Relaciones que van más allá de la simple vecindad

Fraga tiene a la ciudad de Lérida como referente para ir a estudiar, al médico o de compras. Se trata de una relación "necesaria" y "buena" que quieren mantener.

Montse Villagrasa, enfermera y concejal, con Antonio Canales y Josefa Ruiz en el centro de salud.
Montse Villagrasa, enfermera y concejal, con Antonio Canales y Josefa Ruiz en el centro de salud.
R.G.

Son algo más de las 9.00. Albert Mestre, de origen catalán, enciende el motor de uno de los autobuses situados en la estación de Fraga. Por motivos laborales, en su día a día, atraviesa varias veces el límite territorial entre Aragón y Cataluña, ya que es uno de los conductores de la línea regular entre Fraga y Lérida. Ambas poblaciones mantienen una estrecha relación, que va más allá de la simple vecindad y que no entiende de fronteras.

"No me imagino teniendo que cruzar una aduana", señala el chófer, sin dejar de atender a los primeros pasajeros del autobús. Dentro de ellos, hay todo tipo de usuarios, en su mayoría personas que acuden con regularidad a la capital leridana, donde realizan gestiones, compras o visitas médicas.

Para la población del Bajo Cinca, uno de sus centros sanitarios de referencia es el hospital Arnau Vilanova de Lérida, tal y como recuerda una de las pasajeras del autobús, Elisabeth Lluch, que desea seguir manteniendo sus lazos de unión con la comunidad vecina. "No puedo imaginar un escenario diferente", indica la joven, que, como casi todos, cuenta con familiares al otro lado del río Cinca. "Nuestra relación es necesaria y además, muy buena, lo que esperamos que se mantenga", insiste Lluch.

Ahora bien, la mayoría de los viajeros reconocen estar "preocupados", entre ellos, el propio conductor, que reside en Tamarite de Litera y que teme las reacciones "de unos y otros". "La situación actual es complicada y desfavorable para todos", añade Mestre. También muestra su incertidumbre otra de las pasajeras, Dolores Lara, que lleva 24 años residiendo en Fraga y que es natural de Lérida, donde todavía viven sus padres, a los que acude a visitar "con mucha frecuencia". Sus idas y venidas son constantes. De hecho, además de sus lazos familiares, es paciente del hospital Arnau Vilanova, donde, según explica, "disfrutamos de una excelente atención, que esperamos poder mantener, por su calidad y cercanía".

En el centro de salud de Fraga, los facultativos esperan que "impere la coherencia y el sentido común", tal y como señala una de sus enfermeras y, al mismo tiempo, concejal municipal de Sanidad, Montse Villagrasa. El hospital Arnau Vilanova de Lérida es un recurso "fundamental, al que derivamos las urgencias así como algunas visitas, ingresos e intervenciones", explica. "Para la mayoría, es su primera elección, ya que llevan mucho tiempo siendo tratados por los mismos facultativos, en los que confían, y además, el desplazamiento es muy cómodo", insiste Villagrasa.

La distancia entre Fraga y Lérida es de alrededor de 30 kilómetros. A Barbastro, hay 70; y a Zaragoza, 120. Aunque tuviera lugar la declaración unilateral de independencia, la edil considera "inimaginable" un cierre de fronteras. Además, de una u otra forma, cree "prioritario" mantener los convenios existentes, algo, que, según indica, "interesa a ambas partes".

En la actualidad, el 40% de las camas del hospital Arnau Vilanova de Lérida están ocupadas por pacientes de la zona oriental de Aragón y por lo tanto "nos necesitan si quieren mantener el actual nivel de recursos materiales y humanos", insiste la edil, que, al mismo tiempo, recuerda que la repercusión de esta dependencia va más allá, extendiéndose a las empresas comerciales y de servicios.

Y es que, además de acudir al médico, "cada vez que vamos aprovechamos para realizar compras o gestiones", subraya otro de los pacientes habituales, Antonio Canales, de Fraga, que teme que las relaciones cambien ante la actual situación. De hecho, su mujer, Josefa Ruíz, acaba de recuperarse de una intervención quirúrgica y al final decidió hacerlo en el hospital de Barbastro, ya que, según reconoce, "tenía miedo de que el ambiente actual me pudiera perjudicar y el trato fuera diferente".

El autobús de las 9.15 parte puntual en dirección a Lérida. En total, como cada día, saldrán hasta seis, sin incluir aquellos destinados al transporte escolar. Otros vecinos de la zona se desplazarán en sus vehículos particulares. Dentro viajarán agricultores, maestros, estudiantes, autónomos o médicos, que tienen su trabajo, clientes y amigos al otro lado del río Cinca, lo que desean seguir manteniendo.

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