Ni la subida fiscal ni el aumento de la financiación autonómica ni las facilidades de liquidez del Estado han permitido meter en vereda el endeudamiento del Gobierno de Aragón. Lejos de lograrlo, sigue desbocado y las arcas autonómicas cerraron el año pasado con un nuevo récord al rozar los 8.000 millones de euros. Según los datos que publicó ayer el Banco de España, Aragón se ha convertido en una de las ocho autonomías que aún incrementaron su deuda a lo largo del año pasado, concretamente en 473 millones. También creció en Extremadura, La Rioja, Madrid, Murcia, Castilla y León, Navarra y Cantabria.

Lo peor de todo es que aún se está lejos de tocar techo, ya que el Ejecutivo PSOE-CHA prevé seguir captando más dinero del que devuelve, de modo que acabará el presente ejercicio superando con holgura los 8.200 millones. El propio consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, estima que solo empezará a bajar en términos absolutos a partir de 2019.

Este escenario supone un claro incumplimiento de los compromisos adquiridos por el Gobierno de Lambán hace casi tres años. Entonces decía que su objetivo era que la deuda dejara de crecer a partir de 2017 y no lo hará antes de que acabe la legislatura.

La coalición PSOE-CHA llegó al Pignatelli a mediados de 2015 y ese ejercicio se cerró debiendo 6.930 millones, un importe que se ha incrementado en otros 1.029 millones pese a que, como viene insistiendo el PP, los socios de gobierno han dispuesto de más de 1.200 millones de ingresos extra en estos tres años.

Los 7.959 millones que adeuda la DGA representan el 22,2% del PIB aragonés, tres décimas más que en 2016. El dato de Aragón es inferior a la media española (la deuda del conjunto de las autonomías representa el 24,8% del PIB nacional) y sitúa a la Comunidad justo en la mitad de la tabla autonómica, como la novena en términos porcentuales. Si se compara en términos absolutos, es la undécima, según la información aportada por el Banco de España.

A esos 7.959 millones se tienen sumar lo que deben las empresas públicas, otros 63 millones. En el caso del sector público, sí se ha reducido el endeudamiento de forma sustancial en los últimos años (llegaron a acumular 477 millones en 2011) como consecuencia de su refinanciación y la asunción de las cargas directamente por las arcas autonómicas. Si los aragoneses tuvieran que devolverla de golpe, a cada uno le tocaría más de 6.000 euros.

Lo único positivo es que ahora se debe más dinero al Estado, a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que a los bancos tras haber refinanciado parte de los préstamos. Esto se traduce en una significativa reducción de los tipos de interés y, por tanto, del coste que deben asumir las arcas autonómicas.

En la actualidad, a través del FLA se han captado 3.481 millones, mientras que los bancos han prestado a Aragón 1.504. A estos 5.800 millones se deben sumar los 2.158 que se captaron mediante emisiones.

El hecho de que la carga de intereses haya menguado no quita que la DGA tenga que afrontar este año y el siguiente una auténtica acumulación de pagos a las entidades financieras, situación de la que la izquierda hace directamente responsable a la expresidenta Rudi por no haber recurrido con antelación al FLA. Así, a lo largo de 2018 habrá que devolver 849 millones, 300 más que el año pasado y la cifra se disparará por encima de la 1.200 millones en 2019. Para hacerse una idea de su peso en las cuentas autonómicas, este último importe equivale al presupuesto del Departamento de Sanidad.

La versión oficial

El Gobierno de Aragón hizo su propia lectura al obviar que la deuda sigue creciendo y ha optado por destacar que se sitúa por debajo de la media española «y en unos niveles muy alejados de los que presentan algunas otras comunidades». Además, se ha mostrado convencido de que cuando se conozca el informe final del Ministerio de Hacienda, el próximo mes de abril, se cumplirá con el objetivo de endeudamiento fijado dentro de los objetivos de estabilidad presupuestaria.