Manuel Murciano (Moscardón, Teruel, 1940) emigró a los 17 años a Francia y Alemania y en 1971, con su mujer francesa, regresó a España y montó en su pueblo la primera explotación de cunicultura de la provincia turolense. Ocho años más tarde, cuando se constituyeron los primeros ayuntamientos elegidos democráticamente, él se convirtió en alcalde: "En aquel momento, Moscardón era casi una aldea. Todo el mundo había emigrado en los años 70 y la única persona joven que quedaba era yo, así que tampoco había mucho donde escoger".

Él, al contrario que quienes decidieron irse a Valencia o a Barcelona a ganarse la vida, apostó por buscar su futuro en su tierra. "Los primeros años fueron difíciles. No había agua corriente y la luz se iba y no volvía hasta 15 días después. Monté una granja y había que ir a por agua a la fuente", dice. Los inicios en política también fueron un reto. Comenzó con la UCD, militó 20 años en el PP (de los cuales estuvo 12 como diputado provincial) y ahora lleva casi 15 años en el PAR.

Esta población de la Sierra de Albarracín funciona como concejo abierto: "Más que alcalde, era un vecino que hacía cosas. Los que entramos no teníamos ni idea de política, pero queríamos resolver las cosas". En estos más de 38 años ha habido buenos y malos momentos: "En 1995 sufrimos una gran sequía". Lo mejor es que "se han construido muchas cosas: tenemos dos hoteles y un restaurante (del Ayuntamiento) y dos casas rurales, además de recuperar un molino de agua".