Heraldo del Campo

Revitalizar el medio rural innovando

La Unión Europea ha puesto en marcha el proyecto Innovación Social en Áreas Rurales Marginadas (Simra) para explicar los criterios que hacen exitosa una buena idea en zonas infrapobladas o de difícil acceso.

Un momento de una de las presentaciones llevadas a cabo para dar a conocer el proyecto.
Un momento de una de las presentaciones llevadas a cabo para dar a conocer el proyecto.
SMRA

En el contexto actual, en el que el principal problema del mundo rural es el declive y el envejecimiento de la población, así como el aumento de las presiones en los sectores agrario y medioambiental; la innovación social puede contribuir a revitalizar las comunidades rurales locales y ayudarles a gestionar sus valiosos recursos naturales.

Para lograr este objetivo, la Unión Europea ha puesto en marcha el proyecto Innovación Social en Áreas Rurales Marginadas (Simra por sus siglas en inglés) en el que se ha implicado el Instituto Agronómico del Mediterráneo. El IAMZ colidera el grupo de trabajo de ‘Comunicación, difusión y acciones innovadoras’ de dicha iniciativa.

Simra es un proyecto de investigación cooperativa, financiado por el programa H2020 de la Unión Europea, que está realizando sus primeros avances en la identificación de ejemplos de buenas prácticas y de las claves del éxito de la innovación social en las zonas rurales marginales de Europa y del Mediterráneo. El proyecto para estudiar y explicar los criterios que hacen exitosa una buena idea o un proyecto en zonas que a menudo se encuentran infrapobladas, aisladas o de difícil acceso.

La participación del IAMZ se plasma en la difusión de los resultados del proyecto a través de los medios sociales y digitales, y organizando talleres y cursos en los que se darán a conocer los resultados del proyecto a los actores interesados.

Simra busca soluciones innovadoras para minimizar la problemática del medio rural a través de la reconfiguración de prácticas sociales e implementando acciones de la sociedad civil probadas y exitosas. El proyecto, que involucra a 26 organizaciones de Europa y el área Mediterránea (incluyendo países no europeos como Túnez y Líbano), comenzó en abril de 2016 y está previsto que finalice en marzo de 2020.

Para conocer las claves del éxito de la innovación social en las áreas rurales, Simra está construyendo una base de datos que recoge más de 40 experiencias reales de innovación social en zonas rurales, para analizarlas y comprender los mecanismos del éxito de la innovación social. Algunos de estos ejemplos ya han sido seleccionados para analizarse en profundidad como casos de estudio, incluyéndose iniciativas procedentes de los campos agrario, forestal, marino, energético y de desarrollo rural.

Evaluación y análisis

Simra evalúa y analiza los proyectos para convertirlos en casos de estudio, de acuerdo con los siguientes criterios: la existencia de una reconfiguración de prácticas sociales en respuesta a retos sociales, el compromiso activo de la sociedad civil o de organizaciones comunitarias, que las zonas o grupos sociales no hayan participado anteriormente en esta iniciativa, y que se obtenga una mejora del bienestar tanto en materia medioambiental como económica y social. Además, la novedad debe llevarse a cabo en zonas o con grupos sociales que no habían participado anteriormente.

En el proyecto no solo participan activamente las organizaciones sociales, sino que también hay una plataforma de consulta para garantizar que los actores implicados y las organizaciones locales pueden participar y beneficiarse de los resultados de Simra para responder a las necesidades de las comunidades locales. Los resultados se dirigirán a decisores, políticos, organizaciones de desarrollo local, comunidades y personas individuales trabajando en la comunidad y en el medio rural por toda Europa y el Mediterráneo.

Las acciones innovadoras de Simra pretenden identificar e impulsar «embriones» de iniciativas de innovación social en ciertas regiones seleccionadas como son la región italiana de Veneto, Lancashire en Reino Unido, Lillehammer en Noruega, el Líbano, y en España en Aragón (Gúdar-Javalambre) y Cataluña.

