Un grupo de sirios acogidos crea la primera cooperativa de refugiados en Zaragoza

Se presenta la cooperativa Arabgón. Encontrar trabajo es la tarea más difícil para los refugiados acogidos en Aragón.

Yousef, que llegó a Zaragoza en junio de 2016, es uno de los miembros de la cooperativa Arabgón.
Yousef, que llegó a Zaragoza en junio de 2016, es uno de los miembros de la cooperativa Arabgón.
P. F.

Yousef Shahibar, refugiado sirio de 22 años, salió solo de su país con 16 huyendo de la guerra. Tras vivir y trabajar varios años en Turquía, pasó tres meses en un campo de refugiados en Grecia y llegó a Zaragoza en junio de 2016. Es uno de los beneficiarios del Programa de acogida e integración para solicitantes y beneficiarios de protección internacional. La ONG Accem le paga el alquiler de un piso y 350 euros mensuales para comida y otros gastos. En teoría, en noviembre acaba el plazo de 18 meses que contempla el programa y dejará de recibir estas ayudas (salvo una prórroga o ampliación).

"Para los refugiados, lo más difícil es encontrar trabajo y sin trabajo es muy difícil tener una vida estable. El programa de ayuda a refugiados debería ampliarse. Yo no estoy nervioso. Tengo muchos amigos que me ayudan. Acudiré a los servicios sociales para pedir ayudas para el alquiler y la comida. Y tenemos un proyecto muy ilusionante: la cooperativa Arabgón", asegura Yousef.

Este domingo se presenta en Zaragoza la cooperativa Arabgón, creada por un grupo de refugiados sirios que, como Yousef, están o han estado en el programa de acogida. El Grupo de ayuda a refugiados en Zaragoza les presta todo su apoyo. La cooperativa cocina y vende comida siria en ferias y mercados. Se estrenaron en la Fiesta del Sol del barrio de Torrero y también montaron su puesto en el Mercado Medieval de Zaragoza y las Fiestas de San Fermín. La presentación será este domingo, a las 12.00 en la sala Arrebato (calle Palafox). "Queremos trabajar y ayudar a otros refugiados que lo están pasando mal", señala Yousef.

Los refugiados acogidos al programa no pueden trabajar en una primera fase. Transcurridos seis meses, sí obtienen autorización para trabajar, pero se enfrentan a muchos obstáculos, como el desconocimiento del idioma o la falta de títulos válidos en España.

En el caso de Yousef, él ha aprendido español muy rápido, con clases y ayuda de voluntarios del Grupo de ayuda a refugiados en Zaragoza. En Turquía trabajó cosiendo, "en jornadas muy duras de 16 horas diarias". No tiene ningún título oficial ni carné de conducir. Los exámenes para el carné de conducir en España se pueden hacer en español, inglés o chino, pero no en árabe. Además, el coste de los exámenes es elevado para los refugiados.

Desde que tiene la autorización para trabajar, solo ha conseguido un trabajo con contrato de 18 días con el Tragachicos para las fiestas del Pilar. El Grupo de ayuda a refugiados le ayudó a encontrar este empleo. Ahora, confía en poder trabajar mucho con la cooperativa. En el futuro, le gustaría volver a reunirse con su familia en Siria cuando haya terminado la guerra. Pero, a la vez, se siente muy unido a Zaragoza. "Mi corazón está en Zaragoza, he hecho muchos amigos aquí", asegura.

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