El abrazo entre Sánchez y Lambán cierra la renovación regional del PSOE en Aragón

Había demanda de un gesto entre los dos que dejara atrás el antiguo rumbo e imprimiera velocidad a la nueva etapa.

El abrazo que se han dado este domingo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder de los socialistas aragoneses, Javier Lambán, ha cerrado temporalmente una fase de profundas discrepancias personales, y de paso, ha sellado el proceso de renovación regional tras un año de gran tensión interna.

Había expectación en el XVI congreso del PSOE Aragón por cómo se reencontrarían Sánchez y Lambán después de las tiranteces (no disimuladas) que el uno generaba en el otro, y viceversa.

En estos casos, además de las loas que se intercambien los protagonistas, importan mucho los gestos: había demanda de un abrazo entre los dos que dejara atrás el antiguo rumbo e imprimiera velocidad a la nueva etapa.

En Zaragoza, en el día de mayor frío de lo que va de otoño, el abrazo se ha producido, y los panegíricos también, así que el PSOE Aragón y la Ejecutiva Federal dejan a un lado de la mesa la carpeta de las rencillas, incluso del malestar, y abren una nueva sobre la lealtad y la colaboración mutuas. Ambos sectores se necesitan, y lo saben.

Lambán, no obstante, ha tenido que superar algún momento de apuro. A los pocos minutos de iniciar su intervención, ha manifestado ante centenares de delegados y militantes que desde que conoce a Sánchez, hace tres años, han atravesado discrepancias, aunque también se han ayudado.

"Pedro, nos conocemos desde hace tres años, hemos tenido discrepancias, me has ayudado, te he ayudado...", comenzó el presidente de Aragón, quien no pudo continuar porque tras escuchar esas tres palabras, "te he ayudado", la concurrencia ha sorprendido con algunas exclamaciones y hasta con risotadas.

En la memoria de los asistentes y de los periodistas, de los dirigentes y hasta de los propios Lambán y Sánchez, seguro que han aterrizado recuerdos de aquel comité federal del 1 de octubre de 2016, el que se zanjó con la dimisión de Sánchez, y algunos episodios vividos durante las últimas primarias federales, en las que el aragonés apostó por Susana Díaz sin tapujos.

Lambán ha retomado el discurso con gran aplomo, y ha dejado muy claro su mensaje. "Pedro, te he ayudado; reconozco que a veces soy vehemente, y creo, Pedro, que tú también lo eres, pero sobre todo soy vehemente en el ejercicio de la lealtad, y la tienes toda; tienes toda mi lealtad y la de toda la organización y la de los socialistas aragoneses", ha dicho el presidente de Aragón.

Ha explicado, además, la tesitura a la que se enfrenta Sánchez debido a la crisis de Cataluña, posiblemente el contexto más relevante de la reciente historia española, y éste ha caído "en las espaldas" del actual secretario general.

Pero, para el líder del PSOE aragonés, lo que está haciendo Sánchez hasta la fecha es digno de su admiración.

Por todo ello, Lambán se ha declarado "colaborador absolutamente leal" del líder federal.

El secretario general del partido ha devuelto los elogios con otros elogios, pero sobre todo con un abrazo, el que ha dado a "Javier" nada más subir al escenario, antes de ocupar el atril.

"Por supuesto" que el líder de los socialistas aragoneses tendrá su apoyo, así como el de la Ejecutiva Federal, para concurrir a las elecciones autonómicas de 2019 y ganarlas, ya que el reto consiste en retener "un Gobierno progresista".

También ha expresado su reconocimiento a algunas de las políticas del Ejecutivo autonómico, especialmente las que han impulsado la dependencia, las becas comedor o la conservación de escuelas rurales en municipios que la despoblación está vaciando.

Pero, además, ese abrazo de Zaragoza ha cerrado la renovación de los congresos regionales del PSOE.

No han ganado todos los candidatos que hubiera querido el llamado "sanchismo", y Aragón es un ejemplo, pero a Sánchez eso ya no le importa: a diferencia de la anterior etapa, la paz interna es rígida y la tiene garantizada.

Desde que comenzaron los congresos regionales en julio hasta hoy, ese llamado "sanchismo" se ha instalado en la mayoría de las comunidades, y en las que no ha sido así, como Comunitat Valenciana, Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía o Aragón, ninguno de sus dirigentes discute su liderazgo. Lambán, este domingo en Zaragoza, lo ha demostrado.

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