La carta de Silva al juez no aclara dónde enterraron a Publio Cordón

El miembro de los Grapo condenado por el secuestro del empresario dice que el jefe de la banda les pidió que ocultaran su cadáver "lo más lejos posible de Lyon"

La sentencia de la Audiencia Nacional que condenó a los grapos José Antonio Ramón Teijelo y Victoria Gómez Méndez a 30 años por el secuestro de Publio Cordón reveló que el terrorista arrepentido Fernando Silva Sande envió una carta al tribunal cuando el juicio había quedado ya visto para sentencia. Según escribió el propio grapo, el objetivo de la misiva era completar los "lapsus de memoria" que había tenido durante la vista oral en el momento de responder a la pregunta sobre el enterramiento de la víctima y el cobro del rescate.

En el fallo, el tribunal explica que en esa carta Silva Sande "refiere que llevaron el cadáver a los Pirineos, cordillera que está bastante lejana al Mont Ventoux, que pertenece a los Alpes". Pero ni esto lo dijo así en el juicio ni luego lo menciona en la misiva de esta manera.

¿Quiere decir esto que el cadáver de Cordón fue enterrado en los Pirineos, en lugar que en Mont Ventoux, donde la Guardia Civil le ha buscado seis veces desde 2009? "No", responde un responsable de la Unidad Central Especial 2 de la Guardia Civil, que tiene claro en que no van a ir a los Pirineos a buscar el cadáver del empresario secuestrado el 27 de junio de 1995. La sorpresiva explicación de Silva sirvió al ponente Antonio Díaz Delgado para absolver a los acusados de homicidio por omisión de socorro al empresario secuestrado en Zaragoza. También para justificar el "aspecto controvertido"(como lo denomina el tribunal) del lugar donde se encuentra el cadáver de Cordón, ya que no aporta datos objetivos de su enterramiento.

Pero la carta remitida por Silva Sande al magistrado intentaba responder con más precisión a las preguntas que le hizo en el juicio. En esa coyuntura, el arrepentido escribió desde su celda de la prisión de Soto del Real y recordó las mismas palabras que les dijo Teijelo a él y a Victoria Gómez, las subrayó y las entrecomilló: "Fue Teijelo quien al fallecer Publio salió a contactar con Arenas y vino a decirnos que debíamos llevar el cadáver lo más lejos posible de Lyon, a ser posible a los Pirineos. Que deberíamos enterrarlo bien para que nadie lo encontrara para poder seguir con el plan trazado (el cobro)". Esas fueron las palabras de Pedro (como se conocía al ‘camarada Arenas’ o Manuel Pérez Martínez). "Le juro que esas fueron las palabras textuales que me transmite (o nos transmite a Victoria y a mí) Teijelo", apostilló en la carta, que intentó escribir en el mismo calabozo de la Audiencia Nacional para que se la dieran rápidamente al magistrado.

La declaración en el juicio

Esta orden de Arenas de llevar el cadáver "lo más lejos posible de Lyon" hasta los Pirineos en su parte francesa ya lo manifestó en el juicio. Durante su declaración oral, Silva Sande precisó que Teijelo –que según dijo es quien conducía el coche– se decantó por llevarlo a Mont Ventoux ya que –según dijo Silva– aseguró que conocía mejor esa zona. El objetivo indicó que era dejarlo en un paraje montañoso y alejado, pero sin tener que cruzar a España para evitar posibles controles fronterizos.

En su declaración en el juicio, Silva explicó que compraron un pico y una pala en el trayecto. Después, siguió relatando que primero intentaron enterrarlo en una zona del Mont Ventoux a la que podían acceder en coche, pero que debido a la dureza del terreno, optaron por otro enclave de la misma montaña.

Silva dijo al presidente de la Sala que después de la muerte de Cordón, ya en París, donde se produjo el pago de los 400 millones de pesetas, comentaron con Enrique Cuadra Echeandía y Arenas de la dificultad que tendrían para convencer a la familia del pago del rescate al no tener una prueba de vida, pero que debían mantener el plan. Y lo consiguieron. Fuentes de la Guardia Civil mantienen la versión de Silva Sande de que lo enterraron en Mont Ventoux. De hecho, volverán a las labores de búsqueda con nuevas tecnologías y algún dato nuevo que consigan para precisar el lugar exacto.

Pilar Muro manifestó que su deseo, antes de morir, es conocer algún día dónde enterraron a su marido. Pero esa esperanza está en manos de los dos grapos condenados a 30 años por detención ilegal sin dar razón del paradero del secuestrado. La sentencia de la Audiencia Nacional será recurrida al Tribunal Supremo por todas las partes.

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