Partida de billar

La larga campaña electoral emprendida por el presidente Lambán hacia las elecciones de 2019 tiene una estrategia clara: la del billar. Una mesa, tres bolas y un tirador que con la suya debe alcanzar a las otras dos para ganar la partida sin romper el tapete. Complicado, pero posible. El nuevo-viejo PSOE de Sánchez no acaba de despegar; el de Lambán arrastra un desgaste de tres años de gestión en la cima de la fiscalidad a cambio de nada para el contribuyente. Podemos, su actual socio de facto, ha demostrado que había venido a inventar la pólvora política y se le ha mojado. Y Ciudadanos, que nunca acaba de llegar, surfea sobre una ola de cabreo con los políticos que se puede convertir en el tsunami electoral que el presidente intenta prevenir. Primera tirada: Lambán toma su bola y se dispone a jugar con las otras. A Ciudadanos le invito a que me rebaje el impuesto de sucesiones, a Podemos le tranquilizo asegurando que no voy a tragar. Carambola: suavizo el impuestazo, dejo el mínimo exento por debajo del millón de euros que me plantean y aún así sigo encabezando sin liderar la recaudación por este tributo, para no sublevar tampoco a las bases socialistas. Y todos tan contentos, oigan.