará a implantar a finales de año el cribado de cáncer de cérvix a mujeres de entre los 25 y 65 años, aunque la incorporación al sistema se hará de forma paulatina. En estos momentos, esta enfermedad es la tercera neoplasia más frecuente entre la población femenina a nivel mundial. No obstante, los programas de detección precoz ayudan a su control. Según el Instituto Aragonés de Estadística, habría aproximadamente 360.000 mujeres entre esta franja de edad que viven en la Comunidad y podrían beneficiarse de este programa.

La Dirección General de Asistencia Sanitaria lleva más de un año trabajando con un grupo de matronas y facultativos de diferentes especialidades para la organización de este sistema de cribado, que se centrará sobre en Atención Primaria.

Las matronas de los centros de salud tomarán una muestra que se destinarán para citología o test de Virus del Papiloma Humano de Alto Riesgo, dependiendo de la edad. A las mujeres entre 25 y 34 años se les hará una citología cada tres años, siempre que los resultados sean negativos, mientras que a las que tengan entre 35 y 65 años se les ofrecerá la determinación del Virus del Papiloma Humano (VPH) cada cinco años.

En estos últimos casos, en los que el resultado sea positivo, se confirmará el diagnóstico con una citología. Si esta detecta anomalías, la mujer se derivará a los servicios de Ginecología para practicarle una colposcopia, que es considerado como el segundo paso del cribado. Esta prueba se lleva a cabo a través de un microscopio especial que se denomina colposcopio. A través de este se consigue ver el cuello del útero de manera más ampliada y así es posible analizar de manera más precisa la zona.

Según precisaron desde el Departamento de Sanidad, la incorporación de la población de riesgo se hará de manera paulatina, "aprovechando los contactos de las mujeres con el sistema sanitario". Actualmente, se trabaja en el diseño de los circuitos de derivación en cada sector y la adaptación de los sistemas de información para el registro en la historia clínica, tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada, para el seguimiento de los casos.

El protocolo establecido para todo Aragón ha tenido en cuenta las indicaciones del Ministerio de Sanidad y algunos modelos que ya habían comenzado a funcionar en algunos sectores sanitarios de la Comunidad, como en el de Barbastro. Allí, se puso en marcha un proyecto centrado en la cooperación de los profesionales de Atención Primaria con los del servicio de Ginecología del hospital con el objetivo de incrementar el porcentaje de mujeres beneficiados del cribado de cáncer de cérvix. Se hizo un sistema de captación activa por carta y a través de envíos de sms. Con este nuevo protocolo lo que se ha intentado es unificar los criterios para toda la población femenina aragonesa.

Detección precoz

Todos los profesionales sanitarios coinciden en subrayar la importancia de los programas de detección precoz del cáncer de cuello de útero. Son efectivos para su control y para el tratamiento de lesiones precursoras, ya que desde la aparición de la lesión inicial hasta la formación de un tumor invasor pueden pasar entre 10 y 15 años.

Pero, ¿cómo se produce este cáncer? Este se origina cuando las células cervicales se infectan por el Virus de Papiloma Humano (VPH) y crecen de forma descontrolada hasta formar un tumor. De hecho, según los expertos, prácticamente todos los casos del cáncer de cuello de útero son producidos por el VPH, según recoge la propia web del Salud (www.saludinforma.es). Esta es una infección de transmisión sexual sin síntomas, que cura espontáneamente en la mayoría de los casos. Solo en un pequeño porcentaje de personas en las que la infección persiste hay riesgo de desarrollar cáncer.

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