El objetivo principal de Simra es cubrir la enorme falta de conocimiento y comprensión de la innovación social. No obstante, es necesario tener en cuenta las características de cada una de las zonas rurales en las que las iniciativas de Simra se van a desarrollar tanto en la Unión Europea como en países asociados y en terceros países, con un especial foco en la zona mediterránea, incluyendo los países no europeos de esta zona. Este ámbito territorial hace que Simra tenga unos específicos objetivos y líneas de trabajo para este espacio.

Todas estas iniciativas se irán dando a conocer paulatinamente a lo largo de diversos encuentros entre los agentes implicados para que estos tengan la oportunidad de dar a conocer sus iniciativas, de aprender de otras. Asimismo, el proyecto Simra contempla la creación de espacios de venta de productos tanto físicos como a través de internet, para dar a conocer tanto los proyectos que se están llevando a cabo como los productos que desde estas zonas rurales se elaboran y comercializan.

Iniciativas dentro de Simra

Algunas de la iniciativas que están incluidas en Simra son, por ejemplo, ‘Una cesta desde el mar’, que reparte pescado fresco y sostenible directamente a la mesa de los consumidores griegos a la vez que garantiza precios justos a los pescadores locales. Otras son una granja biodinámica austriaca, que provee comida cultivada de forma sostenible para 30 consumidores; o una comunidad de bomberos voluntarios de la comarca catalana del Bagès, que han conseguido reducir las incidencias de los incendios y convertir la madera de árboles caídos en una fuente viable de energía limpia para escuelas y otros edificios.

Otros ejemplos incluyen una cooperativa de agricultura social que ofrece cuidados diarios a niños y ancianos en granjas; un proyecto en Europa de Este promoviendo la agricultura ecológica para personas en riesgo de exclusión social y que va acompañado de un programa educacional; proyectos de cultivo tradicional de alimentos; aerogeneradores gestionados por comunidades y proyectos de generación de energía financiadas mediante micromecenazgo; proyectos de almacenamiento inteligente de energía para comunidades rurales con suministros intermitentes.

En Aragón son varios los proyectos que ya están incluidos en el paraguas de esta iniciativa europea. Se trata de la iniciativa Apadrina un Olivo, que busca recuperar los olivares de la zona de Oliete, en la provincia de Teruel y comercializar su aceite; el vivero de empresas de Adecuara, en la comarca de la Jacetania; el proyecto Recartografías, que busca la rehabilitación del barrio de Mas Blanco en Teruel, o Pueblos en Arte, que ha llevado a una decena de artistas jóvenes a instalarse en la localidad de Torralba de Ribota en Zaragoza.

Algunas de las iniciativas
Poner otra vez la  X en el mapa

Recartografías es una asociación de personas preocupadas por la desertización demográfica en el medio rural y por sus consecuencias. Unas consecuencias que no son solo culturales, sino también ambientales. Los efectos se manifiestan de diversas maneras, entre ellas, la denominada ‘descartografía’, que consiste en la desaparición paulatina de lugares de los mapas como consecuencia de la despoblación y el declive rural que allí se produce.

«Cada año cierra alguna escuela rural, algún bar, explotación agroganadera o mueren por su avanzada edad las personas que tuvieron antiguos oficios ligados al campo o a la montaña, y poseedores de una cultura milenaria que poco a poco se va perdiendo: mayorales, masoveros, herreros, cordeleros, esparteros o ganaderos trashumantes», aseguran desde la asociación.

En la actualidad trabajan en un proyecto de rehabilitación con criterios ecológicos, de Mas Blanco, un barrio del municipio de San Agustín (Teruel), en el que tan solo viven tres personas de manera permanente y que llegó a tener más de 200 a principios del siglo XX. Para este fin, han logrado la cesión voluntaria por parte del Ayuntamiento de San Agustín y de varios propietarios, de diversos inmuebles con el fin de que rehabilitarlos y reutilizarlos como espacio cultural y didáctico y un recurso turístico interesante para el municipio. Se financian íntegramente mediante la venta de productos de la asociación como camisetas, marcapáginas, productos artesanos o libros.

