La estatua de la libertad del aragonés Ponzano que se adelantó a la de Nueva York

El escultor aragonés Ponciano Ponzano concibió una efigie similar 20 años antes de que Frédéric Auguste Bartholdi ideara la famosa figura neoyorquina.

Una estatua de la libertad anterior a la de Nueva York
Una estatua de la libertad anterior a la de Nueva York

Este viernes se cumplen 205 años del nacimiento del escultor Ponciano Ponzano (Zaragoza, 19 de enero 1813 – Madrid, 15 de septiembre de 1877). El artista aragonés es conocido, sobre todo, por el conjunto escultórico que adorna el frontón de la fachada del Congreso de los Diputados -un encargo que obtuvo mediante concurso público en 1848- ,y por los leones de la escalinata, conocidos popularmente como Daoiz y Velarde, en recuerdo a los héroes del Dos de Mayo.

Estos félidos de bronce proveniente de cañones de guerra requisados por el ejército español durante la Guerra de África también son llamados Benavides y Malospelos.  Aunque, en realidad, “Benavides y Malospelos son el mismo sujeto, protagonista de un relato editado en 1895 por Leopoldo Alas 'Clarín'. Tomó la idea de un verso altisonante de Tirso de Molina y creó, a partir de él, la historia de un león heráldico que, mágicamente, cobra primero vida felina, se encarna luego en hombre y acaba en león de bronce”, explicaba Guillermo Fatás, catedrático emérito de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza y exdirector de HERALDO en un artículo publicado en 2012 en la edición impresa de este diario.

Menos conocida es la estatua de la Libertad que Ponciano Ponzano concibió para el panteón de Hombres Ilustres en Madrid -construido en 1857-, una efigie con corona de rayos que el artista aragonés ideó en 1855, 20 años antes de que se iniciase el proyecto del escultor alsaciano Frédéric August Bartholdi, autor de la famosa estatua de la libertad de Nueva York, patentada en 1879 e inaugurada en 1886.

La patente de Bartholdi describía una estatua “que representa la libertad que ilumina el mundo, que consiste, esencialmente, en una figura femenina vestida, con un brazo alzado, aguantando una antorcha, mientras el otro sostiene una tabla grabada, y tiene sobre la cabeza una diadema”.

La estatua de Ponzano encargada por el Gobierno para el mausoleo de los políticos Agustín Argüelles, Juan Álvarez Mendizábal y José Calatrava en el panteón de Hombres Ilustres también representa a la libertad en un efigie colocada en lo alto de este conjunto. Realizada a partir de un bloque de mármol de Carrara pulido por el genovés Tito Nicoli y esculpido por Ponzano.

El artista zaragozano describió así su estatua: “Gallarda, joven, ligeramente vestida, cubierta su cabeza con un gorro frigio y rayos de luz que refulgen de su pelo, en la pierna izquierda descansa el peso del cuerpo y en la mano izquierda lleva un cetro”. La figura muestra en su mano derecha un yugo roto que pisa con su pie derecho y junto este aparece, además, un gato.

Si Bartholdi tuvo conocimiento de la efigie de la libertad realizada por Ponzano antes de crear la estatua que el Gobierno francés regaló a la ciudad e Nueva York continúa siendo una incógnita. La obra del escultor zaragozano es todavía desconocida por el gran público. En Zaragoza, apenas quedan muestras de su legado, puesto que la mayor parte de su trabajó lo realizó en Madrid.

Además de las citadas del Congreso de los Diputados y el panteón de Hombres Ilustres, destaca “la serie de retratos, en busto, conservados en el Museo Nacional del Prado, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la Universidad Complutense, en el Congreso de los Diputados, en el Museo Nacional del Romanticismo y en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, además de en distintas colecciones particulares. En El Escorial, en el panteón de infantes, figuran, entre otras obras del artista, los sepulcros de Don Juan de Austria y de la infanta Doña Luisa Carlota de Borbón, madre del rey Alfonso de Asís de Borbón”, repasaba el historiador Wilfredo Rincón en HERALDO en 2013, con motivo del bicentenario del escultor zaragozano.

La obra de Ponzano en la capital aragonesa comprende “entre los fondos de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, depositados en el Museo de Zaragoza, dos dibujos al carboncillo y en la colección de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País se conserva un dibujo de Ramón Pignatelli. También debemos mencionar el busto del industrial zaragozano Juan Bruil, esculpido en mármol en 1854 y colocado en su sepultura, en el cementerio de Torrero de Zaragoza, tras su fallecimiento en 1878. Y por último, la escultura que preside el gran sepulcro del teniente general don Manuel de Ena, en la capilla de Santa Ana, de la basílica de Nuestra Señora del Pilar (1852-1854)”, apuntaba Rincón.

Ponciano nació sin apenas recursos y, pese a su trayectoria como escultor, murió sin haber hecho fortuna. Era hijo de Pedro Ponzano, conserje de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, y María Gascón.?

Cuando falleció, en 1877, era tan pobre que la Real Academia de San Fernando tuvo que poner dinero para darle una digna sepultura. Sus restos reposan en Madrid, en el cementerio de la Sacramental de San Lorenzo, situado en el barrio de Carabanchel.

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