¿Cuáles son los idiomas más fáciles y más difíciles de aprender para un español?

Si estás pensando en embarcarte en el estudio de una nueva lengua, descubre cuáles son las más sencillas de hablar para un hispanohablante.

Muchos de estas lenguas comparten algunas similitudes.
Muchos de estas lenguas comparten algunas similitudes.
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¿Quién no ha pensado alguna vez en lo maravilloso que sería poder hablar varios idiomas? Pues se trata de uno de los requisitos más demandados a la hora de optar a un puesto de trabajo.

Sin embargo, a pesar de los múltiples beneficios que tiene aprender un nuevo idioma, para muchos esta actividad acaba convirtiéndose en casi una maldición que les acompaña durante años. Las horas de clase, los ejercicios de gramática y esos intentos por memorizar las interminables listas de vocabulario parecen ser en vano. Al final, muchos optan por tirar la toalla o 'decorar' el apartado de idiomas en el currículum.

Conseguir hablar otro idioma es un proceso lento, que requiere invertir tiempo. Según un estudio realizado por Duolingo, en 2016, el idioma más estudiado en el mundo es el inglés, la lengua internacional por antonomasia. Seguido por el francés y, detrás, el español. En el cuarto puesto, se encuentra el alemán.

Como lengua romance que es, el español posee un sistema gramatical que ha evolucionado del latín. Por ese motivo, para los hispanohablantes las lenguas más sencillas de aprender son las que pertenecen a esta familia, idiomas como el italiano o el francés, pues comparten similitudes. Sin embargo, en esta aparente ventaja se esconde una trampa, ya que poseen construcciones gramaticales propias, además de unas expresiones que pueden llevar a error, como los falsos amigos.

Por su parte, el inglés, aunque es el idioma más estudiado en España, también 'trae de cabeza' a más de uno. El problema con este idioma reside en la falta de motivación que, unido a los métodos de la enseñanza tradicional en España, ha provocado que muchos terminen años de estudios sin hablar verdaderamente con fluidez.

En cuanto al alemán es la tercera lengua más estudiada en España. Se trata de un idioma cuya gramática resulta algo enrevesada, pues cuenta con declinaciones, tres géneros y tres tipos de determinantes.

En otra liga mucho más compleja se encuentran idiomas como el chino mandarín, el japonés o el ruso. Empecemos con este último, su alfabeto cirílico compuesto por 33 símbolos y sus reglas fonéticas no son los únicos obstáculos que se deben salvar. Mientras que en la lengua germana el estudiante se enfrenta a cuatro declinaciones, en la rusa debe enfrentarse a seis -nominal, acusativo, genitivo, dativo, instrumental y preposicional-. 

El japonés también se las trae, ya que cuenta con nada menos que tres sistemas de escritura: 'kanji', 'hiragana' y 'katakana'. El primero de ellos está compuesto por casi 2.000 símbolos, cada uno con un significado propio. Sin embargo, posee una fonética similar con el español y, por lo menos, no es difícil de pronunciar.

Por último, se encuentra el chino mandarín. Con 50.000 ideogramas, esta lengua presenta dificultades tanto en su pronunciación, como en su escritura. Su pronunciación cuenta con cuatro tonos más un quinto neutro, lo que complica su comprensión. Cada una de las cuatro entonaciones posee un significado distinto. Así la palabra 'mo', dependiendo cómo se pronuncie, puede significar: acariciar, rozar, embadurnar o punta.

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