El Gobierno de Aragón arremetió ayer contra la "indigencia intelectual" y la "miseria ética" de la CUP por incluir comarcas del Aragón oriental en el cartel de su campaña por el ‘sí’ de cara al referéndum de independencia previsto para el 1 de octubre. En él, los radicales animan a "barrer" al Rey, a Rajoy, a Mas o a Pujol y a desobedecer lo que llaman "leyes injustas". También se apropian de otros territorios de la Comunidad Valenciana, las Baleares, Andorra y el Rosellón, en Francia.

La DGA denunció "la irresponsabilidad de la Generalitat" por asociarse "en la sinrazón de la independencia" con lo que fuentes autorizadas del Ejecutivo autonómico calificaron como "sujetos despreciables". No en vano, no descarta enviar en próximas fechas una queja formal por escrito al presidente catalán, Carles Puigdemont.

Para el Gobierno de Lambán, el cartel evidencia "la escalada creciente de la sinrazón" a la que están llevando a Cataluña. "Es un ejemplo más del imperialismo ideológico extremista de la CUP, de su falta de respeto a las leyes, del odio y de la exclusión que pretenden imponer tanto en Cataluña como en España", afirmaron las citadas fuentes.

Opinaron, asimismo, que estas posturas "delirantes e imaginarias" están llevando a Cataluña "a un callejón de difícil salida".

"Quieren desviar la atención"

El cartel no solo ha despertado críticas en el Gobierno. La oposición también se unió al rechazo, aunque no todos los partidos fueron igual de contundentes. Para el popular Antonio Torres, el cartel y la actitud de la CUP representan "la inutilidad hecha provocación". "Recuerdan al fascismo o al peor comunismo", aseguró. El objetivo, en su opinión, es "provocar para desviar la atención de su mala gestión política". "Rechazamos este intento y otros que ha habido", aseveró, al tiempo que instó al Gobierno de Aragón a "no consentirlo" y a "ser firme".

El portavoz socialista las Cortes, Javier Sada, ve en este cartel "una prueba más del despropósito y la provocación del radicalismo independentista". "Empiezan a ser excesivamente habituales las burdas manipulaciones históricas y políticas de los independentistas respecto a Aragón", lamentó.

En su opinión, "estas provocaciones solo buscan confrontación". "Pretenden ocultar la frustración y el callejón sin salida al que están llevando al pueblo catalán", manifestó.

"Cada formación es libre"

Menos crítico se mostró el secretario político de Podemos en Aragón, Lorién Jiménez. A su juicio, "cada formación política es libre de tener su proyecto político, desde el Partido Popular hasta la CUP". "Lo que entiende todo el mundo es que, más allá de las adscripciones políticas, la voluntad y el sentir de nuestras comarcas orientales es que forman parte de Aragón", matizó.

Para el presidente del PAR, Arturo Aliaga, lo ocurrido es "una barbaridad". "Tuve oportunidad de explicárselo en julio a la presidenta del Parlament. No se pueden ni se deben consentir estas tergiversaciones", aseguró.

A su juicio, este tipo de conductas deberían perseguirse "con la ley". "Hay que derrotar y barrer a estas minorías en las urnas", añadió en alusión al lema del cartel de la CUP. Cataluña, dijo, "merece el respeto de Aragón". "El problema es que ese respeto no es mutuo", comentó.

"Exigimos respeto a Aragón"

Susana Gaspar, portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos, ve en el cartel "una falta de respeto hacia la Comunidad", ya que "la historia es la historia y hay que respetarla". "Estamos convencidos de que la consulta no se va a producir. Cataluña necesita unas urnas de verdad para elegir un nuevo gobierno", aseveró.

Aprovechó, en este sentido, para recordar que Ciudadanos "está defendiendo los intereses de Aragón" desde ambos lados. También reivindicó "un proyecto común" que abarque "Aragón, Cataluña y el resto de España".

CHA, por su parte, habló de "un auténtico disparate político e ideológico". "Exigimos respeto absoluto a Aragón", dijo su secretaria general, Carmen Martínez. A su parecer, ni Cataluña ni la CUP deben apropiarse "de nada que no sea suyo". La explicación está, según sus palabras, en que los radicales "no encuentran argumentos suficientes para su proyecto político y tienen que buscarlos fuera".

Álvaro Sanz, coordinador general de Izquierda Unida en Aragón, coincidió con el resto al señalar que supone "una falta de respeto al territorio", aunque quiso aclarar que este tipo de actitudes "no son propias de la izquierda".