5 razones para irse a un balneario

Venerados desde antiguo por los efectos medicinales de sus aguas, los establecimientos termales de Aragón son ahora modernos centros para el ocio y la relajación en cualquier época. Aragón cuenta con 10 establecimientos termales, situados en las tres provincias aragonesas.

Piscina exterior, para relajarse en compañía y disfrutar del paisaje.
Piscina exterior, para relajarse en compañía y disfrutar del paisaje.
Balneario de Ariño

Despertar en la paz de las montañas, relajarse en una piscina burbujeante mecido por el rumor del agua mientras miramos el paisaje a través de una cúpula de cristal; o salir en excursión por la naturaleza para volver luego a relajarse con una tarde de piscina y masaje. Son algunos de los placeres que ofrece la estancia en los balnearios aragoneses.

Aragón disfruta de numerosos puntos con aguas medicinales que han sido refugios de curación desde tiempos de griegos y romanos. Paraísos de calma y salud, los establecimientos termales han aumentado hoy en día sus atractivos para un cliente que busca en ellos nuevas formas de ocio y descanso. Hay cinco buenas razones (¡por lo menos!) para irse a un balneario:

1. Relajación

El agua siempre tiene un efecto relajante. Más aún si la disfrutamos en un circuito termal donde se combina la acción del agua sulfurada con los contrastes térmicos y las diferencias de presión, un proceso que genera una sensación de placidez y relax corporal. Cascadas, salas de cromoterapia, saunas, nebulizaciones, pediluvios e hidromasajes son algunos de las placenteras actividades que proporcionan estos establecimientos termales, una oferta que no para de crecer.

También los tratamientos de belleza se han añadido con actividades como la aplicación de fangos o aprovechando el efecto antioxidantes de algunas aguas. El Balneario de Manzanera ha ido más allá y elabora productos cosméticos con sus manantiales medicinales.

2. Tratamientos

La oferta medicinal de sus aguas sigue siendo un importante atractivo en los balnearios aragoneses. «Hay hoteles con spa pero solo los balnearios contamos con aguas minero-medicinales, declaradas de utilidad pública, y administradas siempre bajo la supervisión de un médico y con un equipo de fisioterapeutas», afirma José Franch, presidente de la Asociación de Balnearios de Aragón y gerente de Vilas del Turbón, cuyas aguas están indicadas «para el riñón, el hígado y la piel», dice.

Las propiedades terapéuticas del agua tanto bebida (cura hidropónica), por inmersión (para la mejora de la circulación, las articulaciones óseas o trastornos dermatológicos) o por inhalación, se combinan con tratamientos por aerosoles, chorros, vapores, maniluvios, hidromasajes...

La haloterapia, respirar sal, es la última novedad. En este tratamiento «se inhalan partículas muy finas de sal que, al llegar a los pulmones, facilitan la eliminación de toxinas y mejoran las alergias y asmas y ayudan a las personas propensas a los resfriados», explica Montse Sánchez, del Balneario de Sicilia en Jaraba, que cuenta con una cámara de sal para esta terapia. Se trata de un tratamiento llegado «desde Europa del Este, donde se observó que los trabajadores de las minas de sal no sufrían de estas dolencias», explican desde Manzanera, que ofrece también terapia de sal.

3. Contacto con la naturaleza

Los establecimientos termales aragoneses se hayan enclavados en entornos naturales de gran belleza, por lo que los paseos y excursiones por su entorno son otro de sus atractivos. La subida al Turbón es natural desde el balneario de Vilas, donde José Franch también recuerda que pasan varios senderos de gran recorrido, «y en la vecina Campo hay multitud de ofertas en deportes de aventura». Excursiones y paseos por las hoces del río Mesa ofrecen un amplio catálogo también en Jaraba, como el avistamiento de rapaces.

Ariño une a sus instalaciones recién estrenadas (abrió hace dos años) su ubicación en plena sierra de Arcos, un paraje idílico, del que se disfrutará aún más en unas futuras cabañas modulares en plena naturaleza que el balneario tiene en proyecto.

4. También con niños

En los balnearios también hay actividades pensadas para los más pequeños y no solo hablamos de ludotecas o parques. En Sicilia tienen un jardín infantil con todo un circuito diseñado para ellos, con salas de sensaciones que se recorren con un monitor siguiendo una aventura acuática.

5. En cualquier época

Semana Santa y verano son la época alta de los balnearios para el público familiar, y el turismo termal ‘senior’ llena los días laborables. Además, crecen «los jóvenes o parejas que vienen los fines de semana, para los que diseñamos planes especiales para disfrutar en cualquier época», afirma José Franch. Ramiro Pérez, del balneario de Paracuellos de Jiloca, también añade a «personas solas que vienen a recibir tratamientos antiestrés».

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