Colegios aragoneses urgen un plan para rebajar el calor en las aulas, tras superar algunas de ellas los 30 grados

Algunos centros compartieron ayer imágenes de sus clases, con temperaturas superiores a los 27 grados exigidos. El sindicato CSIF pidió hace unos días a Educación un protocolo para estos casos.

La Laguna de Sariñena. Los estudiantes tuvieron que hacer uso de abanicos mientras atendían las lecciones del profesor. Estaban a casi 30 grados.
La Laguna de Sariñena. En la jornada de tarde, en un grupo de sexto de primaria, los estudiantes tuvieron que hacer uso de abanicos mientras atendían las lecciones del profesor. Estaban a casi 30 grados.

Aulas a 27, 29 o incluso 34 grados. Con la llegada del verano, vuelve el problema del extremo calor en muchos colegios aragoneses que maestros y niños intentan sortear cada curso como pueden. Aunque la situación mejorará a partir de mañana, ya que desde junio no se imparte clase durante las tardes, el caluroso mayo se ha hecho notar en las aulas. Para demostrar que no se trata de casos aislados, el sindicato CSIF ha pedido a algunos de estos centros que tomen fotografías y vídeos de las clases que muestran que, en ocasiones, se superan con creces los 27 grados que marca la normativa. Además, y como explica Alfonso Zafra, portavoz del sindicato, han pedido a Educación que ponga en marcha un plan contra las altas y las bajas temperaturas en los centros educativos.

"Poner aire acondicionado en todas las aulas no es una solución, pero sí se puede estudiar la mejor opción en cada caso para evitar que algún día haya alguna desgracia", explica Zafra. Sobre el terreno, creen que algunos colegios necesitarían toldos (esta fue una opción que pagó de su bolsillo el centro Lucien Briet de Zaragoza para mitigar la canícula en la zona de infantil), y en otros podrían ponerse ventiladores o salas con bidones de agua refrigerada, al igual que en los centros de trabajo.

En el colegio Infanta Elena de Utebo, por ejemplo, estos días hay aulas de primaria donde el mercurio ha llegado a alcanzar los 32 grados a pesar de dar clase con las persianas casi bajadas. Allí, tal vez bastaría con mejorar el aislamiento de las ventanas. En este edificio, además, en el recreo de infantil no hay sombra y también solicitan construir un porche.

Desde la dirección de esta escuela explican que llevan años pidiendo mejoras en este sentido, como recoge su memoria de fin de curso de los últimos años. "Se acumula mucho calor en verano, y como las ventanas se pusieron hace 35 años y no son dobles, también se nota frío en invierno", denuncian.

Otro centro que estos días ha tenido que soportar los rigores del verano anticipado es La Laguna de Sariñena, donde algunos alumnos han hecho uso de abanicos mientras atendían a las clases, aunque ayer se levantó algo de aire y abrieron ventanas y puertas para hacer corriente, mejorando la sensación general. "Las fotos que hemos compartido son termostatos que hemos puesto nada más terminar las clases, no están trucadas –explicó una fuente del colegio–. Tampoco pedimos que pongan aire acondicionado, por el consumo que supone y la contaminación que produce, pero sí alguna solución para que profesores y alumnos estén en las condiciones que marca la normativa y los chavales estén bien para que puedan aprender".

Lo que marca la normativa

El límite de temperaturas está regulado por el Real Decreto 486/1997, y los espacios donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares debe estar entre 17 y 27 grados, incluyendo pasillos o el comedor.

El sindicato denunció hace escasos días que no exista un protocolo de prevención de las altas temperaturas en los colegios de la Comunidad, lo que provoca que no haya medidas para paliar el exceso de calor en muchos de ellos, principalmente, en mayo, junio y septiembre. "Son momentos en los que docentes y alumnado no están en condiciones para dar o recibir clase", denuncian, apuntando además que la normativa marca un intervalo claro de temperaturas para las aulas.

La situación se repite porque los centros no cuentan con aire acondicionado, y muchos de ellos tienen sus aularios al sur, lo que agudiza el calor en sus dependencias, lo mismo que ocurre en los de una sola planta.

Mientras CSIF plantea la puesta en marcha de máquinas de aire refrigerado, ventiladores o fuentes, hay centros que apuntan a la posibilidad de mallas sombreadoras en los patios, como hacen en coles de Andalucía y que ya se pusieron en algunos de Aragón. Otras actuaciones que han mejorado el clima en las instalaciones educativas son por ejemplo actuaciones en la cubierta o los techos, como se hizo en años pasados en el Montecanal o el Lucien Briet.

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