Con una figura del calibre de Miguel Fleta es complicado que el resto de referentes en un pueblo no queden opacados. El famoso tenor nunca olvidó a su Albalate de Cinca natal, aunque no siempre hubo consenso sobre su figura entre los albalatinos de la época, en los felices años veinte; con las ganancias obtenidas en su corta carrera compró casas para sus familiares, y cantó para el pueblo desde el balcón del Ayuntamiento tras algunos de los triunfos más señalados de su carrera. Menos sabido es que María Fleta, la madre del divo, es de Azuara, localidad con la que Albalate está hermanada. Poco conocida es la carrera musical de Elia y Paloma, las hijas del gran Miguel; Elia, que aún vive en Madrid, cantó con la orquesta de Tete Montoliu y formó junto a Paloma un exquisito dúo de pop jazzeado en los sesenta y principios de los setenta, bajo la supervisión de Juan Carlos Calderón.

Más allá del apellido Fleta, Albalate de Cinca ha sabido tomarle el pulso a los nuevos tiempos con emprendedores ejemplares. Javier de Pablo es uno de ellos: el abanderado de Fruit Luxury (firma fundada por su padre, Javier, que sigue al quite junto a su vástago) empieza por citar proyectos de sus compueblanos antes de abordar el tema estelar de la empresa que gestiona: la cereza de exportación.

"Nosotros emprendimos en Albalate porque es nuestra casa. Aquí hay mucha gente haciendo cosas interesantes; por ejemplo, Javi y José Luis Ferrer tienen la granja El Capazo Verde, de huevos ecológicos. Están en franco crecimiento y estudiamos alinearnos con otros empresarios locales para hacer marca local, vender en conjunto. No podemos olvidar a Casa Santos; en restauración tienen un prestigio grande en la zona, sobre todo por sus famosas patatas. También está Agualate, una empresa de deportes de aventura muy interesante... y hay más. Algo vamos a hacer entre todos".

Manejar bien los tiempos

Fruit Luxury juega al Stratego en clave empresarial con una táctica clara que, sin embargo, le sigue rindiendo; la búsqueda de la oportunidad en el tiempo adecuado. "En noviembre, diciembre y enero –aclara Javier hijo– hay cereza de Chile, Argentina, Nueva Zelanda... llegan hasta mitad de febrero. Luego se abre un hueco entre finales de marzo y finales de abril donde entramos California y España, y ahí no hay más cereza en el mundo. Por eso llama la atención el precio de venta en algunas tiendas… pero para nosotros no es negocio en sí, sino inversión, porque son envíos de cantidades testimoniales".

Las cifras marean: 200 euros el kilo en Londres o París. "Sí, pero al agricultor le llegan veinte, y se mandan pocas cajas. Con la marca Pearlcherries nos enfocamos en la exportación; se trata de la variedad Brooks, y seleccionamos en almacén los calibres más gordos, con determinado nivel de azúcar y dureza".

El reto del tándem paterno-filial es consolidar su posición en el mercado europeo, entrar fuerte en Emiratos Árabes Unidos y desembocar en China... cuando se pueda. "Solo tenemos mercado en Hong Kong, para China hace falta un nuevo protocolo comercial en cereza y uva de mesa que aún no existe, aunque ya está implantado en cítricos, melocotón y ciruela; esperamos que sea cosa de un año, porque el mercado es impresionante", confiesa Javier.

Desde casa, con miras amplias

Javier padre se atrevió con el planteamiento de la cereza de invernadero; su hijo, que estudiaba ingeniería agrónoma, hizo un pequeño proyecto que poco a poco se ha ido desarrollando dentro de la empresa. El representante de la nueva generación familiar aclara que la base del negocio es la venta de abril a junio. "Con la cereza de invernadero entramos pronto en los mercados y vendemos mejor el resto de la producción; cuando entran en competencia los demás, a ti ya te conocen y te buscan. Luego reinvertimos aquí en terreno y retos, como el que hemos emprendido ahora con el higo: su temporada es de agosto a noviembre. También hemos creado una nueva marca en la familia, Fruta de Verdad, que se va a destinar directamente al mercado de cercanía en Huesca y a la venta ‘online’".

Ahora, en invierno, toca prepararlo todo: calefacción, cubiertas, terrenos. "El árbol de la cereza se ‘despierta’ ahora con los calefactores para esa cosecha anticipada; una vez que lo haces hay que vigilar día y noche que la temperatura dentro del invernadero no baje de los diez grados, aunque afuera haya cinco bajo cero. Tampoco hay que pasar de veinticinco grados. Aquí, ante todo, prima la calidad".

Miguel Fleta, la mejor voz lírica de la historia aragonesa

Hay quien dice incluso que fue el mejor de todos los tiempos, juicio tan osado como indiscutible para quienes vieron en la voz del albalatino el embrujo que también acompañó a Enrico Caruso, Luciano Pavarotti o Alfredo Kraus. Nacido en 1897, su casa natal está junto al palacio ducal de Solferino, la contigua torre de los Espés y el Ayuntamiento, tres de los referentes arquitectónicos e históricos del pueblo alineados en la misma plaza Mayor. Fleta hizo sus pinitos en el canto en un concurso de jotas celebrado en 1917 en Villanueva de Gállego (Zaragoza). Luego estudiaría en el conservatorio de Isabel II en Barcelona, y amplió estudios con la profesora belga Louise Pierrick, quien más tarde sería su esposa. Entre 1923 y 1925 fue la principal estrella del Metropolitan Opera House de Nueva York, y el tenor favorito de Giacomo Puccini, con cuyo ‘Turandot’ triunfó en la Scala de Milán. Falleció en La Coruña en 1938 a causa de una infección renal.

LOS IMPRESCINDIBLES

Agualate

Creada en 2013 por Jorge Calvo Lajara, se centra en organizar actividades acuáticas, deportes adaptados, escuela deportiva, juegos tradicionales y salidas a la naturaleza, tanto para adultos como para escolares.

Buenaventura Andreu

Biólogo e investigador marino (1920-2001), este albalatino formó parte del Patronato Juan de la Cierva, de la Real Sociedad Española de Historia Natural y de la International Oceanographic Foundation (Estados Unidos).

Los señores temporales

El historiador local Rafael Pablo Reimat publicó en 2006 ‘Notas para una historia’; el libro aborda la idiosincrasia de nueve siglos en Albalate a través de sus señores temporales, con el duque de Solferino como último referente.

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