La reunión que Javier Lambán mantuvo la pasada semana en el Pignatelli con el presidente de Nueva Aquitania, sirvió para reforzar los lazos e intercambiar información sobre las estrategia francesa-aragonesa en favor de la reapertura del Canfranc. En ese contexto, Rousset concedió una entrevista a HERALDO, en la que estuvo presente como traductora en aspectos técnicos la asesora de la Fundación Transpirenaica del Gobierno de Aragón, Cristina García Gracia, que ha participado en las negociaciones de las regiones con la UE y los Gobiernos de España y Francia.

¿Qué mensaje quiere transmitir a los empresarios?

El primer mensaje es que para construir Europa hace falta mejorar las conexiones transfronterizas, que sean lo más accesibles posibles. Nosotros tenemos una ocasión increíble y sublime de hacerlo entre Aragón y Aquitania. A través de la reapertura de una línea férrea mítica que probablemente sea la más bonita de toda Europa. Los intercambios provocan la paz, la creación de empleo y el desarrollo de la economía. Se puede hacer algo que al final es bueno, es bonito y... ¿Cómo se dice en español?

Barato. Esa frase es muy española. ¿Cuánto puede costar la reapertura para los dos Estados? Se habla de unos 500 millones de euros.

Algo más. Serán 400 millones en global lo que puede financiar Europa. Luego estará lo que aporten los Estados de España y Francia, más las regiones de Aragón y Nueva Aquitania. (Según añade la asesora, Europa puede llegar a financiar un 80% de las obras y un 50% de los estudios).

Si Europa puede financiar el 80% de las obras de la reapertura, ¿estaríamos más cerca?

¿De verdad? Si se puede recibir un 80% del coste de las obras por parte de la Unión Europea porque es un trabajo transfronterizo, estaríamos más cerca. Podríamos pagarlo...

Bruselas ha empujado el proyecto para reabrir el Canfranc, al decidir en junio la financiación de los estudios. Usted dice que el Gobierno de España también les ayudó, aunque todavía no es visible en la mejora de la vía...

Todos los colaboradores del equipo técnico del Consejo Regional de Nueva Aquitania que acuden a las reuniones en Madrid, al nivel del Ministerio de Fomento, para la preparación del convenio de la subvención han visto un apoyo y un trabajo. Han tomado las riendas en el Ministerio de Fomento. Y el ministro español ha dado un empuje fuerte.

¿Esto quiere decir que podremos hablar de la reapertura del Pau-Canfranc antes del 2024 y quizás usted todavía sería el presidente de Nueva Aquitania?

Alain Rousset se levanta, sin querer contestar, con una sonrisa y un apretón de manos. El presidente de Aquitania cree que su meta en el cargo será diciembre de 2020, tras 20 años, y quiere que entonces la reapertura de la línea de Canfranc, la línea Goya, sea «irreversible», como se lo atestiguó en privado a Javier Lambán.