Un olivo, el ahijado más especial

Apadrinaunolivo.org nació con el objetivo de recuperar los olivares de la zona de Oliete en la provincia de Teruel, que cuentan con más de cien mil de estos árboles milenarios, que se vieron abandonados hace unas tres décadas con motivo del éxodo rural que sufrió esta localidad. En tres años de actividad han conseguido recuperar 5.200 olivos, generar seis puestos de trabajo fijos y otros seis por horas. Más de 3.500 personas han venido a conocer su olivo, el proyecto, Oliete y la cultura íbera de la que es exponente.

Como agradecimiento, desde la asociación envían a cada uno de los padrinos y madrinas una botella de aceite extraído de las aceitunas de estos olivos que también comercializan contribuyendo así a la vertebración de este territorio generando empleo y bienestar entre los agricultores de la zona, frenando así el abandono de este lugar. «Donde todo el mundo veía olivos viejos e improductivos, nosotros visionamos el motor de bienestar y desarrollo económico que Oliete precisaba para sobrevivir», aseguran. Además de ser una iniciativa con un marcado carácter medioambiental, Apadrinaunolivo.org cuenta con un tinte de economía social ya que cuentan con la colaboración de los miembros de Atadi (Agrupación Turolense de Asociaciones de personas con Discapacidad Intelectual).

Por un importe de 50 euros al año, que es el precio del apadrinamiento, quien lo desee puede contribuir no solo a que no desaparezca un árbol, sino también a que no desaparezca toda una población.

Apoyo a la empresa en el medio rural

Con el objetivo de impulsar actividades empresariales nace en 2000 Adecuara, una asociación para promover el desarrollo territorial: cultural, económico y social de las comarcas de Jacetania y Alto Gállego, con especial dedicación en el medio rural.

En Adecuara participan todas las entidades públicas de ambas comarcas, así como el tejido económico y social representado por más de 144 entidades, entre cooperativas y sociedades agrarias, asociaciones y otros colectivos, que representan a todos los sectores económicos, culturales y sociales. Es precisamente el vivero de empresas de Adecuara, orientado a empresas del sector agroalimentario, la iniciativa que está incluida, aunque pendiente de la incorporación a la base de datos, del proyecto Simra. El vivero de empresas agroalimentarias es un espacio compartido de trabajo que cuenta en sus instalaciones con distintas salas u obradores para elaborar productos agroalimentarios como miel, quesos o pan.

Su objetivo es impulsar y apoyar, de forma temporal, la creación de nuevas empresas y favorecer empresas locales ya constituidas que elaboran fuera del territorio. El vivero ofrece no solo espacios preparados y adaptados a las necesidades de cada empresa, sino que además ofrece la posibilidad de relacionarse con empresas del sector y pone a disposición de los emprendedores recursos de información, apoyo y asesoramiento en su actividad empresarial. Ubicado en dos sedes, en las localidades de Jaca y Biescas, en la actualidad cuentan con una decena de empresas.

Torralba o un pueblo con mucho arte

Hasta una decena de artistas se han instalado ya en la pequeña localidad de Torralba de Ribota, de unos 200 habitantes y a apenas unos minutos de distancia en coche de Calatayud, que ha hecho de la actividad artística su polo de atracción. Se trata de la iniciativa ‘Pueblos en Arte’, que también está incluida en la base de datos del proyecto Simra.

Esta iniciativa nació en el año 2000 de la mano de los artistas Lucía Camón y Alfonso Kimt con el reto de «lograr el desarrollo sostenible de las personas y de los pueblos, tomando la fuerza transformadora del arte como fuente de inspiración y base para el cambio social». Consideran que la cultura «es clave para construir un mundo más justo y para fomentar el desarrollo económico de personas y comunidades».

En la localidad de Torralba de Ribota y en municipios cercanos, los promotores de esta iniciativa han puesto en marcha diversos espacios, algunos tan emblemáticos como la Casa de las Aguas de Calatayud, para que los artistas puedan pasar un tiempo determinado buscando la inspiración para sus obras, trabajando o intercambiando ideas y experiencias, aunque algunos han acabado estableciéndose allí.

Ellos son el motor de un amplio programa de actividades culturales y de talleres formativos y lúdicos que, continuamente, atrae a vecinos y visitantes a esta localidad. «Que en los pueblos exista una amplia agenda cultural es un sueño del que queremos formar parte», aseveran desde esta asociación.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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