El Miguel Servet diagnostica al año una media de 30 casos de diabetes infantil

La unidad de Diabetes de Pediatría enseña a los pequeños a enfrentarse a su nueva situación.

Carla con sus padres y una de las enfermeras que le ha enseñado a afrontar su enfermedad.
El Miguel Servet diagnostica al año una media de 30 casos de diabetes infantil
A. Navarro

"En la diabetes infantil, tipo 1, el páncreas falla y no produce insulina, que es la llave que abre la cerradura de las puertas de las células para que la glucosa pueda entrar y sea utilizada como energía". Con este sencillo ejemplo explica la doctora Graciela Lou Francés a sus pacientes, la mayoría de muy corta edad, la enfermedad que padecen y que nada tiene que ver con la tipo 2, que se da en adultos, y en la que "se tiene esa llave, pero falla la cerradura".

El equipo de la Unidad de Diabetes de Pediatría del hospital Miguel Servet de Zaragoza diagnostica al año entre 25 y 30 menores con esta patología autoinmune, que es aquella que se produce cuando el organismo ataca las células sanas del individuo. ¿Y por qué se produce esta alteración? Aunque los expertos reconocen que puede haber cierta predisposición genética, realmente no se sabe qué lleva a desencadenar la enfermedad, cuyos síntomas más evidentes son aumento de sed, incremento de frecuencia en ir al baño, más apetito o pérdida evidente de peso.

La diabetes infantil es "dura, exigente y esclava", ya que obliga a estar pendiente de los niveles de glucosa las 24 horas del día, incluso hay que controlarlos de noche. "Además, estamos hablando de niños, algunos menores de 5 años", asegura la especialista, que recuerda que los enfermos tienen que pincharse insulina al menos cinco veces al día y hacerse entre ocho y diez mediciones. No obstante, a pesar de todos estos "condicionantes", las especialistas de la unidad intentan que los niños lleven una vida lo más normal posible y semejante al resto de los otros niños, aunque siempre "dentro de sus limitaciones".

Para ello, insiste Lou, es importantísimo la educación a padres y niños en el propio hospital, antes de que se vayan a casa. Allí, se le enseñan todos los recursos para enfrentarse a la enfermedad, con la que tendrán que convivir toda su vida y en la que es necesario incluso pesar parte de la comida.

Gran parte de esta responsabilidad y "preocupación" recae en los padres, que hasta la mayoría de edad de los menores, conviven con el estrés de saber que su hijo se encuentra en los parámetros adecuados. "Hay que tener en cuenta que el niño pasa muchas horas del día en los colegios, depende de la buena voluntad de los trabajadores de los centros educativos y que se involucren más o menos en la atención al niño", asegura Lou, que recuerda que incluso hay padres que dejan de trabajar para ser ellos los que hagan mediciones de los pequeños.

Ayuda a los padres

De hecho, el gobierno concedió una ayuda a los tutores que dejen su actividad laboral por el cuidado de los menores, cuyo peligro no solo radica en que pueden desarrollar una hiperglucemia, sino también una hipoglucemia, que puede producir mareos, temblores, dolor de cabeza... En estos momentos, el Gobierno de Aragón trabaja en una regulación de asistencia a niños crónicos en los colegios, algo muy demandado por profesionales sanitarios y familias afectadas.

Los expertos reconocen que si durante la etapa infantil enfrentarse a la enfermedad es "muy duro", también lo es durante la adolescencia. Es entonces cuando más cambios hormonales se producen y, posiblemente, más desajustes. "Intentamos que hagan una vida normal, pero se tiene que llevar cierto orden y es difícil decírselo a un adolescente", señala la pediatra, que admite, no obstante, que con la edad se van conociendo mucho mejor los síntomas de los desajustes de la glucosa.

Para conseguir mejorar su calidad de vida, los colectivos implicados están luchando por que la Comunidad aragonesa incluya además en su cartera de servicios algunos avances como la implantación de monitores continuos de glucosa a nivel subcutáneo, como ya han subvencionado otros gobiernos regionales.

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