Michel Azaria, segundo judío sefardí con linaje aragonés que logra la nacionalidad española

"Siento que he vuelto a mi lugar de origen, a mi país", dijo ayer tras recoger su DNI en Calatayud y visitar la ciudad

Michel Azaria, a  la izquierda con DNI, junto al alcalde José Manuel Aranda y José Antonio Sanmiguel.
Michel Azaria, a la izquierda con DNI, junto al alcalde José Manuel Aranda y José Antonio Sanmiguel.
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"Es un día de mucha alegría y emoción. Siento que he retornado a mi lugar de origen, a mi país". Así se expresaba ayer el judío sefardí Michel Azaria Adjubel (París, 1947) tras recoger su DNI en la comisaría de Calatayud, que acredita su doble nacionalidad (francesa y española). Es el segundo proceso en Aragón que cumple con las exigencias de la ley de concesión de la nacionalidad, tras el de Jessica Duarte.

En su primera visita a la ciudad, Michel, su hermana Lydia y su mujer Ruth, de ascendencia vasca, conocieron la judería bilbilitana de la mano de los expertos Javier Bona y Álvaro López. Una vez en sus calles, Azaria asumía que este viaje simboliza recuperar parte de ese patrimonio inmaterial de su cultura, "revivir lo que pensaron y rezaron las personas que vivían aquí y que se ha transmitido entre generaciones".

Aunque no han podido confirmar la ascendencia bilbilitana, Bona y López defendían que "creemos que su origen es aragonés porque el apellido Azaria tiene linaje en Calatayud. Unos fueron expulsados y otra parte de la familia se convirtió, conociéndose por Santángel, y fue una de las más ilustres y poderosas de Calatayud y de la Corona de Aragón". De los expulsados, se tiene constancia de que desembarcaron en Tesalónica y de ahí se dispersaron por los Balcanes y Turquía.

Con la recogida del DNI, Michel concluye un proceso en el que ha acreditado sus vínculos con España y ha superado exámenes sobre lengua española, historia y funcionamiento político. "Antes de la ley, ya tenía toda la documentación", aseguraba Michel reunió pruebas del pasado de sus abuelos en Estambul, del rito judeoespañol por el que se casaron sus padres, y del uso continuado del judeoespañol.

"Cuando mi madre hablaba en judeoespañol el sonido era más cariñoso", recordaba Lydia, que también quiere la doble nacionalidad. En este sentido, Ruth añadía que su suegra se dirigía a su marido como "Michelico", usando ese diminutivo común en Aragón y en su propia lengua vernácula. De hecho, para Michel es "un sueño" que España pueda otorgar al judeoespañol un estatus similar al gallego, al vasco y al catalán", y recordaba que esta lengua recoge "una tradición oral desde el siglo XV". E incidía en diferenciarlo del ladino, lengua que, cómo puntualizaba López, es "la traducción literal al castellano de textos religiosos hebreos siguiendo su gramática".

Durante la mañana Michel, su hermana y su mujer visitaron el Ayuntamiento, acompañados de Bona y López. Allí se reunieron con el alcalde, José Manuel Aranda; con el teniente de alcalde, José Antonio Sanmiguel, y con el concejal de Turismo, Sergio Gil. A la salida, Michel, vicepresidente de la Asociación JEAA (logró colocar un monolito en judeoespañol en Auschwitz) y cuya familia vivió la persecución nazi, valoraba el interés y la implicación de los responsables municipales con el legado judío en la ciudad.

Tanto es así, que en la reunión se habló de la necesidad de mejorar la señalización de la judería y, añadía López, de "crear un museo sobre los judíos en Calatayud y en Aragón". "Ahora mi misión es ayudar a que se conozca la Calatayud judía en el mundo judío", decía Michel, que ha sido invitado a dar charlas en la ciudad y a las Alfonsadas en 2020.

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